Apenas la Cámara de Diputados lo aprobó por 131 votos, el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) ingresó al Senado en el mediodía de este viernes. Así, se terminó el tiempo de descuento que manejaron senadores y senadoras verdes y celestes durante la previa de una sesión planificada para el 29 de diciembre que podría revertir el rechazo que obtuvo la iniciativa hace dos años, cuando cosechó una votación de 38 voluntades en contra y 31 a favor. La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner definió los primeros movimientos con los giros a tres comisiones estratégicas, pero continuaron en las entrañas de los dos sectores que atraviesan al oficialismo y la oposición. Sus principales referentes se preparan para intervenir en el tratamiento que comenzará la semana próxima con final abierto.
En su primera decisión al respecto, la titular del Senado resolvió enviar el texto a las comisiones de Banca de la Mujer, Justicia y Asuntos Penales y Salud. La primera será la cabecera y está en manos de la senadora por La Pampa, Norma Durango, una activa impulsora de la IVE. Con ella al frente, el oficialismo reedita el control estratégico del debate que aplicó en Diputados, con Cecilia Moreau como titular de la Comisión de Legislación General, que se desempeñó como cabecera del proyecto.
Durango no estará rodeada por jefes de comisión verdes, como le pasó a Moreau. Contará con el apoyo de Oscar Parrilli, que preside Justicia y Asuntos Penales y defiende el proyecto, pero también estará flanqueada por el radical Mario Fiad, titular de la Comisión de Salud y uno de los senadores que está en contra de la legalización del aborto. Hace dos años, estaba en el mismo cargo y formó parte de la escudería que eligió la entonces vicepresidenta Gabriela Michetti para dilatar y complicar el trámite. En 2018, definió a Salud como cabecera y sumó a las comisiones de Justicia y Asuntos Penales, presidida en ese momento por Pedro Guastavino, y de Asuntos Constitucionales, que era conducida por Dalmacio Mera. El plan de la compañerza de fórmula de Mauricio Macri también apuntó a meter a la Comisión de Presupuesto en el tratamiento, pero desistió ante las críticas.
Los giros elegidos este viernes son parte de una estrategia orientada a que el proyecto pase por el plenario de las tres comisiones durante los primeros tres días de la semana que viene. El objetivo: dictaminar el próximo jueves 17 y sesionar el 29 de diciembre. Será luego de un repliegue estratégico durante Navidad para cumplir con los plazos reglamentarios del Senado y evitar que esa conmemoración religiosa sea aprovechada por el sector celeste. Las iglesias católicas y evangélicas planifican movilizaciones masivas a distintas catedrales, iglesias y templos de todo el país para repudiar la iniciativa.
Detrás de esa hoja de ruta inicial, ambos sectores ajustan sus conteos y buscan sumar votos o definir la posición de indecisos e indecisas. La coordinación del oficialismo es bifronte. Así como en Diputados corrió por cuenta del titular del bloque, Máximo Kirchner, y de Moreau, en el Senado las riendas están en manos de la mendocina Anabel Fernández Sagasti y de CFK. De sus despachos salen los contactos transversales con sus pares de la oposición, como el senador radical por Formosa, Luis Naidenoff, que preside el interbloque de Cambiemos, y su correligionaria mendocina, Pamela Verasay, que mantiene un bajísimo perfil pero trabaja con dedicación para construir una mayoría que les permita revertir la foto de la derrota de 2018. Lo hace junto a la bonaerense Gladys González, del PRO, una de las espadas verdes dentro del recinto de las provincias.
Uno de los atenuantes que suma la iniciativa de este año es la firma del presidente Alberto Fernández y los esfuerzos de la Casa Rosada para lograr que los gobernadores antiabortistas presionen sobre la voluntad de sus senadores y sus senadoras. Nadie descarta que lo hagan, pero hasta ahora se han mostrado prescindentes y sus movimientos al respecto son controlados con cautela. La única forma de hacerlo pasa por conocer la decisión de cada escaño y abrir instancias de diálogo. La misión también corre por cuenta del representante de Tierra del Fuego, el camporista Matías Rodríguez y su colega santafesina, María de los Ángeles Sacnun.
Ante esos despliegues, el sector celeste redobló los movimientos que viene acelerando desde principios de noviembre, cuando el texto ingresó a Diputados. Desde entonces, se cristalizaron las primeras señales sobre la decisión del Ejecutivo de transformarlo en ley antes de fin de año. El dato crispó los ánimos, especialmente en el despacho de la tucumana Silvia Elías de Pérez, una de las espadas del radicalismo y del interbloque de JxC que más se resiste al aborto. No está sola en la transversalidad y cuenta con un aliado clave: el jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, considerado por el Episcopado y por las iglesias evangélicas como un interlocutor clave para la etapa que se avecina.
A ellos se suma otro bonaerense, el macrista Esteban Bullrich. De estrecha relación con la Iglesia, busca contrarrestar la ola verde de sus compañeras de bancada. El grupo celeste también cuenta el jujeño Fiad y su coterránea Silvia del Rosario Giacoppo. Ambos son tan radicales como su jefe inmediato, el gobernador provincial Gerardo Morales. El mandatario norteño ya se pronunció a favor de la IVE, transita una etapa de acercamiento con la Casa Rosada y es uno de los garantes de los acuerdos de convivencia en el recinto pactados entre Naidenoff y CFK. Aunque Fiad preside la comisión de Salud y Giacoppo no oculta su posición contraria a la IVE, algunas fuentes parlamentarias sostienen que podrían ausentarse el día de la sesión.