EL PERONISMO HACIA 2019

Urtubey intenta hacer pie en Buenos Aires, pero la provincia lo esquiva

El gobernador salteño estuvo este jueves en Junín con Romero y dirigentes de la Cuarta. Pero no logra acercarse a los intendentes, que le desconfían por su histórica relación con De la Torre.

El proyecto presidencial de Juan Manuel Urtubey, que lo llevó este año a reunirse con gobernadores de distintos partidos en diferentes provincias, tiene una pata floja: la provincia de Buenos Aires. De la mano del sindicalista y ex diputado Oscar Romero, el salteño hizo esta semana un desembarco en Junín, donde se reunió con dirigentes de la Cuarta sección electoral, pero por el momento no logra magnetizar a los intendentes bonaerenses, que miran con desconfianza su discurso demasiado conciliador con Cambiemos y su histórica relación con Joaquín de la Torre, ministro de Gobierno de María Eugenia Vidal.

 

Urtubey llegó a Junín el jueves, invitado por Romero, de SMATA, quien, junto a otros miembros del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), lo había visitado pocos días antes en la Casa de Salta en Buenos Aires. El gobernador participó de la inauguración de un Centro de Estudios para el Desarrollo de Políticas Ciudadanas junto al presidente del interbloque Argentina Federal, el salteño Pablo Kosiner, y otros dirigentes de la Cuarta sección electoral bonaerense que llegaron invitados por Romero, oriundo de Junín.

 

En los medios locales, la visita de Urtubey se anunció como su desembarco oficial en la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas que, por ahora, le es esquiva. Los intendentes de los distritos más populosos, dueños de la llave que habilita el ingreso al territorio, no muestran por el momento interés en abrirle la puerta al salteño.

 

Entre los factores que alimentan la desconfianza de los caciques bonaerenses está la histórica relación de Urtubey con De la Torre. El actual ministro de Gobierno de Vidal fue el primer intendente en coquetear con el proyecto presidencial del salteño, en marzo de 2016, apenas terminado el gobierno kirchnerista.

 

Hasta el momento, De la Torre había sido parte de las filas del Frente Renovador, de Sergio Massa. En 2012, la fiesta de cumpleaños número 50 de De la Torre había reunido a Urtubey, a Massa y al entonces intendente de San Miguel, entre otros, en la misma foto, alimentando especulaciones sobre el armado del peronismo para 2015. Urtubey ya esbozaba sus intenciones de competir en la elección presidencial.

 

Con el kirchnerismo ya fuera del poder y Massa haciendo su propio juego, Urtubey comenzó su camino de armado dentro del peronismo federal. De la Torre le dio el primer aval en Buenos Aires, pero rápidamente pegó el salto al gabinete de Vidal. Asumió en agosto de 2016 como ministro de Producción y, tres meses después, como ministro de Gobierno. Ese mismo año, Urtubey tuvo un acercamiento con el entonces intendente de Bolívar y ahora diputado del Bloque Justicialista Eduardo “Bali” Bucca y con el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares.  

 

 

 

En plena primavera vidalista, los intendentes buscaban un horizonte dentro del PJ federal y fuera del kirchnerismo. Las vueltas de la política armaron y desarmaron varias veces el mapa del peronismo y dejaron, en 2017, a los intendentes del peronismo bonaerense encolumnados en su mayoría detrás de Cristina Fernández de Kirchner. Un sector minoritario se quedó con Massa y otro, donde se ubicó Bucca, jugó detrás de Florencio Randazzo.  

 

Con su llegada al Congreso dentro del interbloque Argentina Federal, el ex intendente de Bolívar se convirtió en uno de los interlocutores bonaerenses de Urtubey y de otros gobernadores del peronismo federal, que van desde el salteño hasta el sanjuanino Sergio Uñac, con quien los intendentes de la provincia ya se fotografiaron.

 

El salteño, por ahora, queda relegado en el menú de reuniones que los alcaldes bonaerenses vienen teniendo con distintos actores del peronismo mientras siguen cerca de Cristina. La ex presidenta mide en algunos distritos más de 50 puntos y ninguno está dispuesto a divorciarse de su boleta para subirse a la aventura de una renovación. Por el contrario, al ritmo de la crisis económica, los intendentes se enfrentan cada vez más con el modelo macrista, del que ven a Urtubey demasiado cerca, al menos en el discurso.

 

En el entorno del salteño dicen que no desespera. El gobernador cree que todavía falta que las fichas del tablero se acomoden y que los intendentes se sumarán el peronismo federal cuando vean el crecimiento de ese espacio en las encuestas. En los próximos días, dicen, podría sorprender con una foto con un histórico cacique bonaerense. Mientras, programa una nueva visita a Santa Fe, donde ya estuvo en junio junto al gobernador socialista Miguel Lifschitz como parte de su agenda para sumar dirigentes aliados por fuera del PJ.  

 

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