No fue la presión radical la que casi lleva a Martín Lousteau a formar parte del gabinete de Mauricio Macri la tarde del domingo en la que la Quinta de Olivos se convirtió en escenario de negociaciones frenéticas de Cambiemos para definir la reorganización de ministerios. Para sorpresa de los dirigentes de la plana mayor de la UCR, que llegaron al mediodía a la residencia presidencial, fue el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien propuso que el diputado y ex ministro de Economía del kirchnerismo se sumara a la estructura del Gobierno.
El titular de la UCR y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, los presidentes del interbloque Cambiemos en el Congreso, Mario Negri y Luis Naidenoff, Ángel Rozas, los gobernadores Gerardo Morales y Gustavo Valdés y Ernesto Sanz habían llegado a Olivos poco antes de las 13 para discutir con sus socios del PRO los cambios en el gabinete. El Presidente no estaba. Macri pasó todo el día en su quinta de Los Abrojos, donde vio el triunfo de Boca ante Vélez, y recién desembarcó en la residencia presidencial a la noche, cuando las negociaciones continuaban.
Para entonces, Rodríguez Larreta ya había presentado su idea de que Lousteau se sumara al equipo de gobierno como titular de la cartera de Educación. La propuesta garantizaba dos ganadores: el radicalismo, que se anotaba un ministerio en plena crisis, y el propio Rodríguez Larreta, que sacaba así de carrera a su principal competidor en la Ciudad.
Los radicales habían celebrado la idea y le habían dado aviso a Lousteau, a quien le resultó tentadora. El ex ministro de Economía tiene detrás suyo la estructura de Franja Morada, la pata del radicalismo en las universidades. En paralelo se consolidaba el desembarco de Alfonso Prat Gay en Cancillería. La conversación había incluido a los dirigentes de la UCR, el secretario general de la Presidencia, Fernando de Andreis, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y la gobernadora María Eugenia Vidal.
A media tarde, la dirigencia radical se retiró de Olivos para discutir en privado los caminos a seguir. El destino elegido para la merienda fue la casa de Prat Gay. Hasta allí llegaron los dirigentes de la UCR. Para su sorpresa, cuando llegaron no solo se encontraron con el ex ministro de Hacienda de Macri sino también con el propio Lousteau, sorprendido por la propuesta de Rodríguez Larreta.
Pero la idea del jefe de Gobierno porteño encontró un escollo imposible de superar: la oposición de Elisa Carrió, quien tiene un duro enfrentamiento con el diputado. El llamado de Lilita fue suficiente para detonar las negociaciones sobre los economistas que la UCR había cerrado con la dirigencia del PRO.
A la noche, cuando la UCR volvió a Olivos, aún quedaba en pie el ofrecimiento para que Sanz se hiciera cargo del Ministerio de Defensa. El cambio también naufragó.