La coalición de gobierno Cambiemos se sumó en pleno al gabinete ampliado que encabezó el presidente Mauricio Macri para mostrar unidad y bajar la tensión que afloró en horas previas al recambio de gabinete y mientras se profundizaba la crisis cambiaria, que registró un pico histórico en el valor del dólar y un alza de la inflación.
Horas antes del encuentro entre el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, con los gobernadores para avanzar en la negociación por el Presupuesto 2019, el oficialismo se mudó a las oficinas del Centro Cultural Kirchner (CCK). El Presidente dio un discurso plenamente motivacional y luego hubo conferencia de prensa conjunta de la ministra Carolina Stanley (Salud y Desarrollo Social), el jefe del interbloque Cambiemos en la Cámara de Diputados, Mario Negri, y su par del Senado, Luis Naidenoff, ambos de extracción radical y presentes en las rondas de reuniones dentro de la quinta presidencial de Olivos en las que se definieron los cambios de ministros.
El diputado nacional fue quien llevó el mensaje de tranquilidad. “Cambiemos goza de muy buena salud”, afirmó el cordobés Negri, quizás el más diplomático dentro del centenario partido para acercar posiciones y evitar cortocircuitos internos. Lo hace sistemáticamente con Elisa Carrió, a quien lo une una larga amistad y respeto mutuo, cada vez que la diputada chaqueña ruge ante medidas de gobierno
Los dos radicales y la macrista Stanley, ascendida tras el recambio del equipo de gobierno, mostraron unidad y llevaron tranquilidad hacia dentro del espacio. “La idea es mostrar unidad en Cambiemos y dejar en claro que hay un equipo que trabaja y defiende el gobierno del Presidente”, explicaron a Letra P fuentes gubernamentales para explicar la presencia de los tres dirigentes en la conferencia de prensa. Usualmente, la palabra luego de los encuentros de gabinete ampliado la tomaba el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Sin embargo, como contó este portal, el Gobierno gira su postura en torno a los "voceros" de la gestión y decidió amplificar las voces y Macri quiere que todos los ministros estén al corriente de la gestión para defenderla públicamente.
Este martes, el frente oficialista exhibió unidad y comunión entre el ala que representa a la Unión Cívica Radical y el PRO. La reunión del gabinete ampliado en el CCK funcionó como un bálsamo para aquietar las turbulentas aguas de Cambiemos. Las febriles 48 horas de negociación en la Quinta de Olivos representaron el último intento del radicalismo para ensanchar su poder en el gabinete, pero el intento no prosperó. La conferencia de este martes, junto a la reunión de gabinete ampliado de la que también participó el vicegobernador bonaerense, Daniel Salvador, buscó bajar esa tensión y dejar atrás los chispazos.
A regañadientes, el presidente Macri avanzó con un rediseño del gabinete y del esquema de su gobierno, pero no alteró su círculo de confianza: mantuvo a Peña como jefe de Gabinete y como cerebro de la estrategia de su administración, a pesar de las constantes quejas del empresariado y de los propios socios de Cambiemos. Únicamente, aceptó desplazar a los vicejefes de Gabinete Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, al tiempo que dregadó algunos ministerios y fusionó otros. No obstante, la UCR no tuvo lugar en ese recambio de piezas y los intentos por incorporar a Ernesto Sanz, Martín Lousteau o Alfonso Prat Gay al gabinete quedaron en el naufragio. Además, el reconocido sanitarista radical Adolfo Rubinstein dejó de ser ministro para ser secretario de Salud, bajo el organigrama de Stanley.