ENTREVISTA | PABLO JAVKIN

"Lifschitz claramente no es el líder excluyente del Frente Progresista”

El intendente de Rosario reclama una conducción "abierta y plural" en el Frente Progresista y demanda que Perotti tenga su ley de emergencia. Aval al inicio del presidente Fernández.

Arrecia el calor en la húmeda Rosario. Sin embargo, a diferencia de Santa Fe, sostiene, aún en el tórrido enero, el movimiento incesante. La peatonal Córdoba no descansa en el trajinar de quienes la caminan. En la capital se duerme la siesta a las 16; en Rosario, incluso, se permite la rosca, aun con los 36 grados infernales de viernes. Una ensalada de frutas, con kiwi y uvas, como la que saborea el intendente Pablo Javkin,  puede ser el aditamento ideal para el refresco breve. O para sentirse liviano, tan liviano como dice sentirse el nuevo titular del Palacio de los Leones, tras poder disfrutar, tal como se lo concedió el Concejo local, de leyes de emergencia. El gobernador Omar Perotti no debe sentir el mismo gusto; él todavía espera y disputa con la mayoría legislativa opositora del Frente Progresista para tener su propio paquete.

 

Javkin, que afirma no estar parado en el medio del lanzamiento de dardos, es, al menos en este tema, un aliado del rafaelino.  “Lo lógico es que tengamos un nivel de acuerdo legislativo de modo que haya herramientas para que los (poderes) ejecutivos podamos superar este momento difícil”, ponderó el rosarino en una entrevista que le concedió a Letra P.

 

Por otro lado, el intendente de la ciudad más importante de la provincia cree, fervientemente, que se abrió un “tiempo nuevo” dentro del progresismo, en el cual la conducción pasa por lo “plural y abierto”. En esta época, entiende, no hay conducciones “hegemónicas”, como la que ejercía el socialismo hasta el 10 de diciembre. “(Miguel) Lifschitz claramente no es el líder excluyente del Frente Progresista”, remarcó Javkin.

 

(Foto: Vanesa Fresno).

 

-Lleva poco menos de dos meses en la Intendencia y es prematuro el análisis, ¿pero confirmó que su equipo y usted estaban preparados o hubo situaciones de desborde?

 

-Hay una situación económica muy complicada y eso condiciona el día a día. Nos tocó un inicio con problemas fuertes a partir de la sucesión de homicidios. Me ratifica que estábamos bien preparados, precisamente por el nivel de exigencia inicial. Me tocaron 27 días con alerta meteorológica. Como prueba de estrés inicial, estuve bien. Están los proyectos en marcha, los equipos con planes, estoy muy contento con todo el gabinete, con toda la gente del Municipio. En la ciudad noto una expectativa positiva, aun en la dificultad.

 

-Mencionó la ola de homicidios, ¿cuál es el diagnóstico que hace de este enero tan violento?

 

-Uno no puede no tomar lo que plantea el propio Ministerio de Seguridad en relación al impacto de los cambios policiales. Hay un hecho, el del casino, que es el distintivo, pero en el cual el Ministerio Público de la Acusación ha avanzado rápidamente. En lo demás, así como hemos tenido otros eneros complejos, la sucesión o concentración siempre obliga a activar una emergencia particular. Cuando cerremos el mes, vamos a verlo. Lo que tengo es que lo que se inició, el trabajo coordinado entre los distintos niveles del Estado, que habría que llevarlo al resto de los poderes, el trabajo con las fuerzas provinciales y federales y la idea de que los municipios aportemos el conocimiento del territorio. Era necesario y hay que sostenerlo en el tiempo. Más que diagnóstico, lo importante en este tiempo es sacar este tema del debate mezquino y trabajar mucho con la agenda que cada uno tiene.

 

 

 

-El Partido Justicialista hace una defensa férrea de la tarea del ministro Marcelo Sain y él le pega duramente a la gestión del Frente Progresista. ¿Cómo toma usted esas críticas?

 

-Si en este tema se le pregunta a un grupo de dirigentes políticos qué opina y qué medidas hay que tomar, probablemente se van a encontrar cosas muy coincidentes. Me niego a que eso no se pueda plasmar en la realidad. Más allá de cualquier declaración, cualquier debate, debe suceder.

 

-¿Es más importante lo que Sain hace que lo que dice?

 

-Sí, yo no tengo por qué juzgar lo que dice, además lo conozco hace mucho tiempo y hemos tenido trabajo común y hay un camino que está bien marcado, incluso con algunas acciones anteriores positivas que se están continuando. Me resulta errado que en vez de reforzar esa idea de que empieza a haber acuerdos de fondo en materia de seguridad, estemos en el debate… Y lo digo por el trabajo común que tenemos cotidianamente con el Ministerio de Seguridad y lo digo también en la idea de que necesitamos algunas herramientas que ojalá se puedan consensuar y se aprueben en la Legislatura.

 

-Como dice Sain tan crudamente, ¿operaban bandas narcocriminales sin control y ahora eso empieza a cambiar?

 

-La provincia ha modificado su sistema procesal penal. Han habido, producto de la aplicación del nuevo sistema, condenas y persecuciones a actividades de grupos organizados. Empieza a haber un inicio del mismo camino en materia del Poder Judicial Federal, con causas vinculadas a los delitos federales y creo yo que hay una agenda de territorialización, trabajo común con las intendencias, que es valiosa. Probablemente también falten elementos en la reforma del sistema policial. Prefiero, porque creo que mi rol es trabajar en esa agenda, en la que, repito, hay muchas coincidencias,.

 

 

 

-La violencia en Rosario volvió a ser tema de los medios nacionales. ¿Se estigmatiza a la ciudad como planteaba el socialismo?

 

-El debate "estigmatización o inseguridad" hay que terminarlo, no me gusta. Es un debate que impide trabajar con intensidad en la emergencia que plantea una crisis como la que vivimos en enero y que, también, impide entender que en Rosario suceden un montón de cosas positivas que, probablemente, tampoco suceden en ningún otro lugar del país ¿Hay problemas? Sí. ¿Es grave la situación? Sí. ¿Es verdad que en esta ciudad tenés miles de personas haciendo un picnic al aire libre? Sí. ¿Hay posibilidades de hacer un espectáculo en los barrios más vulnerables de Rosario? Sí. ¿Una cosa anula la otra? No, hay que trabajar en eso. ¿Un periodista en Rosario necesita chaleco antibalas? No. ¿Decir eso es negar que tenemos conflicto en muchos barrios por la inseguridad? Tampoco. Yo tengo una vida normal, camino solo a mi casa. ¿Eso implica que no pueda sufrir un robo? No. Entonces hay que salir de ese debate, no tiene ningún sentido. Hay que resolver la emergencia para que lo bueno se note más.

 

 

(Foto: Vanesa Fresno).

 


-¿El vínculo con Perotti arrancó menos tenso que lo esperado?

 

-Nos conocemos desde hace muchos años. Los dos estamos convencidos de que la gente eligió que trabajemos en común y yo voy a trabajar en conjunto. Estamos haciendo desde la Tarjeta Alimentaria hasta las mesas que tengan que ver con la seguridad con el objetivo de que no haya un solo chico que no entre a la escuela. Tres cosas concretas de esta semana. Eso debería ser normal en la Argentina y no implica que yo no tenga mi visión política y él, la suya.

 

-El gobernador dijo que heredó la “caja vacía”. ¿Coincide?

 

-Creo que en problemas le gano, entonces le ofrecería cambiar (risas). Es un momento muy difícil para todos los niveles de gobierno en Argentina y creo, insisto, es importante tener herramientas para sortear esta crisis. ¿Cuál es la ventaja que tiene Santa Fe? Es una provincia con bajo nivel de deuda; ese es un dato objetivo. Si Perotti plantea que tiene que recomponer el Fondo Unificado de Cuentas Oficiales (FUCO) o que tenemos que tomar medidas para hacer más largos los plazos de cumplimiento de la deuda, creo que es correcto. Es lo mismo que pido acá y no voy a ser incoherente.

 

 


-¿Pero la variable mayor para describir esa crisis es la herencia o esta es una de tantas?

 

-Yo pertenezco al Frente y tengo un montón de problemas. La Argentina enfrentó de agosto a diciembre  una situación que complicó todo lo anterior, por lo que, objetivamente, entre las cosas que estuvieron mal o bien, se multiplicaron las malas. ¿Cuál es mi planteo? No lo eludo al debate, pero si seguimos discutiendo para atrás vamos a ir en un ciclo de no solución. Soy intendente y quiero que se solucionen los temas. ¿Tenemos una situación de emergencia económica, financiera? Sí, claramente. Los municipios, me animo a decir que todos, en mayor o menor medida necesitamos del acompañamiento de la provincia. Es mi posición, hacia dentro del Frente y hacia afuera, no me paro en el medio de nada. Esto es contundentemente así.

 

 

(Foto: Vanesa Fresno).

 

 

-¿Perotti merece su emergencia entonces?

 

-Habrá que discutir el contenido, ¿pero cómo hacemos para que pueda atender la emergencia en la mayoría de municipios y comunas sin complicar la situación financiera de la provincia? Es un tema muy concreto, vayamos a discutir eso. Cuándo, cómo, de qué manera.

 

-Pero aprobemos...

 

Sí. Yo fui legislador; el trabajo siempre termina en un resultado. Y creo en eso, no es una idea de consenso vacía, es una idea lógica de acuerdo a lo que estamos atravesando. Voy a pelear fuerte por eso y lo estamos charlando con todos los intendentes y con legisladores del Frente porque, según cómo se pare cada uno va a mirar las cosas. Un gran capital político del Frente, por supuesto, es tener la mayoría en la Cámara de Diputados, pero el mayor es que gobierna a la gran mayoría de la población de Santa Fe a nivel local. Hay que cuidar mucho eso y necesitamos que nos cuiden. Y si la mirada está en el debate político y no en resolver las herramientas que lo permitan, todos vamos a pagar las consecuencias.

 

-Al no convalidar la emergencia en diciembre, ¿los legisladores del Frente perjudicaron o no contuvieron a sus intendentes?

 

-Voy a eludir toda consideración que genere un inconveniente para lo que creo tenemos que hacer ahora: lograr herramientas que se sancionen en un marco de acuerdo en los próximos quince días.

 

 

 

-¿Cuál es el futuro del Frente Progresista, quién lo conduce?  

 

-A partir de ahora el Frente es plural, con una realidad absolutamente diferente, con obligación de consensuar porque tiene distintos capitales políticos. Es un proceso que seguramente es más difícil de comprender cuando se está acostumbrado a una conducción vertical y a un partido fuerte que hegemonizaba las decisiones. Eso cambió para siempre, a mi entender. No lo va a sustituir otro liderazgo vertical, viene otra época, la conducción va a tener que ser colectiva y va a tener que escuchar mucho a los demás. Acá no hay una disputa, no me vean como alguien que va a disputar el liderazgo del Frente Progresista; sí como alguien que va a disputar para que se entienda que empezó un tiempo nuevo. Y ese tiempo nuevo tiene intendentes de ciudades muy importantes, una territorialidad que se manifiesta por supuesto en sus bloques legislativos, pero es otro, y va a ser otro. Y si no, no será.

 

 

 

-¿Al socialismo le cuesta más asumir eso?

 

-No sé si al socialismo en general. Quiero aclarar que esto lo he hablado con el propio Miguel Lifschitz. A la lógica que se venía funcionando en los últimos años le va a costar, pero se va a dar. Insisto: nadie le impone a otro un liderazgo, el tiempo cambió.

 

-Como intendente progresista de la ciudad más importante de la provincia, referente de un grupo de intendentes frentistas, ¿cuánto incomoda la tensión entre Perotti y Lifschitz?

 

-Me incomoda en la lógica de que demore cosas que nosotros necesitamos. Los intendentes tenemos que pagar los sueldos la primera semana de cada mes y necesitamos herramientas para hacerlo. Si eso se demora por una diferencia verbal, nosotros lo tenemos que resolver igual. Claro que incomoda.

 

 

 

-¿Cómo marcha el vínculo con Lifschitz?

 

-Tuvimos una reunión la semana pasada, tenemos un vínculo de mucho tiempo. No me gustó lo que se dio a fines de diciembre, fundamentalmente porque me enteré por los medios de comunicación cuál era la posición. Es lo que creo hay que revertir. Son cuestiones que hay poder amalgamar en un trabajo hacia dentro del Frente. Creo que el Frente Progresista tiene que reunirse y, si es colegiado, tienen que reunirse todos los que tenemos que ser parte de las decisiones. Hay una realidad que refleja el bloque de diputados, hay otra realidad que la reflejamos los intendentes con el rol que cumplimos y hay otra realidad que refleja cada partido que integra el Frente. Yo voy a pelear fuerte para que se entienda que es una realidad compleja, abierta, plural. Si lo tengo que discutir con Lifschitz, lo haré y si lo tengo que hacer con otro, lo haré. Siento que es mi rol en esta etapa.

 

-¿Que Lifschitz sea exgobernador y presidente de la Cámara de Diputados no lo convierte en líder excluyente del Frente?

 

-No, claramente no. Pero insisto, no es por demérito de él, es por una realidad nueva en la política y en el Frente. Lo que digo es obvio. Acá nadie regala nada, este no es un problema de egos, es poder concretar políticas públicas que ratifiquen el acompañamiento de la sociedad a nuestro proyecto en el lugar que nos toque gobernar. Y siempre fue así, cuando nos tocó colaborar con eso lo hicimos y esperamos reciprocidad.

 

 

(Foto: Vanesa Fresno).

 

 

-Está concentrado en la gestión, pero Rosario no deja de ser una vidriera nacional y tiene una larga trayectoria en la política. ¿Hay un camino en esa dirección?

 

-Mi objetivo único y exclusivo es ser un buen intendente de Rosario. Todos los minutos de mi vida están dedicados a eso. Las formas en la que uno pueda aprovechar su historia, su paso por distintos espacios políticos y sus vínculos para cumplir ese objetivo son todas válidas. Por supuesto que aprovecho el peso de la ciudad, mi historia política y los vínculos que construí, pero para ser un buen intendente de Rosario.

 

-Integró y hasta lideró las filas del radicalismo. ¿El partido que lo vio a crecer ahora lo vuelve a observar?

 

-Yo tengo una relación fraternal con el radicalismo, esa broma de que hice, de que hice todas las inferiores, a alguno no le gustó, pero uno es hincha del club que lo crió en inferiores. El radicalismo también está en un debate de hacia dónde va, lo digo con respeto. A mí me da la sensación de que, a mediano plazo, en la Argentina siempre vamos a tener el desafío de construir una alternativa política de quienes creemos que hay una combinación de la democracia y políticas sociales activas. Como decía don Raúl (Alfonsín), la libertad y la igualdad son objetivos compatibles en un sistema democrático. La Argentina necesita una o varias expresiones políticas que generen eso y el radicalismo tiene ahí un rol importantísimo. Yo gobierno en un frente político con muchísimos radicales, además de mi fraternal pertenencia.

 

-¿Pero le interesa participar en ese debate?

 

-Yo pertenezco a Creo, nuestro partido provincial. Probablemente eso nos dé una buena autonomía. Ayer (por el jueves) me vino a visitar un exintendente de la provincia de Córdoba para invitarme a un plenario de una corriente del radicalismo. Entonces, participar desde ese punto de vista, sí. Participar desde adentro de la lógica del partido no, porque hace muchos años lo dejé de hacer.

 

 

 

-¿Cómo lee los primeros pasos del presidente Alberto Fernández?

 

-En un contexto de extrema complejidad, con señales positivas. Veo positivo que se reflexione sobre una política de transporte de subsidios hacia el interior, que era brutal y no iba hacia ningún lado. Veo muy positiva su primera gira internacional. Veo positivo el enfoque en las políticas sociales, lo conozco hace mucho tiempo al ministro (Daniel) Arroyo y que estemos trabajando para implementar en febrero la Tarjeta Alimentaria en la ciudad es algo valioso. Tengo una gran preocupación, como creo que la tenemos todos, por la resolución del frente externo y su impacto en la macroeconomía. Tenemos un montón de tiempo para marcar las diferencias. Lo que necesitamos en estos tiempos es ver cuáles son las cosas predominantes y lo social es hoy predominantemente la preocupación.

 

El socialismo de Rosario quiere la unidad, pero exige condiciones.
Eduardo Toniolli del Movimiento Evita, Marcelo Lewandowski y Juan Monteverde.

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