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Por qué una logística federal es clave para el desarrollo productivo de la Argentina

Es fundamental el diseño de una logística federal para limar las inequidades regionales. Infraestructura, servicios y tecnología. El rol de las provincias.

La logística es una variable fundamental en la Argentina. Buena parte del potencial productivo del país podría ser capitalizado y proyectado en un modelo de desarrollo sostenible con una logística más eficiente y competitiva. Tres claves: planificación, gestión y optimización del transporte y el almacenamiento de bienes.

Esos elementos son pilares de un funcionamiento eficiente de las cadenas de abastecimiento, desde el proceso de obtención de las materias primas hasta el momento en que el producto llega al consumidor final, y tienen un enorme impacto en la competitividad, en el desarrollo económico de cada región y del país entero y en la calidad de vida de sus habitantes.

A los desafíos que conllevan las constantes transformaciones en los flujos del comercio internacional, la Argentina suma a la ecuación una serie de condicionamientos extra: la considerable extensión de su territorio, que supone enormes distancias internas para el transporte de carga; una gran diversidad productiva, distribuida a lo largo y ancho del país, que obliga al abordaje logístico integral de una geografía compleja, y la histórica concentración de infraestructura, servicios y equipamientos en la franja central, que da por resultado una fuerte inequidad en términos de recursos logísticos.

Argentina necesita que los alimentos, la energía y otros productos que el mundo demanda, lleguen efectivamente a destino. Si bien los grandes mercados globales están a distancias considerables, el país tiene un extenso frente fluvial y marítimo que lo conecta con ellos. Además, la ubicación de la Argentina es estratégica: en el Cono Sur de América, compartiendo fronteras con cinco países que a su vez se comunican entre sí a través de las rutas argentinas, oficiando de vínculo entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Una logística federal

El diseño de una logística federal debe considerar, entonces, esos grandes desequilibrios territoriales que para los productores se traducen en condiciones desiguales de competitividad. Las rutas nacionales y provinciales y los caminos rurales necesitan, en líneas generales, mejoras y ampliaciones en casi todo el país. La rehabilitación y generación de nuevas líneas ferroviarias debe garantizar una oferta equilibrada en las distintas regiones, además de incrementar los servicios y la velocidad de los trenes. De igual modo, ayudaría a ese equilibro federal que más puertos posean equipamiento para operar contenedores y que el transporte aéreo de cargas disponga de las mejoras en la infraestructura y en los servicios necesarios para posicionar, por ejemplo, producciones de primicia en los mercados globales.

La solución de estos desequilibrios, con mayor impacto en algunas regiones respecto de otras, permitiría mejorar la eficiencia logística e impulsar una desconcentración de los flujos de carga en determinados puertos, rutas y pasos de frontera, integrando territorios mediante intervenciones eficaces y estratégicamente distribuidas en cada región.

Si bien la incidencia del costo del flete sobre el precio final de los bienes trasladados varía según el tipo de producto y la región de origen, las mejoras en la fluidez y una mayor eficiencia en los eslabones más sensibles de la cadena logística pueden disminuir notablemente ese costo: un camino rural con el mantenimiento adecuado, un camión que transita con la bodega siempre llena, un trámite aduanero más simple y ágil o un buque que parte a tiempo, sin demoras innecesarias, colaboran para incrementar la competitividad de los dadores de carga.

Deben considerarse, además, los factores ambientales que afectan el desempeño logístico, como las bajantes históricas del río Paraná que dificultan la operatoria portuaria; las nevadas que obligan a cerrar los pasos cordilleranos o las lluvias intensas, cada vez más frecuentes, que anegan rutas y caminos.

Más y mejor infraestructura que reduzca las brechas territoriales y optimice los nodos logísticos, nuevas tecnologías que mejoren la trazabilidad de los productos y una coordinación más ágil entre todos los actores del sector, tanto privados como públicos, son herramientas imprescindibles para proyectar la producción argentina hacia el mercado global.

La logística y el rol de las provincias

Las provincias vienen realizando importantes esfuerzos para mejorar el desempeño logístico en sus territorios. La Estrategia Federal Logística, una iniciativa que llevan adelante junto al Consejo Federal de Inversiones (CFI), refleja el lugar prioritario que tiene la temática en la agenda de los gobiernos provinciales y busca respuestas para los diversos desafíos que enfrenta la logística de cargas en las distintas regiones, además de facilitar el acceso a financiamiento y asistencia técnica para proyectos estratégicos.

Esa iniciativa federal se alimenta de un trabajo territorial desplegado en todo el país, que fomenta el diálogo entre productores de más de 60 cadenas de valor, con los actores de los modos de transporte carretero, ferroviario, fluvial-marítimo y aéreo, de plataformas logísticas y depósitos fiscales, y con los funcionarios provinciales y nacionales de las áreas de industria, transporte y obras públicas. Como resultado de la puesta en común de todas estas visiones particulares, se identifican obstáculos y cuellos de botella y se proponen soluciones específicas para cada provincia y cada región, traducidas luego en proyectos concretos que buscan mejorar la competitividad y la eficiencia logística.

Gobernadores en el CFI con Lamothe
Los gobernadores en el CFI.

Los gobernadores en el CFI.

De estos espacios colaborativos ha surgido una cartera de más de 1100 proyectos que tienen impacto directo en la eficiencia logística y en el desarrollo productivo federal, y cuya implementación podría reducir las brechas logísticas, promover la equidad territorial y contribuir al fortalecimiento de las economías regionales en el marco de una estrategia de crecimiento inclusivo y sostenible.

Se trata de puntos de mejora que afectan a todo el entramado logístico argentino y que, una vez resueltos, mejorarían notablemente la eficiencia del transporte de cargas en el país.

Infraestructura vial: Un alto porcentaje de las redes viales primaria y secundaria de la Argentina, que se extienden por más de 240.000 kilómetros, necesita mejoras, tanto en rutas nacionales como provinciales, además de la ampliación de la capacidad de ciertas vías estratégicas.

Infraestructura ferroviaria: La rehabilitación de ramales estratégicos permitiría explotar el potencial de muchas cadenas de valor regionales que cargan su producción a granel, como el maíz, el azúcar o la madera.

Ferrosur, trenes de carga

Transporte por agua: Sostener el dragado de las vías troncales de navegación es necesario para expandir el comercio a través de los puertos del Paraná, que en los últimos años ha sufrido bajantes históricas, complicando las operaciones de buques de gran calado. Las mejoras en el transporte fluvial beneficiarían notablemente al sector agropecuario y al forestal. A su vez, el transporte marítimo demanda mejoras en los accesos viales y en la infraestructura de los puertos sobre el Mar Argentino.

Infraestructura aeroportuaria: Si bien la incidencia del modo aéreo en el volumen total del transporte de cargas es marginal, hay oportunidades para incrementarlo a partir de la adecuación de los espacios de carga y la incorporación de equipamiento.

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Los cielos abiertos de Javier Milei

Los cielos abiertos de Javier Milei

Plataformas logísticas: El desarrollo de una red de plataformas logísticas equipadas con cámaras de frío y con espacios de almacenamiento y consolidación de carga permitirá mejorar la competitividad de productos como los metales críticos, el limón o la alfalfa.

Sostenibilidad de los servicios: Garantizar previsibilidad en la operatoria logística supone una extensa serie de medidas y acciones orientadas a preservar y fortalecer el sistema, desde créditos accesibles para la renovación de la flota de camiones y la compra de maquinaria en pooles para el mantenimiento de caminos rurales hasta planes de negocios para un mayor aprovechamiento de la infraestructura ociosa en los modos ferroviario, fluvio-marítimo y aéreo.

Corredores bioceánicos: La integración regional con los países vecinos a través del desarrollo de corredores bioceánicos es una herramienta que permitiría la consolidación de las exportaciones argentinas.

Fronteras inteligentes: Lo que sucede en los pasos de frontera tiene un impacto sustancial sobre los costos logísticos de importación y exportación. Debe generarse una agenda de trabajo conjunta con los países vecinos, para simplificar trámites aduaneros, evitar demoras e incorporar estándares de conectividad digital que garanticen el diálogo en tiempo real entre los distintos actores de la operatoria logística internacional.

Relevamiento de información: Incrementar y mejorar las estadísticas logísticas consolidadas permite dimensionar el potencial de carga a captar en cada región. El desarrollo de nuevos instrumentos para la producción de datos facilitaría el diagnóstico y una planificación más eficaz.

Logística 4.0: La incorporación de nuevas herramientas tecnológicas, entre ellas la inteligencia artificial, es un nuevo y positivo desafío para la logística.

Capacitación: Continuar fortaleciendo las capacidades de los recursos humanos, tanto en el sector privado como en el público, en los más diversos aspectos de la logística, desde la operación de maquinaria y la gestión comercial hasta la planificación integral de todos los sistemas de transporte de carga, es un factor que beneficia al sector en su conjunto.

Cambio climático: La mayor recurrencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos demandan un sistema logístico adaptado a escenarios de riesgo climático y que adopte nuevos estándares de diseño para las infraestructuras logísticas.

Articulación con el territorio: La convivencia entre las actividades logísticas y el movimiento urbano es uno de los desafíos del transporte de carga en el país, que demanda travesías urbanas, circunvalaciones y otros dispositivos que delimiten los usos diferenciados de la red vial.

Una logística en constante revisión

La logística es un ámbito dinámico, sujeto a constantes cambios, condicionado por factores económicos, sociales, tecnológicos y geopolíticos, de ahí que disponer de herramientas que permitan una revisión constante de las necesidades de productores y transportistas, y que les provea las soluciones adecuadas, es fundamental para anticiparse a esas transformaciones, fomentar la eficiencia y la sostenibilidad y afianzar los objetivos de desarrollo productivo de las provincias argentinas.

El país necesita avanzar con medidas concretas que fortalezcan la competitividad de los productos argentinos en los mercados del mundo. Eso sólo podrá lograrse con una logística eficaz, que sea, al mismo tiempo, garantía para la consolidación de un modelo de desarrollo federal.

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