LA GRILLA DEL PERONISMO. NOTA X

Por la segunda vuelta

El ex candidato nunca dejó de soñar con la Presidencia y va por la revancha. Quiere una PASO con todos los sectores del peronismo y ya se lo comunicó a Máximo Kirchner. El plan reaparición.

Iban 35 minutos del segundo tiempo y Daniel Scioli veía cómo se escapaba el partido. El domingo 7 de octubre, en el televisor de Villa La Ñata, miraba cómo Boca perdía 2 a 0 con Racing en Avellaneda. Sobre la hora, Ramón Ábila y Sebastián Villa amargaron la alegría de la Academia. El partido terminó 2 a 2. Scioli respiró aliviado por el empate frente a su invitado, un fanático de Racing, Máximo Kirchner.

 

El encuentro entre Racing y Boca fue la excusa de la reunión en la que Scioli le comunicó formalmente a su compañero de bancada en la Cámara de Diputados que empezaría a caminar el país y saldría a la cancha para ir por la revancha de 2015. El heredero de Néstor y Cristina no puso reparos. Sin definiciones aún sobre los planes de la ex presidenta para 2019, todos los candidatos son bienvenidos. “Que caminen todos, después se verá”, repiten en el Frente para la Victoria (FPV), donde ya sumaron a Scioli a la lista que integran Agustín Rossi, Axel Kicillof y, más desde la periferia filokirchnerista, Felipe Solá.

 

La vuelta de Scioli a la actividad pública, más allá del recinto de la Cámara de Diputados, lleva meses de gestación. Casi tantos como los que se cuentan desde que perdió el ballotage con Mauricio Macri, el 22 de noviembre de 2015. “Daniel siempre tuvo la idea de volver”, aseguran en el comando sciolista.

 

Aún con la idea de la revancha en la cabeza, Scioli estuvo más de dos años en el ostracismo. Sin chistar, pasó de gobernar la provincia más grande del país y perder la presidencia por apenas 680 mil votos a asumir su banca como diputado nacional -uno más entre 257- y presidir la Comisión de Deportes manteniendo un bajísimo perfil que solo se vio alterado cuando se ausentó de la sesión en la que se votó la reforma previsional y evitó manifestarse en contra.

 

Scioli en el Congreso, el día de la asunción de Macri como presidente. 

 

 

En el sciolismo aseguran que el ex candidato presidencial, que estuvo presente en la Cámara durante parte de la jornada, dormía una siesta al momento de la votación, en plena madrugada, y que nadie lo llamó para avisarle que debía volver al recinto. Aunque la versión no contentó en aquel entonces al sector mayoritario del kirchnerismo, el tema quedó sepultado. “Con Daniel está todo bien”, aseguran ahora en el Instituto Patria.

 

La discreción pública de Scioli no solo obedeció a una estrategia mediática sino, también, judicial. Habían pasado pocos meses de gobierno de Macri cuando la diputada Elisa Carrió arremetió contra el ex gobernador con una denuncia por lavado de dinero y delitos contra la administración pública, que cayó en el fiscal Álvaro Garganta, quien no tardó en darle curso.

 

 

En Tucumán, Scioli se reencontró públicamente con Massa. Ya se habían visto en privado. 

 

 

El sciolismo calificó la presentación como “un clipping” -por la abundancia de recortes periodísticos-, pero prefirió no confrontar públicamente. La causa avanzó y Scioli fue procesado junto a varios ex funcionarios de su gestión por negociaciones “incompatibles con el ejercicio de la función pública en concurso real con tráfico de influencias pasivo y activo, ambos en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público”. El fiscal pidió la elevación a juicio oral. En el entorno del ex gobernador le restan importancia y aseguran que la causa terminará en “un circo, un papelón”.

 

RECONSTRUCCIÓN. Mientras las cuestiones judiciales avanzaban, Scioli empezó a delinear su regreso público. En abril de este año rearmó su mesa de trabajo y encargó varios focus group para medir su situación ante el electorado. El resultado, dicen en su entorno, fue alentador. Mientras que la ausencia prolongada quedó anotada en la columna de las debilidades, la principal fortaleza logró arrasar con lo negativo. “Daniel es un ganador retroactivo del debate presidencial. La gente le reconoce que lo que dijo sobre Macri era cierto, se cumplió todo”, dicen sus voceros.   

 

 

 

Sobre esa base, Scioli empezó a trazar un nuevo programa de trabajo -en el que lo ayudan varios ex ministros y ministras de su gabinete, como la economista Silvina Batakis – que tiene como objetivo principal que el ex gobernador no solo se convierta en un comentarista del debate sino que logre desarrollar y dejar clara cuál sería su nueva propuesta de gobierno, a partir de la realidad actual.

 

El ex gobernador diseñó también su agenda política. Armó reuniones privadas con empresarios y empezó a mostrarse públicamente. Se fotografió a fines de septiembre con el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y participó del Acto por el Día de la Lealtad que organizó Juan Manzur en Tucumán con el peronismo no kirchnerista. A seis sillas de Scioli se sentó Sergio Massa, con quien el ex gobernador mantuvo este año una reunión privada para limar asperezas.

 

Tres días después de ese encuentro, Scioli compartió un acto con otro candidato presidencial del peronismo para 2019: Felipe Solá. Fue en Luján, en el acto que organizó Hugo Moyano bajo la consigna “Paz, pan y trabajo”. Los dos ex gobernadores volvieron a coincidir el 25 de octubre, pocas horas después de haber votado en Diputados en contra del Presupuesto 2019, en la sede nacional del PJ. Scioli, vicepresidente del partido, ofició como anfitrión junto a José Luis Gioja y le dio la bienvenida a Solá en su regreso. Quedaron en verse otro día, a solas, para hablar sobre el futuro.

 

 

 

“Daniel propicia una PASO con todos los sectores”, contó un asistente del ex gobernador que cree que, desde Massa hasta Kicillof y hasta Juan Manuel Urtubey, deberían estar contenidos en el mismo espacio. De no lograrse la unidad, cree, al menos deberían avanzar en un “pacto de no agresión” entre peronismos para la campaña para asegurar el ballotage. Sin Cristina en la cancha, afirman en su mesa chica, Scioli sería un seguro ganador. Los números lo alientan. El ex gobernador tiene a su favor un altísimo nivel de conocimiento y podría quedarse con los votos de los desencantados de Macri que nunca votarían a Cristina.

 

“Scioli logra quedarse con entre el 85 y el 90 por ciento de los votos de Cristina y, además, perfora en el universo de los que tienen una valoración regular-positiva de Macri”, explica a Letra P Pablo Mandía, de la consultora Analogías, que ya empezó a incluir al ex gobernador en sus mediciones.

 

El Grupo de Opinión Pública, que dirige Raúl Timerman, también incluyó una pregunta sobre el ex candidato presidencial del kirchnerismo en su última evaluación de dirigentes. “A los que desaprueban la gestión de Mauricio Macri: ¿Considera que Daniel Scioli lo hubiera hecho mejor?”, preguntaron a un universo de 500 encuestados en el área metropolitana de Buenos Aires. El 51,7 por ciento respondió que sí. En los próximos sondeos aparecerá directamente como candidato.

 

 

 

Mientras tanto, Scioli, acostumbrado a la presencia mediática abrumadora que tuvo durante su gestión, ahora gotea sus apariciones. El último domingo le concedió una entrevista al diario La Nación en la que dejó claras sus intenciones de buscar la revancha en 2019. "A los que me acompañaron en 2015 les preguntaría: '¿Cuál sería la razón para que no volvieran a acompañarme?”, le dijo al periodista Gabriel Sued.

 

En los próximos días se lo volverá a ver en los medios. El 15 de noviembre el ex gobernador tendrá la excusa perfecta para reaparecer y repetir, sin descalificar a los votantes macristas, que hace tres años, en el debate presidencial, predijo la realidad.

 

El Congreso Nacional del PJ se realizó en simultáneo al del Frente Renovador.
documento del pj: es necesario prepararnos para recuperar la conduccion del estado nacional

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