La guerra entre Mauricio Macri y Hugo Moyano, que por estas horas tiene su epicentro en el terreno judicial, cuenta con un correlato en la gestión de gobierno: Cambiemos apuesta a “explotar” el desembarco de bitrenes en la Argentina como un método para bajar los costos de logística y, al mismo tiempo, desgastar el poder de fuego del sindicalista referente de Camioneros.
Con Cristina Fernández de Kirchner alejada, momentáneamente, de la primera plana mediática y la mayoría opositora concentrada en la discusión del Presupuesto 2019, el Gobierno eligió como adversario político a Moyano. Lejos quedaron los tiempos de buena sintonía, iniciados durante la gestión en la Ciudad, y cristalizados públicamente mediante el acto de inauguración del monumento a Juan Domingo Perón. La foto que inmortalizó el momento mostró a Macri y Moyano sonrientes y abrazados. De esa imagen también formaba parte el ex presidente Eduardo Duhalde. Tres años después, el Presidente mantiene una pésima relación con ambos y rivaliza con el sindicalista.
Hace una semana, en plena batalla del Gobierno con Moyano, Macri desempolvó un viejo concepto de la coalición Cambiemos: el valor de las mercancías se encarece por los costos destinados a la logística y el transporte. Sin nombrarlo, y en el medio de las novedades judiciales por la causa Independiente, el Presidente lanzó un dardo venenoso contra Moyano y, además, lo acusó de moverse por encima de la ley, justo cuando corrían como reguero de pólvora acusaciones cruzadas por aprietes judiciales y una amenaza de paro ante la posible detención de Pablo.
Letra P contó que el oficialismo hace lo imposible por mostrarse ajeno al movimiento de investigaciones judiciales que azota a Moyano, aunque desde la Casa Rosada salió el “OK” para que la Unidad de Información Financiera (UIF) regara los tribunales con información sobre la causa OCA. Sin embargo, Cambiemos apura ese desgaste por medio de la gestión. El caso testigo es la llegada de los bitrenes, promocionada por el sector privado desde hace años.
Se trata de unidades similares a un camión pero con mayor porte (25,5 metros de largo) y capacidad de carga que debilitan el poder del sindicato de Camioneros, brazo político y sindical de la familia Moyano. Técnicamente, un bitren es un camión con doble semirremolque unidos por un tren de ejes. Este sistema de transporte, utilizado hace tiempo en países de grandes distancias como Australia y Estados Unidos, recibió el guiño gubernamental en enero, cuando Macri firmó el decreto 27/2018 que modificó la legislación vigente en materia de transporte y le dio la bienvenida formal a los bitrenes.
Ese marco regulatorio sienta las bases del sistema a nivel nacional, pero cada distrito debe replicar y adaptar la normativa. La provincia de San Luis trabaja con el sistema desde 2011 e, incluso, tiene su propia escuela de choferes (EMABI). Según el Ministerio de Transporte, la utilización de las nuevas configuraciones generará un ahorro de costos logísticos del orden de los 200 millones de dólares el año que viene y de 1.587 millones de dólares a 2030.
La tensión entre Moyano y Macri escaló durante los últimos días producto del pedido de detención del fiscal Sebastián Scalera hacia Pablo Moyano, presuntamente vinculado a una asociación ilícita dedica a la reventa de entradas en el Club Atlético Independiente. El jefe familiar está convencido de la influencia del Gobierno en las causas que lo comprometen a él y a su familia.
La mala relación avanzó a pasos agigantados con la frustrada reforma laboral y se profundizó con el agravamiento de la crisis económica. Moyano empezó a despotricar a viva voz contra las políticas económicas de Cambiemos y contra el Presidente, a quien acusó de estar “desorientado” e insinuó que quería dejar la Casa Rosada. En paralelo, empezó a tejer con sindicalistas ligados a la CGT pero alejados del Triunvirato y con la senadora Fernández de Kirchner, luego de años de alejamiento y guerra fría que, entre otras cosas, le generó un vínculo con Macri años atrás.
De acuerdo a los números que barajan en la cartera que conduce Guillermo Dietrich, los bitrenes podrían reducir costos logísticos entre un 25% y un 35% y albergar entre un 40% y 70% más de carga neta que un camión convencional. El marco regulatorio fue acompañado por inversión en obras de infraestructura bajo el Plan Vía Federal, que ya lleva 15.000l kilómetros habilitados por Vialidad Nacional para que circulen los bitrenes.
Las unidades que se muevan por esas rutas específicas deberán solicitar un permiso y no pueden pesar más de 75 toneladas, con una estimación de 51 toneladas de carga útil. Además, Transporte habilitó otro tipo de sistema denominado “escalable”, que también es un camión pero puede sumar más tonelaje.
En rigor, los escalables podrían cargar hasta 55 toneladas y deben respetar los 18,50 metros de largo reglamentarios. Además, estas unidades tendrán un costo menor y el Gobierno espera que puedan entrar en el presupuesto de las pymes. El empresariado ve con buenos ojos la llegada de los bitrenes porque matemáticamente tendrá beneficios: una unidad que transporta mayor carga representa menos viajes y, consecuentemente, menos camiones en circulación. Sin embargo, la inversión en bitrenes es muy superior al transporte convencional negociado con Camioneros.
Los bitrenes tienen corredores específicos según su longitud y el peso que pueden transportar. Las unidades que miden entre 20,50 metros y 22,40 metros y pesan 60 toneladas están habilitadas para moverse por rutas nacionales. En tanto, los camiones con doble acoplado que pesan 75 toneladas y miden 25,50 metros de largo pueden trasladarse por corredores habilitados específicamente. Lo mismo ocurre para las unidades de mayor porte permitidas en Argentina (30,25 metros), que sólo pueden circular con permiso del Ministerio de Transporte.
El Gobierno apostó por la modificación del marco regulatorio y por renovar rutas para garantizar la llegada de los bitrenes, pero el éxito de la iniciativa depende de si el sector privado puede o no costear la inversión. La otra punta del desgaste, que el macrismo la fijó como prioridad desde que asumió, pasa por la renovación y creación de vías para los trenes de carga interprovinciales, también reclamados por las cámaras empresarias.