Para el jefe del bloque de Juntos por el Cambio en Diputados, Julián Galdeano, el gobernador Omar Perotti administró la cuarentena con “inteligencia” en cuanto a lo sanitario, pero carece de “gestión” en lo productivo. En videoentrevista con Letra P, el legislador radical reveló que son los propios dirigentes peronistas quienes comentan que “al gobernador se le empieza a animar cualquiera”. Por otro lado, Galdeano pidió que la UCR “asuma su mayoría de edad” y lidere la construcción de una nueva coalición junto al PRO y el socialismo.
BIO. Jefe del bloque de Juntos por el Cambio en Diputados, expresidente de la UCR santafesina. Vive en Funes, una localidad verde pegada a Rosario, donde recicló la casa en la que nació su papá. Es apasionado de la lectura, el tenis y el fútbol e hincha de Independiente. Suele poner su casa como reducto de asados en los que se cocinan roscas de peso.
-¿Cómo evalúa el rol de Perotti en la pandemia?
-Exhibe una capacidad de administrar la crisis sanitaria con inteligencia. El gobierno ha aprovechado este tiempo que nos dio de ventaja el aislamiento para mejorar la infraestructura, asignar recursos donde se necesitaban. Eso se valora en los resultados que se tienen en Santa Fe en cuanto a los contagios. Es bastante flojo en otros aspectos, en el acompañamiento de la economía. Córdoba ha tenido un programa de asistencia para pymes; Corrientes, una ayuda para los más necesitados; Jujuy, con Gerardo Morales, un programa de subsidios para los clubes. No hay una sola iniciativa de la provincia que implique asignar recursos a los sectores afectados. Solo hay una espera, a veces muy lerda, de las medidas que puedan venir del gobierno nacional.
-¿Dice que ve una reacción tardía del gobernador?
-Hay una falta de gestión en el sector productivo. Santa Fe tiene una dificultad muy seria, tenemos un aparato productivo que hay que reactivar si mañana queremos mejorar. Necesitamos que la provincia tenga una estrategia y hoy lo que está faltando es eso, no hay medidas concretas de acompañamiento a la economía.
-¿Cuál es el plan de Perotti?
-Perotti tenía un plan para otro momento de la economía argentina, no ha sabido adaptar el programa a esta contingencia difícil que tiene el país. Así como lo ha hecho en términos sanitarios, no ha implementado un programa para otros aspectos de la gestión. Le hemos propuesto un espacio multipartidario que piense el día después, que piense las recetas y medidas que vamos a tener que adoptar. Si no lo empezamos a pensar ahora, va a terminar como la Ley de Necesidad Pública, un proceso eterno de marchas y contramarchas. Le falta apertura al gobierno.
-¿Cómo ve al Perotti conductor?
-Con subes y bajas. Hay momentos donde tiene vocación de diálogo y escucha con todos. Y momentos donde se encierra mucho y empieza a recibir muchas críticas hasta del propio oficialismo. Cuando no podés contener a tus propios legisladores, intendentes… hay una frase que está en boga en el propio seno del justicialismo, “al gobernador se le empieza a animar cualquiera”. Cuando eso pasa, perdés autoridad política. Está a tiempo de recuperarla, es un gobierno nuevo. Pero cuando uno habla con un ministro de Gobierno, un ministro coordinador, con lo emblemático del cargo, uno aspiraría a que le resuelvan las cuestiones.
-¿Dice que solo Perotti es voz autorizada en el oficialismo?
-Esa es la sensación, por eso en el debate de leyes fue tan complejo llegar a un entendimiento. Tener muchos interlocutores es como no tener ninguno. Obviamente que hay personas de confianza de Perotti con las que se puede conversar, el senador (Roberto) Mirabella es uno, pero no están en el día a día de la gestión.
-¿Por qué Juntos por el Cambio pidió la renuncia del ministro de Seguridad Marcelo Sain?
-Es un ciclo agotado. Sain nunca supo comunicar con claridad su programa para combatir el delito. Hace toda una serie de consideraciones, muchas las podemos compartir, respecto de las connivencias de sectores policiales, y de la justicia, con el delito organizado, pero no pasa de ahí. Anuncian tres mensajes, supuestamente revolucionarios, de cambios en las estructuras policiales, pero no hemos tenido un borrador, ni siquiera lo tiene el propio oficialismo. Y lo que también agota mucho son las características con las que Sain comunica, con sarcasmo, ironía permanente, casi cinismo, ningunea el problema y analiza con mucha soberbia. Ese altanerismo no ayuda en una situación crítica.
-¿Adhiere a la idea de formar un frente de frentes para 2021?
-Hay margen, hay que intentarlo. El radicalismo santafesino tiene que, de una vez por todas, asumir su mayoría de edad. Para eso tiene que conducir los procesos de entendimiento de las coaliciones que integra. Si privilegiamos el diálogo con un aliado estratégico como el PRO o el socialismo en lugar de rediscutir un liderazgo en la propia UCR, nos influyen más los de afuera que el propio pensamiento. El radicalismo tiene una oportunidad de lograr que su histórica estrategia provincial sea compatible con su estrategia nacional. La UCR está en Juntos por el Cambio, eso no se discute. Algunos trasnochados siguen discutiéndolo. Entendiendo eso, la UCR puede hacer un esfuerzo para que una coalición se construya pensando hacia delante. Si se construye hacia atrás, sectores del PRO van a decir que no se pueden juntar con el narcosocialismo y sectores del socialismo van a decir que no se pueden juntar con la derecha neoliberal que endeudó la Argentina. Si a ese proceso no lo conduce el radicalismo, es inviable.
-¿Pero el paraguas tiene que ser Juntos por el Cambio?
-Juntos por el Cambio ganó la última elección en Santa Fe. ¿Por qué cambiaría si equipo que gana no se toca? Porque perdió (Mauricio) Macri. Sí, está bien, pero se ganó la elección sabiendo que Macri perdía. Entonces, para que sea viable tiene que haber un fuerte impulso de la UCR nacional, en el marco de Juntos por el Cambio nacional, diciendo que nosotros en Santa Fe queremos hacer algo diferente de lo que se está haciendo en otros lugares del país. Y convencer al PRO nacional de que eso es viable en Santa Fe, y después sí sentarse con el socialismo.
-No lo veo a Lifschitz candidato a senador nacional de Juntos por el Cambio…
-Es que no se debería llamar Juntos por el Cambio porque sería una manera de que el socialismo no ingresara. La base de la estructura política tiene que ser de tres partidos. Son tiempos de coaliciones, ningún partido gana las elecciones, mucho menos gobierna. Cada uno no tiene que pensar igual que el otro, vamos a tener muchísimas diferencias.