Una vez que se consuma la elección, el gobernador se abocará al escenario nacional a partir del lunes. El socialismo resolvió integrar el frente Consenso Federal 2030, que tributará por Roberto Lavagna presidente. Pero a Lifschitz y al arco progresista no les cierra que el salteño Juan Manuel Urtubey sea el compañero de fórmula. En rigor, no esperaban la jugada, quedaron descolocados y deslizan una movida mediática. Por ese motivo, el gobernador se tomará el tiempo que queda hasta el cierre de listas, el sábado 22, para ponerle su sello al armado lavagnista. No se halla como candidato a vicepresidente, pero sí se imagina como integrante clave de un hipotético gabinete. No obstante, avisa: “Lo de Urtubey no está cerrado”.
-¿La elección es cosa de dos, entre Perotti y Bonfatti?
-Sí, totalmente. Es lo que surgió de las primarias y lo que se viene consolidando en todas las encuestas de opinión, las propias, las ajenas, las que hacen las consultoras más serias, todas están indicando una fuerte polarización. Y todas están indicando, en los últimos diez días, una ventaja de Antonio Bonfatti, que se va estirando y que en estos días que quedan hasta el domingo va a terminar de consolidarse. Estamos con una mirada optimista, sin exitismo.
-¿Por qué dice que se despegó en los últimos días?
-Arrancamos de atrás después de las primarias. La suma del peronismo nos había sacado una distancia importante y eso se fue acortando sobre la base del trabajo territorial, de los intendentes, los presidentes de comuna, de la militancia. Se fue acercando la distancia a partir de que muchos santafesinos empezaron a ver que el problema de aquí no era de a tres y era de dos. Por lo tanto, había que elegir la opción que estuviera más cerca de las expectativas y, en eso, el Frente Progresista puede ofrecer y garantizar buen gobierno, honestidad, transparencia, obras, calidad institucional, cosas que mucha gente valora. Santa Fe es una provincia donde no entró la grieta y no entró la corrupción, cosas que han caracterizado a los últimos quince años de la Argentina.
"Obviamente que cualquier lugar sería un honor para mí, pero si tuviera que elegir, soy un hombre de gestión, de gobierno. Me gustaría ser jefe de Gabinete."
-¿Entiende que con un componente de anti peronismo puede resultar decisivo en estas últimas horas?
-No trabajamos sobre la idea de anti peronismo porque no lo somos y hay muchos peronistas que nos votan y acompañan. Sí cuestionamos a quien es el candidato del peronismo, Omar Perotti, porque no es un recién llegado a la política, es un dirigente con más de 25 años de historia en Santa Fe, conocido, que fue funcionario del gobierno provincial de Carlos Reutemann y Jorge Obeid, que fue responsable con su firma de la privatización del Banco de Santa Fe, que es legislador nacional desde hace ocho años, donde ha hecho poco y nada por Santa Fe. No lo hemos visto casi nunca tomar alguna causa de la provincia, creo que tiene poco para contarle a los santafesinos más allá de prometer espejitos de colores.
-¿Cree que los votos que recibió Bielsa irán en su mayoría al progresismo?
-No lo sé, tal vez no en su mayoría, tal vez una parte. Tal vez gente que no votó en las internas lo va a hacer ahora, quizás gente que votó a Corral va a repensar su voto, quizás gente que votó a Perotti, pensándolo mejor y conociendo un poco más las propuestas de cada uno, dé vuelta su voto.
-Hay una suerte de ola peronista, con gestos de unidad contundentes, ¿repercute en la elección santafesina?
-Lógicamente que eso la hace un poquito más difícil, pero estamos confiados que los santafesinos, por lo menos en una mayoría importante, van a seguir acompañando al Frente Progresista. Porque no solamente podemos representar a un sector de la sociedad por ideas o afinidad política, sino que también representamos a muchos sectores populares, humildes, de los barrios de Rosario, Villa Gobernador Gálvez, Santo Tomé, Granadero Baigorria, a los que hemos llegado con el programa Nueva Oportunidad, el Plan Abre, con transformaciones y obras en los barrios. Hoy tenemos un electorado en el Frente Progresista que es muy transversal y que gana adeptos en públicos que en otros momentos hubieran votado a otro partido. Estamos seguros que va a haber una confianza en candidatos que la gente conoce, que sabe que cuando prometen cumplen, que son gente honesta, de bien, como Antonio Bonfatti, como Pablo Javkin en Rosario. Estamos confiados, tranquilos y esperando el domingo.
-¿Una victoria de Bonfatti envalentona, posiciona al socialismo en el plano nacional?
-Yo no usaría el termino envalentonar, no es nuestro estilo. Siempre hemos sido muy cautos, muy humildes en las buenas y en las malas. Pero ninguna duda que un triunfo nos da una representación, un impulso a nivel nacional importante. Santa Fe es una provincia importante política y económicamente. Y, además, estamos enfrentando a dos aparatos poderosos, no solamente uno. No es que tenemos una elección de uno contra uno: del otro lado tenemos al gobierno nacional y a Cambiemos jugando también activamente contra el Frente Progresista, aún a sabiendas de que no tienen ninguna chance, pero hacen una campaña muy activa, ha estado anteayer la ministra de Seguridad (Patricia Bullrich), estuvo la diputada (Elisa) Carrió, ha estado el ministro (Guillermo) Dietrich, el ministro (Rogelio) Frigerio. Hay una intención del gobierno nacional de que pierda el Frente Progresista en Santa Fe, ¿vaya a saber por qué? Tal vez les molesta que pudiera representar un empuje a una propuesta alternativa como la que estamos impulsando nacionalmente. El escenario no es fácil para el Frente Progresista, pero no es la primera vez que nos toca enfrentar escenarios complejos y salimos airosos.
"Hay una intención del Gobierno nacional de que pierda el Frente Progresista en Santa Fe, ¿vaya a saber por qué? Tal vez les molesta que empuje a una propuesta alternativa a nivel nacional."
-Dijo que le gustaría ser jefe de gabinete en una hipotética presidencia de Lavagna. ¿Por qué ese rol y no otro, como la vicepresidencia, por ejemplo?
-Obviamente que cualquier lugar sería un honor para mí, pero si tuviera que elegir, soy un hombre de gestión, de gobierno. Me gustaría ser jefe de Gabinete. Pensar en un proyecto nacional para superar la grieta, para salir de la crisis económica, para reconstruir el país. Tiene un desafío enorme y fantástico para alguien que tiene tanta experiencia de gestión como la que tengo yo. Desde luego que también una vicepresidencia es un lugar muy importante en lo simbólico, pero habrá que ver. No hemos discutido ninguna candidatura todavía, salvo la del doctor Roberto Lavagna. El lunes, una vez que terminemos nuestra elección provincial, nos vamos a sentar en Buenos Aires para discutir el futuro de este nuevo espacio y cómo integramos la fórmula y armamos una estructura y un proyecto que sea competitivo en todo el territorio nacional.
-¿Es descabellado pensar que el arco progresista presente su propia fórmula presidencial?
-No sería coherente. Hemos venido planteando desde el inicio, en coincidencia con el doctor Lavagna, la coincidencia de no abrir una interna y tratar de sumar esfuerzos y juntar voluntades en un proyecto común.
-¿Desea que se revise la designación de Juan Manuel Urtubey candidato a vicepresidente?
-En realidad no está cerrado ese tema. Lo aclaró el propio doctor Lavagna. Es una posibilidad que los medios rápidamente difundieron, pero este espacio tiene varios integrantes. No solamente el doctor Lavagna y su equipo. No solamente el sector del gobernador de Salta, sino que está el Partido Socialista, que es muy importante nacionalmente y con representación en la provincia más importante del país después de Buenos Aires, y, por otro lado, también está el GEN de Margarita Stolbizer, hay algunos referentes del radicalismo. A partir del lunes se va a reunir esa mesa y tomaremos la decisión que podamos acordar como la más conveniente para el conjunto.