DETRÁS DE ESCENA | LA OPOSICIÓN

Una guerra de nervios, celos y poder fractura a la UCR en el Senado

La rebelión de Lousteau tras el acuerdo de Naidenoff y CFK detonó una disputa que aún no encuentra paz. El factor Morales-Fernández y el juego con el PRO.

 

A partir de un acuerdo entre el jefe del interbloque, Luis Naidenoff, y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, la mayoría de la alianza opositora dejó de desconectarse de las votaciones para impugnarlas. La negociación fue reservada, pero se ventiló ese mismo día, cuando el senador Martín Lousteau encabezó a un grupo de cuatro colegas que decidieron desconocer la decisión y volvieron a desconectarse. 

 

Hasta el cierre de esta nota, Lousteau no había cambiado su posición. Sostiene que el protocolo de sesiones remotas es inválido y ha sido impugnado ante la Justicia por la misma autoridad del bloque que luego decidió retroceder sobre sus pasos. En su entorno, aseguran que lo seguirá haciendo y continuará diciendo lo que piensa, aunque la soledad del exministro de CFK en el recinto terminó de definir la relación de fuerzas dentro del bloque radical y el vínculo con el macrismo, en un interbloque de 29 escaños.

 

En ese territorio, la Coalición Cívica está ausente: no cuenta con ninguna banca. Tienen más peso los aliados de partidos provinciales cercanos a la alianza, como el salteño Juan Carlos Romero o el sanjuanino Roberto Basualdo. Esas voces tuvieron torcieron la escena de hace dos semanas, impulsada por Lousteau, pero acompañada por las macristas Gladys González y Guadalupe Tragliaferri junto al catamarqueño Oscar Castillo y la neuquina Lucila Crexell. De la rebelión no participó ninguna figura más de la UCR. 

 


Los gritos y las críticas de Lousteau a Naidenoff retumbaron en todo el espacio, pero especialmente en el radicalismo, donde el formoseño terminó fortalecido por una decisión que combinó el silencioso apoyo de la mayoría de sus correligionarios y el interés de Cristina de erigirlo como el interlocutor validado dentro del recinto. En rigor, la vicepresidenta aprovechó la invitación de Lousteau de abrir una negociación extraoficial para acercar posiciones y, como respuesta a esa propuesta, citó a Naidenoff y desató la tormenta interna en la oposición.

 

El senador por Formosa tuvo, también, un respaldo determinante para reconstruir los puentes con el Frente de Todos: el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que mantiene una excelente relación con Naidenoff y comparte su resistencia al crecimiento de Lousteau como una expresión del radicalismo porteño sostenida y conducida por el empresario, exministro y miembro del Comité Nacional partidario  Enrique Nosiglia

 

 

 

La pulseada es la segunda que sucede desde diciembre, cuando el jujeño terció para mantener a Naidenoff como titular del interbloque de la alianza y del bloque partidario. Lo hizo para sostener las negociaciones que mantenía con el presidente Alberto Fernández. En ese momento, también hubo chispazos internos y Lousteau le recriminó haber avanzado en un acuerdo sin antes consultar a sus representantes en el Senado.

 

Esta vez, el respaldo al formoseño fue parte de un gesto de Morales en la interlocución que mantiene con la Casa Rosada, como gobernador y como una de las autoridades del partido que preside el diputado mendocino Alfredo Cornejo. El cuyano está más cerca de Lousteau, pero el espaldarazo a Naidenoff también cuenta con el aval de las bancas que reportan a los partidos provinciales y del titular del bloque macrista, el misionero Humberto Schiavoni

 

 

 

En el entorno de Naidenoff, consideran que el acuerdo con Cristina es una salida provisoria para retomar la normalidad en el Senado a pesar de la pandemia. "Ella es impredecible y creemos que también se dio cuenta de que llevar sus temas personales al recinto se transformó en un búmeran para el oficialismo", explicó una fuente para sostener que la convivencia es "paso a paso". Los críticos del acuerdo, cercanos a Lousteau, buscarán ampararse en las palabras que dispare el senador porteño y justifican el respaldo de Morales. "Él está muy preocupado por mantener la gobernabilidad", dijo la fuente. 

 

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Emilio Pérsico

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