Mario Quintana está otra vez activo, en una tarea vital para Cambiemos. Tres meses después de haber renunciado a ser los ojos del Presidente, el ex vicejefe de Gabinete retornó al circuito oficial. Se dejó ver en la gala del Teatro Colón después de volver a charlar con Mauricio Macri y Marcos Peña, el dúo que se vio obligado a entregarlo en medio de la ofensiva de los mercados y los reclamos del Círculo Rojo. Ya no tiene despacho en la Casa Rosada ni se mete en la economía ni gobierna el día a día de la gestión. Ahora, se dedica a tejer para sostener el vínculo más difícil para Macri y para el futuro de la alianza gobernante: la relación explosiva con Elisa Carrió.
Con razones fundadas o no, a Quintana se lo emparentaba con todo lo malo, desde la fe ciega de los CEOs en el éxito irremediable del gradualismo hasta los arrebatos populistas del macrismo, como la reparación histórica a los jubilados que después se borró con el codo y el ajuste de la reforma previsional. Había peleado todas las batallas internas durante casi tres años.
La jefa de la Coalición Cívica salió a defenderlo en el mismo momento en que se tuvo que ir del Gobierno, consideró que junto a Gustavo Lopetegui eran los mejores funcionarios del gabinete y se preguntó si su partida no era la venganza de los laboratorios, históricos enemigos del dueño de Farmacity.
Desde que el titular del Fondo Pegasus salió por la puerta de atrás con un poema budista, Carrió comenzó a extrañarlo. Con Macri cansado de los desplantes de Lilita a su autoridad y Peña con un eco limitado, nadie lo reemplazó en la tarea de contención que sólo él podía y estaba dispuesto a hacer.
La misión de Quintana es ambiciosa: reunir al Presidente y a Carrió antes de fin de año y romper dos largos meses sin diálogo.
VOLVER A LARRETA. La historia comenzó a revertirse hace algunos días, cuando Carrió acusó a Macri por “ir al fascismo” de la mano de Patricia Bullrich. Según pudo saber Letra P de funcionarios del Gobierno y miembros de la Coalición Cívica, el ex misionero que se convirtió en millonario regresó a orbitar en torno a Horacio Rodríguez Larreta, su antiguo compañero de la licenciatura de Economía de la UBA, el que le abrió el paso al mundo de los negocios y la política.
Quintana afirma todavía hoy que no conocía la avenida Del Libertador hasta que comenzó a circular por el mundo del actual jefe de Gobierno. En 2014, Larreta lo llevó a colaborar con la Fundación Pensar y después vino la aventura de Macri presidente. Ahora, una vez más, lo convoca para la campaña porteña de 2019, en la que Carrió vuelve a aparecer como una pieza fundamental.
Con paciencia oriental y el objetivo de volver a ser parte, Quintana comenzó a charlar con Carrió con más persistencia a partir de la última eclosión de la aliada más incómoda del Presidente.
Éramos tan felices. La campaña porteña 2017 fue todo selfies y sonrisas.
En la Coalición Cívica, admiten que la semana pasada los llamados derivaron en una charla cara a cara. El fundador de Farmacity, que ya no necesita vender sus acciones, viajó a la localidad de Azul junto a su esposa y su familia. Hasta allí fue Carrió, acompañada por Mariana Zuvic, para un encuentro pleno de coincidencias. Nadie quiere tirar más de la cuerda, por lo menos por ahora, y el objetivo es arrancar la campaña en modo pacifista.
En el Gobierno coinciden: Quintana quedó en buenos términos con Macri y con Peña. Sin embargo, hoy trabaja más cerca de sus orígenes, con Larreta y con María Eugenia Vidal. El trío se conoce hace por lo menos dos décadas. Como muestra, todavía quedan algunos ejemplares de “Domando al elefante blanco”, el libro que escribieron Mario y Horacio con la colaboración de la actual gobernadora bonaerense, entonces licenciada en Ciencias Políticas de la UCA.
Después, Quintana iniciaría una carrera vertiginosa de ganancias que lo llevaría a acumular, según su declaración jurada, 65 millones de pesos. La lista de emprendimientos incluiría al Fondo Pegasus -creado en 2000-, Aguifarma, Farmacia del Águila, Aroma Café, Freddo, Partners S.A., OPM inmobiliaria, Finangroup S.A., Giesa S.A., Mandamientos e Inversiones, Madero II SRL, Madero Plate SRL, Demap SRL, Desarrollo Caballito SA., General Payments, Rukan S.A., Papelera del Paraná y Pampa Cheese con Lopetegui, el también eyectado Luis Caputo y el actual viceministro de Economía, Miguel Braun.
FELICES FIESTAS. A los 51 años, después de casi tres décadas en el sector privado y un paso intenso y fallido por la gestión pública, Quintana es hoy el nexo principal y permanente del PRO con Lilita. Comparte con Larreta y Vidal un vínculo estable, que no sufre las alteraciones que se repiten con la Casa Rosada. “Mario le hace una contención personal importante”, admiten a un lado y al otro.
Después de decir que había perdido la confianza en él y que Cambiemos avanza hacia el fascismo, a Carrió ya no le queda casi nada por decir del Presidente. Cuestiona la escasa disposición del macrismo a luchar contra la corrupción y combatir las mafias que habitan -también- al cuerpo oficialista. De todas maneras, no quiere ni puede romper. No tiene a dónde ir y su ruptura puede provocar un daño al Gobierno y al esquema oficial de cara a un eventual ballotage. Por lo mismo, a Macri no le conviene tenerla enfrente, sino adentro.
Por estas horas, la misión de Quintana es ambiciosa: reunir al Presidente y a su aliada más incómoda en un almuerzo o una cena antes de fin de año, que sirva de acercamiento y rompa dos largos meses sin diálogo. La excusa de las fiestas, el perdón y la reconciliación para los cristianos ofrecen el mejor marco.
“Pronto se van a juntar y se van a arreglar. Porque ni a Lilita le conviene pelear con Mauricio ni a Mauricio con Lilita. Como en esos matrimonios que se llevan pésimo, pero siguen casados”, le dijo a Letra P un miembro del Gobierno que quiere brindar en paz.
Sería la temprana consagración del CEO en operador político al servicio de su gobierno. No abundan los voluntarios que quieren regresar para poner el pellejo, en plena temporada de ajuste y recesión, con una avalancha de datos negativos, como el aumento de la pobreza, la caída del consumo y la inflación récord.
A Quintana parece tocarle, al menos por ahora, la fase porteña de la campaña y el operativo contención para Carrió. Si sale bien, es posible que aumenten sus chances para ser parte en 2019. Mencionado y negado como eventual candidato a senador, el ex vicejefe de Gabinete no se considera un simple millonario. Quiere dedicarse a la política y dejar atrás el mundo de los negocios, que ya le dio de sobra.