“A los que piden que baje mi candidatura les digo que son unos cobardes. El gobierno de (Mauricio) Macri provoca que vuelvan los orcos y no hay manera de evitarlo. Por eso tienen que votar al Frente Despertar, no crean que Macri va a ser una oposición fuerte”. Como pez en el agua en el discurseo público, el candidato a presidente José Luis Espert respondió ante los rotarios que en el almuerzo de la entidad le preguntaron si no era conveniente que diera un mensaje a sus votantes para que vayan con el Gobierno el próximo domingo.
Un rato antes, en su cuenta de Twitter, Juan José Gómez Centurión, el candidato celeste del Frente NOS, denostó al oficialismo por la misma razón que Espert. “Me parece que esta semana los trolls de Marquitos (Peña) cobran doble... Mucho pedido de que baje la candidatura el candidato que no pasaba las PASO, que no mide, que no es peligroso, que no existe en los medios y que no aparece en las encuestas. Raro... (…) No logro explicarme por qué el votante de Cambiemos está tan enojado con el votante de NOS. Yo tenía entendido que el artífice de la candidatura de Cristina (Fernández) era Macri y el de su impunidad era (Miguel) Pichetto, premiado con la candidatura a vicepresidente. Debo estar equivocado”. Minutos antes, Gustavo Álvarez, el candidato a gobernador bonaerense por NOS, había manifestado la necesidad de que sus votos fueran con Cambiemos, pero Gómez Centurión y el partido denunciaron, como Espert, intrusión de la Casa Rosada en los asuntos de su partido y reafirmaron que jugarán.
Espert en el Rotary. "Que se baje el Presidente", dijo.
A cuatro días de los comicios, Macri parece estar lejos de cerrar alianzas con la derecha ultra, que concita una atención moderada en las urnas pero que fue una obsesión de Cambiemos en la previa de las PASO. Tanto, que el Presidente, en el sprint final, salió a radicalizar su discurso para captar el voto conservador y anti abortista, sobre todo centrado en Gómez Centurión.
En el escrutinio definitivo de las primarias, NOS obtuvo algo más de 670 mil votos (2,7%) y Despertar, 550 mil (2,2%). La cifra no es abultada, pero se especulaba con que, a esta altura, buena parte de ese caudal debería estar en Cambiemos. ¿Está?
Según Lucas Romero, de la consultora Synopsis, "el mayor movimiento se verá entre Gómez Centurión y Macri, por el voto evangélico”. No son pocos los consultores que observan dos cosas: que una porción de los evangélicos, obsesionada por garantizarse legisladores que defiendan el anti abortismo en el parlamento y, por eso, había ido con Centurión, pasará hacia Macri ante la certeza de que el porcentaje que NOS obtuvo en las primarias no le permitirá llevar ni un legislador al Congreso. Podría ser un tercio los que migren, calculan.
El segundo factor, al que adhiere Romero, es que el voto castigo a Macri que viene del votante de Cambiemos enojado no fue a Fernández sino a Roberto Lavagna y Centurión o Espert. Por eso, entiende el director de Synopsis, Macri sacó a relucir el discurso anti K, para traer de nuevo el voto castigo.
Lavagna y Urtubey. Tampoco allí Macri pudo armar alianzas.
“Lo que hay es un nueva derecha en esas dos fuerzas, que corrieron a Macri hacia el centro”, dijo Shila Vilker, de la consultora Tres Punto Cero, y agregó que “ese segmento, en 2015, estaba en Macri y hoy se transformó en un espacio algo más que electoral, algo que va a seguir. Por eso sus candidatos no se bajan”.
La tercera parte de la no alianza política de Macri con sectores afines es el caso de Consenso Federal, la fuerza de Lavagna y Juan Manuel Urtubey. “En Lavagna hay una mitad de voto NI NI, que está en contra de Macri y de Fernández pero que hasta ahora se veía seducido por el voto útil. Veremos cómo procede. Nosotros estimamos que estas fuerzas pueden perder un poquito de votos en relación a las PASO, pero no lo que el Gobierno espera”.
Juan Pablo Schinello, de la consultora Clivajes, agregó que "Lavagna tiene más chances de perder votos en la polarización que se da" y concluyó que, "seguramente, Espert y Centurión pierdan entre un punto y medio punto cada uno".
Para Schinello, de todos modos, el dato es que la participación no crecerá tanto como dice el Gobierno, impactando directamente en las chances. Esperan cuatro puntos más de participación, cerca del 80%. En 2015, entre las PASO y las generales, la afluencia a las urnas creció hasta el 81%, pero con un comicio aún disputado.