Horacio Rodríguez Larreta hizo llegar a la Legislatura porteña el paquete de leyes que quiere aprobado antes de fin de año. El tema prioritario, como todos los años, es el Presupuesto 2019 y las leyes Tarifaria y Fiscal, dos normativas concatenadas y clave para el año en que el jefe de Gobierno buscará la reelección. El Ejecutivo porteño prevé para 2019 un presupuesto de 321.457 millones de pesos y un superávit primario de 71.500 millones, según el texto que presentó el ministro de Economía y Finanzas, Martín Mura.
El trabajo quedó en manos del póker de lugartenientes que definió para garantizarle votos y custodiar la alianza entre el PRO, la Coalición Cívica y Confianza Pública: el vicepresidente I de la Legislatura, Francisco Quintana; el jefe del bloque PRO, Agustín Forchieri; y los vicepresidentes Maximiliano Ferraro, cercano a Elisa Carrió, y Diego García Vilas, del riñón de Graciela Ocaña.
El proyecto contiene las mismas variables que el texto diseñado por el ministro de Hacienda de la Nación, Nicolás Dujovne: una caída del 0,5% en el PBI, dólar promedio a 40,10 (42 para fin de año) e inflación del 23%. Rodríguez Larreta destinará 57.405 millones de pesos para Educación, 49.300 millones para Salud y 31.483 millones para Promoción y Acción Social. Las tres partidas verán incrementado su presupuesto por encima de la inflación proyectada.
El Presupuesto 2019 prevé igualmente una caída en el porcentaje de inversión en obra pública. La inversión en infraestructura para 2019 asciende a 51.640 millones de pesos y representa el 16% del gasto total, estimado en 321.457 millones para el próximo año de gestión. Según pudo saber Letra P, el traspaso de servicios de la Nación a la Ciudad acarrea una merma del orden del 5% en el presupuesto de inversión. En rigor, la obra pública significó el 21% del Presupuesto 2018 y un año después bajará al 16%. En el Gobierno aseguran que se votará el 22 de noviembre.
AÑO DE CÓDIGOS. Cuando comenzó el año parlamentario, las espadas legislativas de Larreta repetían risueños que el 2019 podría ser bautizado "el año de los códigos", debido a la cantidad de cuerpos normativos que se debaten en la Legislatura. En rigor, el corriente, como consta en cada publicación del Boletín Oficial, es el "Año de los Juegos Olímpicos de la Juventud", pero para los diputados es el ciclo de los códigos: ya se aprobó el Electoral y aún quedan en el tintero el Urbanístico, el de Edificación y el Contravencional.
El primero recibió 49 votos positivos el jueves 25 de octubre y entregó a Rodríguez Larreta la facultad de fijar las fechas de elecciones e, inclusive, unificarlas con el calendario nacional.
El Código Urbanístico y el de Edificación se aprobaron en primera lectura y estarían sancionados de manera definitiva antes del cierre parlamentario. El primero indica dónde y cómo (nivel de alturas) deberían ser las construcciones en la Ciudad de Buenos Aires y el segundo, en otros aspectos, determina qué materiales, tecnología y técnicas de construcción deberían ser utilizados.
Además, tiene pensado avanzar con la concesión de los espacios bajo la autopistas 25 de Mayo y Perito Moreno, que deberían renovar sus contratos bajo el esquema de licitaciones. El otro texto que el oficialismo quiere aprobar antes de fin de año es la creación de la Universidad Docente, que registra un fuerte rechazo en la oposición política y en los sindicatos docentes.
Al margen del paquete legislativo, Rodríguez Larreta tiene otra obsesión: como informó Letra P, el gobierno porteño apuesta por comenzar el 2019 con un nuevo contrato de operación y mantenimiento de las seis líneas de subterráneo y el Premetro. Con ese objetivo apura la licitación del servicio, que comenzó en agosto y debería terminar en el mes de noviembre con la coronación de Metrovías, RATP y la alianza entre Corporación América y Keolis, las tres compañías que participan del proceso.