Mientras avanza el plenario de cuatro comisiones de la Cámara de Diputados que tramita el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) con la firma del presidente Alberto Fernández, las diputadas y los diputados de la oposición que militan contra la legalización del aborto apuestan a que el debate sea presencial en el recinto y presionan para que sus autoridades legislativas se nieguen a renovar el protocolo de sesiones mixtas que venció el 30 de noviembre.
Si el mecanismo legal para validar las sesiones en forma remota no es refrendado antes del próximo miércoles, el proyecto deberá ser tratado en forma presencial y sin la utilización de conexiones virtuales. La titular de la Comisión de Legislación General, Cecilia Moreau, confirmó este viernes que ese punto no detendrá el tratamiento del proyecto y confirmó que llegará al recinto el próximo jueves 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos. Lo hizo durante el comienzo del tercer día del plenario de las comisiones de Legislación General, Penal, Salud y Mujeres y diversidades, donde las diputadas y los diputados comenzaron a debatir sus posiciones respecto al texto.
Moreau buscó despejar las dudas sobre la marcha del debate. Sin embargo, todavía no hay precisiones sobre la modalidad que tendrá. La diputada, que está al frente del plenario porque su comisión es la cabecera del trámite, también aseguró esta semana que la decisión, acordada con sus pares, es dictaminar el próximo miércoles. Si no hay protocolo, también deberá ser en forma presencial y reunir a las y los integrantes de las cuatro comisiones.
Sobre ese mar de dudas navega con fuerza la apuesta del sector celeste, especialmente de Juntos por el Cambio, que considera la presencialidad como un requisito imprescindible para llevar el proyecto al recinto. En el Frente de Todos, sus autoridades trabajan para que esos planteos no debiliten el impulso que tiene la iniciativa con la firma del Presidente.
Desde la presidencia de la Cámara, en manos de Sergio Massa, deslizan señales técnicas y políticas que aumentaron las incógnitas sobre el derrotero inmediato del protocolo. Luego de la maratónica sesión de este lunes 30, que concluyó en la mañana de este martes, fueron retirados los paneles que proyectaban las imágenes de las diputadas y los diputados presentes en forma remota. Si bien dentro y fuera del recinto todos los escaños se conectan mediante el sistema informático VPN, la ausencia de esos paneles disparó las especulaciones. A ellas se sumó el planteo de Massa a los jefes de todos los bloques. Les dijo que tiene "buena predisposición para adaptarse a lo que disponga la mayoría", pero les aclaró que "no hay una propuesta del oficialismo, sino que se busca que se llegue a un acuerdo", explicó una fuente de su despacho.
Ese punto también despierta incógnitas, por el apelativo al consenso para sellar un acuerdo de renovación del protocolo. El mismo requisito naufragó en septiembre, durante la negociación anterior de renovación. JxC se negó a renovarlo en una maratónica sesión de Labor Parlamentaria y el oficialismo acordó hacerlo con los demás bloques. El espacio liderado por Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (PRO) y Maximiliano Ferraro (CC) llevó a 95 diputados y diputadas al recinto para repudiar la renovación e impugnó la sesión en la Justicia, pero el juez contencioso Enrique Lavié Pico rechazó el amparo y convalidó que el protocolo sea renovado por la mayoría simple de los jefes y las jefas de bloque de la Cámara baja.
Con el camino judicial obturado para una nueva contraofensiva, las posibilidades de renovar el protocolo sin el apoyo de JxC son concretas, pero el interés celeste de abrazarse a la presencialidad total es transversal a distintos bloques de la oposición, aunque retumba con mucha fuerza dentro del interbloque donde conviven macristas, radicales y "lilitos".
En el PRO, las diputadas Dina Rezinovzky, Carmen Polledo y Victoria Morales Gorleri ya expresaron en nombre de sus colegas "celestes" que no hay razones para renovar el protocolo y que la próxima semana asistan a Buenos Aires las legisladoras y los legisladores que puedan hacerlo y que figuren como ausentes quienes no puedan concretar sus traslados desde el interior. El argumento despierta resistencias dentro del mismo bloque, por parte de las y los adherentes al proyecto de IVE, porque lo consideran parte de una maniobra dilatoria que busca entorpecer una votación que podría repetir los números del debate de 2018, es decir, un resultado positivo en Diputados.
Entre las y los "verdes" hay un cuidadoso empeño para evitar que el reclamo de presencialidad se transforme en una trampa para el futuro de la iniciativa. Una muestra de tal coordinación surgió este jueves, cuando la diputada Graciela Camaño, del bloque Consenso Federal, sostuvo que el plenario de comisiones podía escuchar a los especialistas invitados, pero que las diputadas y los diputados no podían debatir sin protocolo.
De inmediato, pidieron la palabra Moreau, la macrista Silvia Lospennato y Romina del Plá, del Frente de Izquierda. Aunque forman parte de bancadas que afrontan durísimos debates por otros temas políticos, las tres le recordaron a Camaño que no hay impedimentos para debatir en comisión sin protocolo. También reconocieron que necesitan renovarlo para dictaminar en forma remota. De ese modo, mantuvieron la marcha del plenario y ganaron tiempo para una negociación reservada que avanzaba sobre el cierre de esta nota y que podría derivar en la preparación de un protocolo acorde al nuevo distanciamiento obligatorio (DISPO), que rige desde hace dos semanas.
En los dos principales bloques confiaron a Letra P que hay una mayoría que "pide un paso progresivo hacia la presencialidad", pero sin perder la utilización del sistema remoto por la "escasez de vuelos, legisladores que forman parte de grupos de riesgo y la imposibilidad de cumplir con el distanciamiento en el recinto", reconoció una alta fuente del oficialismo.
El sector de JxC que se embandera en la presencialidad total redobló la apuesta y exhumó un tema que ya había sido descartado en septiembre: la posibilidad de trasladar a las legisladoras y a los legisladores afuera del recinto. Así, volvió a tomar fuerza la idea de sesionar en un polideportivo, como el DirecTV Arena de Tortuguitas, en el partido bonaerense de Malvinas Argentinas, y ahora surgió la Ciudad de Rosario (Santa Fe) como otra opción que se sumó a otras dos posibles locaciones ubicadas en la Capital: el Teatro Colón y el Centro Cultural Kirchner (CCK). Entre esas alternativas danza la hipótesis de una sesión afuera del Congreso. Su resolución no será imparcial, porque la alternativa de sacar el debate del recinto pone en riesgo la realización de las movilizaciones que han sido clave desde 2018 para corporizar el respaldo a este proyecto.