CAMBIEMOS

Rebelión en la alianza

En menos de una semana, a Macri se le plantaron la UCR y la Coalición Cívica. Justicia, elecciones y tarifazo, claves de una revuelta inesperada que debilitó más al Gobierno.

La coalición Cambiemos vive una semana cargada de tensión en la que se mezclaron declaraciones venenosas, acusaciones y reproches entre dirigentes de peso del PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica. El Gobierno, con Mauricio Macri a la cabeza, buscó bajar la tensión, pero la furia de Elisa Carrió y Alfredo Cornejo, entre otros, quedó al descubierto como nunca antes desde el inicio de la gestión, allá por 2015.

 

 

Por distintas razones, Lilita y el radicalismo tensaron la cuerda al extremo con la Casa Rosada. El PRO acusó el golpe y activó gestiones para apaciguar los ánimos, aunque esta vez más tarde que lo normal. La furia de Carrió por las declaraciones del ministro de Justicia, Germán Garavano, abrió el grifo a un sinfín de cruces y hasta una embestida en bloque de la CC contra el macrismo. Bastó que el ministro de Justicia deslizara, a modo de análisis propio, que no es una buena noticia para la institucionalidad de un país que una ex presidenta vaya a prisión.

 

Las palabras sobre el desafuero y las causas por las que se investiga a Cristina Fernández de Kirchner encendieron la alarma de los lilitos, que le avisaron a Carrió y emprendieron la respuesta. Por primera vez, la diputada nacional presentó un pedido de juicio político contra un ministro de Macri. Tenía en la mira a Garavano desde febrero, tras la decisión de la querella dependiente del Ministerio de Justicia de pedir las absoluciones de los ex fiscales del caso por el encubrimiento del atentado a la AMIA Eamon Müllen y José Barbaccia y del ex jefe de la Metropolitana JorgeEl FinoPalacios. Ya en el verano de 2018 le había avisado al Presidente que tenía redactado el pedido de enjuiciamiento.

 

 

 

 

Horas después de los dichos de Garavano, la Cámara de Casación absolvió al ex presidente Carlos Saúl Menem en la causa por tráfico de armas. Carrió se brotó y apuntó nuevamente contra el ministro de Justicia. Furiosa, publicó una carta abierta a Macri en la que denunció que “un sector del Gobierno” no desea “justicia y condena”.

 

Corrían las horas, escalaba la tensión y el Gobierno movió primero: el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior,  Rogelio Frigerio, aprovecharon una reunión con el bloque de la CC sobre la ley de Presupuesto 2019 para testear el ánimo de los lilitos. Hubo reproches, pero también contención amarilla. En paralelo, el asesor presidencial José Torello llamó a la chaqueña para aplacar los ánimos. No lo logró, aunque quedó satisfecho con el tiempo que Carrió destinó a escuchar las explicaciones de la Casa Rosada sobre las causas que inquietan a la socia fundadora de Cambiemos.

 

 

 

 

Macri siguió enviando emisarios y logró disminuir el enojo. No obstante, los mensajes cruzados duraron poco. Carrió volvió a explotar el fin de semana, cuando se enteró de que el Presidente corrió de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) a funcionarios con los que hablaba con frecuencia, pero que en el oficialismo creían, como contó Letra P, que compartían la información con otras terminales políticas. “Sacar a tres héroes de la AFIP por mi apoyo equivale a aliarse con (el recaudador de la era K Ricardo) Echegaray y su gente”, rugió la chaqueña con una publicación en Twitter.

 

La reacción de la Casa Rosada fue tardía. No hubo llamados inmediatos ni visitas a su casa de Exaltación de la Cruz para contener a la diputada nacional, que llevó la disputa a un punto álgido: dijo que perdió la confianza en el Presidente. Esperando una explicación oficial que tardó más de lo acostumbrado en llegar, Carrió activó su reproche durante la presentación del último libro de su ladera Mariana Zuvic, en Corrientes. “Siempre dije que el Presidente está entre la línea de ( Daniel) Angelici y la línea Carrió. Y va a tener que elegir y tiene tiempo para elegir. Pero sabe que elige o cae”, fustigó.

 

 

 

 

El fuego amigo cesó de un día para otro y sin mayores heridos, al menos hasta el momento. El propio Macri dio por finalizada la tensión con Carrió y subrayó que su Gobierno "combate la corrupción". Voceros de ambos espacios admiten que el incendio de la semana pasada se apagó, pero desde la Coalición Cívica advierten: "Con la Justicia no se jode".

 

DALE GAS. Con la UCR, la riña comenzó por la malograda compensación a las empresas productoras de gas, que ahora la Casa Rosada responsabiliza únicamente en la firma del secretario de Energía, Javier Iguacel. Nuevamente, el radicalismo enfureció por enterarse vía medios de comunicación de los pasos gubernamentales en política económica. El partido salió en bloque a cuestionar el incremento y propuso que el Estado y las empresas absorbIieran el plus del gas.

 

 

 

“Quedaron en bolas. Esta resolución los dejó al desnudo y muestra claramente la matriz empresarial bajo la que gobiernan”, cuestionó, furioso, un dirigente nacional del radicalismo. Los gobernadores Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy) criticaron la medida y reclamaron una revisión a la Casa Rosada. Tiempo después se sumó el senador nacional Julio Cobos. Finalmente, el Gobierno cedió, volteó la resolución y negocia que el Estado y las compañías abonen la compensación, sin trasladar, por medio de la tarifa del gas, ese valor a los usuarios, aunque, claro, el Estado no es otra cosa que los ciudadanos, que pagarán de alguna manera.

 

El gobernador mendocino cuestiona en privado la marcha de la gestión de Cambiemos y se ha cruzado varias veces con Macri. Hablan sus diferencias cara a cara, a pesar de que el radical cuestiona que la Casa Rosada no escucha “lo suficiente”. En el PRO creen que tiene un proyecto propio y lo sindican como el responsable de "instalar" la posibilidad de una PASO entre Macri y un candidato del radicalismo, que explotó en medio del último Encuentro Nacional de Cambiemos. Por lo pronto, la Casa Rosada intentará hacer pesar su influencia en las listas nacionales en Mendoza.

 

Ni Cornejo ni Morales criticaran en público al Gobierno, pero salieron a coro a pedir una modificación de la resolución del pago retroactivo del gas a sabiendas del impacto de esa medida en su electorado. Allí reside la preocupación de ambos mandatarios provinciales, que miran el escenario electoral de 2019 con preocupación.

 

Marcos Ferrer, intendente de Río Tercero. 
El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, junto a Lisandro Enrico.

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