CAMBIEMOS

Larreta y una cumbre con Cornejo, con un ojo en Lousteau y otro en su futuro

Fue hace quince días en un restaurant de Villa Martelli, durante el pico de tensión entre Macri y el mendocino. Estuvieron Carrió, Santilli, Ferraro y Negri. Cambiemos en la Ciudad, tema central.

Miércoles 11 de abril. Restaurant La Nueva Calesita de Villa Martelli. Hubo café y bebidas, pero no almuerzo. De un lado de la mesa, Horacio Rodríguez Larreta. Del otro, el gobernador de Mendoza  Alfredo Cornejo. En el pico de tensión de la relación entre el presidente  Mauricio Macri  y el titular de la Unión Cívica Radical (UCR) por el incremento en las tarifas de servicios públicos y la política tarifaria, el mendocino y el porteño depusieron sus agendas para encontrarse cara a cara. El menú del convite giró en torno a la constitución de Cambiemos en la Ciudad, bajo el marco de la alianza nacional.

 

El jefe de Gobierno fue quien cursó la invitación. No estuvieron solos. A la mesa se sentaron Elisa Carrió Diego Santilli Maximiliano Ferraro  y Mario Negri. El gobernador mendocino iniciaba una gira de diez días por la Ciudad de Buenos Aires, que incluyó un mano a mano con Macri en Casa Rosada, un discurso en el Comité Nacional de la UCR y un homenaje al ex presidente Raúl Alfonsín. Una  rotation que comenzó con rebeldía frente a la platea del Rotary Club y con dardos hacia el Presidente y el ministro Juan José Aranguren  y, días después, culminó con un silencioso armisticio: el gobernador encabezó el timbreo en Quilmes y se mostró con Marcos Peña en al acto del a Juventud de Cambiemos.

 

A pesar del trajín de sus agendas, Larreta y Cornejo hicieron una pausa y dedicaron unos minutos para una charla exclusivamente política. Si bien hay muchos puntos de gestión que los conectan, el grueso del mitin se lo llevó el armado de Cambiemos en la Ciudad y la figura de Martín Lousteau.

 

La conformación de Cambiemos en territorio porteño es un hecho, pero se hará de modo gradual y bajo los términos acordados entre los integrantes de la mesa de La Nueva Calesita y con el aval de Macri, que le insistió a Larreta para conformar la coalición durante el encuentro que tuvieron en Villa La Angostura. Nuevamente, la diferencia es en torno a los tiempos.

 

 

Ahora, Rodríguez Larreta es quien prefiere avanzar de una vez por todas y Carrió quien pidió esperar a fines del 2018 o principios del 2019. Cornejo coincide con el alcalde y preferiría que la constitución de Cambiemos porteño se acelere.

 

Carrió sostuvo que “hay que esperar” los movimientos de Lousteau, que mantiene su intención de competir por la Jefatura de Gobierno en 2019 y, si es posible, en una primaria dentro de Cambiemos y frente a Rodríguez Larreta. Negri cree que “este chico”, en referencia al economista, postergará su candidatura para el 2023. Cornejo no arriesgó sobre los movimientos futuros de Lousteau y Larreta evita nombrarlo. Cuando se refiere a su competidor en el ballotage del 2015, en pos de bajarle el precio, hace alusión al radicalismo en general.

 

A un año de las elecciones ejecutivas del 2019, cualquier discusión en torno a la constitución de la coalición en la Ciudad contempla también un debate por las listas de candidatos. Ante ese escenario, sale a la luz la figura de Lousteau, recién afiliado al radicalismo. Sus intenciones políticas continúan aún bajo un halo de incógnita para el Gobierno porteño y la líder de la Coalición Cívica. Cornejo no habla por el ex embajador ante Estados Unidos, pero Larreta lo quiere cerca para comprender y dimensionar los planes de la Unión Cívica Radical, en especial en su distrito. De boca de su presidente, únicamente, escuchó la certeza de que la construcción de Cambiemos será en un marco de diálogo y se buscará dejar atrás la beligerancia de la campaña pasada. Sin embargo, el quid de la cuestión pasará por los términos del acuerdo y las candidaturas.

 

UNIDOS POR EL VINO. Cornejo y Rodríguez Larreta se conocieron en 2015, apenas asumieron en Mendoza y Buenos Aires, respectivamente. El vínculo se inició desde la gestión pero, merced a los intereses de ambos, rápidamente ingresó al terreno político.

 

El jefe porteño viajó tres veces a Mendoza desde que asumió. Es la provincia que más visitó en estos dos años y medio de gestión. En cada visita se reunió con Cornejo. Envió funcionarios de su riñón a eventos auspiciados por la gobernación y “mudó” espectáculos que ofrece el Teatro Colón y “estaciones saludables” al distrito cuyano.

 

 

 

Sin embargo, fueron dos hechos los que afianzaron la confianza entre ambos. En 2016, la Legislatura porteña avanzaba con la prohibición de publicidad de vinos en vía pública y el mendocino estalló de furia. Hablaron por teléfono y Rodríguez Larreta instruyó a su bloque de legisladores para subsanar la situación. Por esos días, el alcalde porteño comprobó la tenacidad y frontalidad del dirigente radical que en estos últimos días pudieron ver funcionarios del Gobierno nacional por la riña por el tarifazo a los servicios públicos.

 

 

Larreta, Cornejo y el ex ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile, tras una reunión en la Jefatura de Gobierno (FOTO: AGLP)

 

 

Un año después, el vino volvió a ser tema de discusión entre Cornejo y Cambiemos. Los ministros Nicolás Dujovne  (Hacienda) y Francisco “Pancho” Cabrera  (Producción) propusieron incluir un impuesto a esa bebida en el paquete de reforma impositiva que la Casa Rosada envió al Congreso. Nuevamente, Cornejo, bodegueros y viñateros pusieron el grito en el cielo por la medida.

 

Con la experiencia del 2016, el mendocino no lo dudó. Llamó dos veces al jefe de Gobierno. La primera charla fue breve y en términos acalorados. En la segunda, Cornejo pidió ayuda a Rodríguez Larreta. Acto seguido, el alcalde se sumó al lobby del mendocino y logró convencer a Cabrera de borrar la alícuota del 10% al vino en la reforma impositiva.

 

¿DESDOBLAR O UNIFICAR?. Rodríguez Larreta envió a la Legislatura un proyecto de Código Electoral que lo habilita a elegir la fecha de elección que desee. A diferencia de la legislación vigente, si se aprobase la nueva norma podría unificar el calendario porteño con el nacional y convocar a elecciones el mismo día en que Macri buscará la reelección.

 

Sin embargo, en el fuero más íntimo del alcalde, el mejor escenario es mantener el esquema desdoblado. Alejado de los conflictos nacionales, su boleta y su campaña se acotarían a los márgenes de la Ciudad. Los números le dan la razón. Con los resultados de su última medición en mano, Jaime Durán Barba le aseguró a Rodríguez Larreta que lidera el ranking de imagen positiva en la Ciudad, superando los 60 puntos. De cerca lo siguen la gobernadora María Eugenia Vidal y la propia Carrió. Para sorpresa de la Jefatura de Gobierno, Lousteau conserva todavía una imagen por encima de los 50 puntos, según los índices del asesor ecuatoriano. Pero imagen positiva no significa votos. “Ya sabemos lo que vale”, razonan en Parque Patricios sobre la última performance electoral del economista.

 

Por el momento, Macri le pidió la unificación a Rodríguez Larreta. Sin embargo, como sugirió el periodista Ignacio Zuleta, buena parte de la plana mayor de Cambiemos mira de reojo las intenciones de los gobernadores peronistas. Si las provincias del PJ adelantan las elecciones, bien podría la Ciudad mostrar un triunfo en las PASO de abril y las generales de julio para apalancar la reelección de Macri.

 

 

 

Larreta no toma ninguna decisión política sin antes consultar a Carrió y a Graciela Ocaña, sus aliadas principales en la Ciudad. Ellas hacen lo propio. La chaqueña se inmiscuyó de lleno en la negociación con los radicales por Cambiemos. Para esto último influyó mucho el corrimiento, al menos por ahora, de  Enrique “Coti” Nosiglia de la cotidianidad del radicalismo capitalino.

 

En la Jefatura de Gobierno cruzan los dedos para que la buena química se traslade a las urnas el año próximo. Algunos se ilusionan con una boleta que lleve los nombres de Macri, Carrió y Rodríguez Larreta. Los hombres PRO irán por la reelección y la chaqueña podría llegar al Senado. Quienes auguran ese panorama para 2019 alimentan esa posibilidad con una certeza: Carrió rechaza un desembarco en el Ejecutivo, así sea en la Ciudad o en la Nación.

 

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