-¿Cómo se llega a esta situación? ¿El Gobierno no lo supo controlar? ¿Hay ineptitud, improvisación?
-Hay un poco de todo. El Gobierno confunde medios con fines. La reducción del déficit fiscal no puede ser un plan de gobierno, es un medio. Es una herramienta de política económica para presionar menos sobre emisión o endeudamiento, eso sobre el tipo de cambio y eso, al final del camino, sobre la inflación y el poder adquisitivo. Pero, si uno hace eso a costa de parar cualquier posibilidad de crecimiento de la economía, entra en un círculo vicioso porque le cuesta más reducir el déficit fiscal en una economía que no crece que reducirlo en una economía que crece. Y claramente hay impericia.
-¿No es herencia?
-Aparte, pero eso es otra cosa. No heredaron una Ferrari, heredaron un Ford Falcon. Pero ya lo sabían. Es lo mismo que si el año que viene nosotros, si ganáramos las elecciones, dijésemos "uy, mirá lo que nos encontramos". Ya todos sabemos perfectamente lo que hay. El nuevo gobierno, a partir de fines del año que viene, va a tener necesidades de financiamiento para 2020, producto de que se están adelantando las pautas. Crecimos en déficit fiscal y aparte crecimos en deuda. Claramente hay mala praxis.
-¿El contexto internacional influyó, como dice el Gobierno?
-Todo influye. El contexto internacional puede ser malo, tenemos una sequía tremenda, pasan un montón de cosas. Pero siempre pasa algo. Esto no es una mesa de billar. Un gobierno que buscaba reinsertar a la Argentina en el mercado de capitales y termina con este riesgo país, que genera esa desconfianza, muestra que claramente hay impericia. Nos fumamos 15 mil millones de dólares para que el dólar no llegue a 40. ¿Y a cuánto está el dólar hoy? En términos de resultados, eso no sucedió. No hay sensación de crisis, hay crisis.
-¿El próximo Gobierno tendrá que ir a rediscutir la deuda?
-Sí.
-Reprogramar vencimientos.
-Igual que ahora. El Gobierno firmó un convenio y un mes después lo rediscutió.
-¿El principal problema de un nuevo gobierno es la deuda?
-No solo eso. Un país con un par de años de caída del PBI, con un nivel de recesión, pérdida del poder adquisitivo del salario y un nivel de consumo por el piso es un cóctel complicado. No es solo la deuda.
-Además de rediscutir la deuda, ¿impulsaría una investigación sobre el endeudamiento de estos años?
-Primero hay que impulsar un gobierno que de verdad crea en la división de poderes y no se meta. Si la Justicia quiere investigar, que lo haga. Si no, seguiríamos con un nivel de injerencia sobre la Justicia.
-Pero cree que esta deuda no se puede pagar.
-Primero hay que crecer.
-Como decía Néstor Kirchner: "los muertos no pagan"
-Exactamente. El cuento del default ya sabemos adónde nos lleva. Haber defaulteado parte de la deuda le generó un costo enorme a la Argentina. Eso no va a suceder, nos olvidamos, no existe. Nos sentaremos y conversaremos con todos.
"Presentamos un espacio político que busca ser mucho más amplio. El objetivo es competir en las PASO y que aquel que gane sea el candidato."
-¿El espacio que lanzó este jueves junto a Juan Schiaretti, Sergio Massa y Miguel Pichetto plantea un escenario de PASO para 2019?
-Sí, presentamos un espacio político que busca ser mucho más amplio, invitando a partidos provinciales, a otros espacios políticos. El objetivo es fijar reglas de juego, competir en las PASO y que aquel que gane sea el candidato.
-Tienen un espacio común, pero diferentes miradas respecto del Presupuesto. ¿Van a unificar criterios?
-La mayoría de nosotros entiende que el Gobierno tiene que tener un Presupuesto, que será el que podamos acordar entendiendo que la iniciativa es del Ejecutivo. Nosotros no podemos generar el plan de gobierno, somos la oposición. Vamos a discutir todo lo posible. Como siempre, el Presupuesto se discute hasta el último minuto, la última partida. No va a salir como se mandó. Lo que nosotros hacemos es generar el marco para que el Gobierno no diga que no le quisimos votar el Presupuesto y se victimice. Después, lo discutirán los legisladores y conseguirán lo que puedan. Nunca les dije a los legisladores lo que tienen que hacer ni lo haré; no doy instrucciones al Poder Legislativo. Es suicida no votar el Presupuesto porque uno deja al arbitrio del Ejecutivo para que reconduzca el de este año y haga lo que tenga ganas, con el 40 por ciento de inflación. Es el peor de los mundos. Eso sí es la tormenta perfecta.
-¿Qué otras fuerzas espera que formen parte de este nuevo espacio?
-Ayer hablé con Miguel Lifschitz y vamos a seguir conversando. Eso no es tan fácil, porque el Frente Progresista lleva décadas peleando con el peronismo en Santa Fe, aunque en una elección desdoblada son casi mundo distintos. Va a costar, pero vamos a conversar. También están el Movimiento Popular Neuquino, Juntos Somos Río Negro, el Frente de la Concordia de Misiones, el partido de Gerardo Zamora en Santiago del Estero...
-El kirchnerismo queda definitivamente afuera.
-El kirchnerismo y el macrismo representan dos espacios que se retroalimentan permanentemente. Casi no puede vivir uno sin el otro. Son los dos polos de poder. Vemos que gran parte de la sociedad argentina que se aleja descontenta del espacio macrista no va hacia el kirchnerismo. Hay casi un 50 por ciento de argentinos que no quiere saber nada con uno ni con otro. Hay espacio para construir la tercera vía y los datos que manejamos indican que nuestro espacio aparece como preferido.
-¿Por qué?
-Si hay, por ejemplo, un 25 por ciento que está con Cristina, otro 25 que está con Macri y un 50 que está libre y uno pretende cerrar con el 25 que está con Cristina, está regalando el 50. Es una cuestión práctica. Cristina es la única que le garantiza el triunfo al Gobierno: tiene un 70 por ciento de imagen negativa.
-En las provincias, el peronismo referenciado en los gobernadores tiene el riesgo de que el kirchnerismo ponga candidatos por afuera y eso haga perder la provincia.
-La naturaleza de la elección local es distinta. En Salta, por ejemplo, todos los partidos del frente en las elecciones ejecutivas van juntos y en las legislativas, separados. ¿Por qué? Para lograr un mejor resultado, porque así se consiguen más diputados.
-¿Quiere decir que en 2019 van a volver a ir juntos con Unidad Ciudadana?
-Sí, sí. No sé cómo se armará, falta un siglo. Pero la realidad de un frente en una provincia no tiene que ver con "Cristina sí o no". Tiene que ver con el dirigente de un pueblo u otro. La experiencia de las elecciones locales no se corresponde con el formato nacional. La discusión en la provincia es otra, responde a una lógica diferente. La política nacional en las provincias es algo que se ve en la tele.
-¿Cuál es la mirada sobre la provincia de Buenos Aires, donde los intendentes están mayoritariamente con Cristina?
-Habrá que caminar de acá al año que viene a ver cómo está el mapa político. No es tan estático. Si el año que viene somos un polo de poder realmente competitivo, probablemente la mirada sea distinta a la de hoy. Y, por otro lado, está demostrado que amontonar dirigentes no te hace ganar la elección. La mirada de un proyecto nacional desde la realidad local hasta ahora falló siempre. En la interna del ´88, yo militaba en el sector de Antonio Cafiero y José Manuel De la Sota. Ganamos la provincia de Buenos Aires y perdimos la elección nacional. Toda la vida fue así en la provincia. No es que no haya que darle importancia al armado territorial, pero eso viene al final.
-¿Dónde ubicaría al resto de los gobernadores?
-La mayoría va a ser parte del espacio. Dimos la voz de largada. Dijimos "muchachos, nos organicemos y nos pongamos a laburar". Pero habrá que ir caminando y hablando uno a uno. Acordamos no dispersarnos y fortalecer un espacio para ser una opción competitiva.
-¿Florencio Randazzo estará en ese armado?
-Debería estar, sí, es súper interesante.
-Hay un sector de los gobernadores que está en una zona intermedia, que no se ubica tan lejos del kirchnerismo.
-Habrá que ver qué les parece mejor. Falta mucho.
-¿Que el peronismo esté dividido en tres es el escenario ideal para el Gobierno?
-Claro. Pero de acá hasta agosto va a correr mucha agua bajo el puente.