LETRA PEPE

UCR, todos adentro (para que no se rompa)

El radicalismo elige este viernes a su nuevo presidente. Gustavo Valdés, el favorito que se niega. La rosca partidaria y el dilema frente a Javier Milei.

El radicalismo está en temporada alta de rosca partidaria. El viernes 12, 106 delegados deberán definir el nombre de quien conducirá los destinos de la Unión Cívica Radical (UCR) en medio de la agonía en la que Javier Milei hundió a los partidos políticos tradicionales.

Para hacer un breve repaso histórico, entre 1983 y este año, la UCR pasó de tener un bloque unido de 129 a contar con quince diputados nacionales repartidos en cuatro bancadas diferentes; de 92 a 27 intendentes bonaerenses. De ganar dos veces la Presidencia de la Nación a no haber presentado candidatos a ocupar el sillón de Rivadavia en las últimas tres elecciones nacionales.

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A eso se suma el desafío de sostener la unidad del partido mientras los principales dirigentes impulsan estrategias diferentes, se dirimen entre licuarse en una alianza con el espacio libertario y esperar hasta que pase la tormenta mileísta para volver a seducir con socialdemocracia a una sociedad atada a los extremos. Entre los candidatos a presidir el partido pica en punta el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Lo aclama la mayoría de sus correligionarios, pero el correntino dice que no quiere esa silla.

Los distintos caminos de la UCR

“El radicalismo dejó de existir como partido nacional. El fenómeno del presidencialismo federalista con elecciones provinciales desdobladas y partidos provinciales destruyó a los partidos políticos nacionales. Le pasó también al Partido Justicialista y al PRO. El peronismo tiene una chance todavía porque hay una cierta homogeneidad electoral”, analiza Andrés Malamud, politólogo que se inscribe en las filas de la UCR.

En su libro “Adelante, radicales”, publicado en 2019, Malamud compila textos que relatan el derrotero radical desde el postalfonsinismo hasta el regreso al poder de la mano de Cambiemos. La pregunta central, ya entonces, era hacia dónde tenía que ir el partido centenario.

Seis años después, el problema sigue siendo el mismo, con varios agravantes. En las últimas elecciones nacionales, los cinco gobernadores radicales aplicaron recetas diferentes. Mientras que Alfredo Cornejo(Mendoza) y Leandro Zdero (Chaco) hicieron alianzas con LLA que resultaron ganadoras, Carlos Sadir (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Maximiliano Pullaro (Santa Fe) jugaron en el armado de Provincias Unidas (PU), con resultados dispares. Solo Valdés se alzó con un triunfo.

De esa división resultó el armado de los bloques parlamentarios. El actual presidente del comité nacional, Martín Lousteau, asumió esta semana como diputado y se integró al bloque de PU, donde también habitan otros cuatro radicales.

Del otro lado quedó la bancada que llevará el sello de la UCR. Estará integrado por apenas seis diputados y presidido por la mendocina Pamela Verasay, que responde a Cornejo. Ahí se anotan también los legisladores de Zdero. En un monobloque quedó Karina Banfi, mientras que otros tres ¿ex? correligionarios se mudaron definitivamente a la bancada de La Libertad Avanza. Se trata de los antes conocidos como “radicales con peluca”, Luis Picat, Federico Tournier y Mariano Campero.

En el Senado reinará la unidad. Eso acordaron el miércoles los gobernadores radicales en la reunión que tuvieron con legisladores en el Congreso después de la sesión preparatoria de Diputados. Se pusieron como objetivo cuidar lo que queda de fortaleza, un bloque de 11 integrantes.

Rosca radical

La rosca se dirime en las conversaciones que tienen por estas horas los gobernadores y sus representantes en el Congreso sentados a la mesa con los poderes permanentes de Emiliano Yacobbiti y Enrique Nosiglia, Daniel Angelici, el senador y presidente de la UCR bonaerense, Maximiliano Abad, y el exgobernador de Jujuy Gerardo Morales, entre otros.

Entre todos buscan definir hacia dónde irá el partido. ¿Qué representa la UCR? ¿Existe todavía un electorado radical? ¿Se puede armar un nuevo Cambiemos? La decisión se cristalizará en el armado de la mesa directiva del comité nacional, integrada por 15 dirigentes: un presidente, tres vicepresidentes, nueve secretarios, un tesorero y un protesorero, que forman el órgano ejecutivo del partido.

Los nombres de los integrantes de la mesa saldrán de la reunión que se celebrará el viernes en la sede de la calle Alsina, a cuadras del Congreso. Participarán 106 delegados, cuatro elegidos por cada provincia y dos de cada uno de los siguientes sectores: Franja Morada, la Organización Nacional de la Juventud, Organización de Trabajadores Radicales (OTR), Diversidad y Foro de Intendentes. El nuevo presidente saldrá de los delegados que participan del cónclave.

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En términos políticos, el cuerpo de delegados está divididos en cuatro cuartos: uno juega para Morales, otro responde a Evolución (Yacobbiti- Nosiglia-Lousteau), el tercero es de Valdés y el cuarto restante, se reparte entre diferentes facciones, entre las que se anota Cornejo. Si la definición fuera por mayorías, el mendocino llevaría las de perder.

“Pero la idea que estamos trabajando no es ir al comité a ganarle a alguien. Vamos a tratar de contener a todos”, dice uno de los dirigentes que participa de la rosca previa. En esa línea se anotan los que sugieren que, además de la mesa directiva, debería armarse una suerte de comisión que pueda funcionar como enlace entre la cúpula partidaria, los gobernadores y los grupos parlamentarios. Sería una forma de articular diferentes posiciones sin romper nada.

Otras figuras radicales tienen una mirada menos integradora. Quieren armar una mayoría que se imponga en las decisiones sobre el sector de Cornejo para “evitar que le entregue el partido a (Javier) Milei”. “Yo no harían ningún gesto conciliatorio, hay que ser claro frente a la sociedad y la sociedad piensa que estamos con el oficialismo. Nuestra identidad se desdibujó”, dicen en el ala más antimileísta del partido.

Además se habla de la necesidad de posicionar un vocero joven que pueda mostrar una nueva cara del partido – algunos proponen al diputado bonaerense Pablo Juliano, pero otros lo objetan por ser demasiado antimileísta- y consagrar el lugar de “una figura patriarcal”, que pueda actuar como mecenas en busca de financiamiento empresarial.

Gustavo Valdés, el nombre que miran todos

En las distintas tribus radicales hay un consenso avanzado sobre quién tiene que ser el hombre que presida el partido. El apuntado por todos es Valdés. Lo apoyan el sector de Yacobbitti, Morales y Pullaro. El correntino dijo en las últimas semanas que no quiere, pero dio algunas señales que indican que podría aceptar el pedido.

Valdés revalidó este año el poder en su provincia. A fines de agosto impuso a su hermano, Juan Pablo, como su sucesor en la gobernación con casi el 52% de los votos. El 26 de octubre, fue el único gobernador de PU que pudo ganarle a Milei.

pullaro valdés schiaretti

El correntino escucha y mueve fichas. Dice que, si se convirtiera en presidente del partido y trabajara para fortalecer la alternativa opositora de PU, podría complicarse la gobernabilidad de Corrientes. “El problema de los gobernadores es que la escena es imprevisible. Todos saben que este plan económico no se sustenta”, apunta un operador todoterreno de la UCR.

Esta semana, Valdés desconcertó a algunos con un movimiento. Aunque forma parte de PU, dejó a Diógenes González, el diputado que encabezó su lista en Corrientes, en el bloque de la UCR. La jugada enojó a los que empujan el armado de los gobernadores, pero tuvo como objetivo no romper el diálogo con Cornejo y Zdero, no profundizar la grieta en la UCR. Pudo ser un guiño hacia su candidatura.

El dilema de Alfredo Cornejo

Señalado por sus correligionarios como el más mileísta de los radicales, Cornejo enfrenta un problema político crucial. El exministro y flamante diputado Luis Petri, antes radical, y su rival en las PASO de 2023, fue uno de los primeros dirigentes de la UCR en saltar a las filas de LLA. La Casa Rosada lo impuso como candidato para las elecciones de octubre, en la lista que compartió con el cornejismo. La relación entre ambos es pésima.

Petri obtuvo casi el 54% de los votos y va camino a convertirse en nuevo gobernador en 2027. Cornejo no tiene chances de reelección, pero no quiere perder el poder. En el cornejismo dicen que el la UCR tiene que “interpretar lo que quiere la ciudadanía” y entender que la sociedad viró hacia el modelo que impone Milei. “La ventaja que tiene Cornejo es que lo que propone Milei a nivel nacional es lo que él ya hizo en Mendoza. No es cierto que Alfredo le quiera entregar el partido a Milei. El que le entregó el partido al kirchnerismo fue Lousteau”, apuntan.

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Mendoza: Luis Petri y Alfredo Cornejo: de enfrentarse en las uras, a convivir en el apoyo al gobierno libertario.

Mendoza: Luis Petri y Alfredo Cornejo: de enfrentarse en las uras, a convivir en el apoyo al gobierno libertario.

Al exsenador le achacan haberse puesto demasiado rápido en la vereda opositora a Milei, mientras los gobernadores de su partido iban en otra dirección. La desconexión fue total. Dicen que erró en el diagnóstico al pensar que el plan económico iba directo al fracaso. En Evolución responden que Lousteau no pifió. “Martín tenía razón. A Milei lo salvó dos veces Donald Trump”, argumentan.

Como sea, el sector de Cornejo remarca que, esta vez, el conductor del partido tiene que dedicarse a “representar el poder de las provincias”. Los detractores del mendocino recuerdan que fue Cornejo quien tejió con Alberto Fernández la Concertación UCR-PJ que terminó con Julio Cobos como compañero de fórmula de Cristina Fernández de Kirchner, en 2007. "El problema que tiene es que Petri ya le comió la provincia", dicen.

Adónde va la UCR

El radicalismo todavía no tiene una estrategia común. Van a ser muy difíciles los próximos dos años. ¿Cómo conducís un partido con tantas estrategias diferentes?”, se pregunta un dirigente que participa de la rosca partidaria.

Los caminos son dos. Un sector por ahora minoritario busca acentuar un perfil propio, pero en sintonía con LLA. Del otro lado responden que eso ya no es posible. El análisis de los datos dice que Milei se quedó con el electorado no peronista de los distritos en los que alguna vez reinó la UCR. Es curioso que Milei sea más antiradical que antiperonista.

La mayoría partidaria piensa en fortalecer el armado de PU, una alternativa a Milei que no implique la vuelta del kirchnerismo. “La UCR no tiene nada que ver con LLA. El radicalismo tiene otras banderas. El modelo que lleva adelante Milei destroza la clase media. No hay forma de estar con Milei y mantener la identidad radical”, dice uno de los integrantes de la mesa chica que negocia por la presidencia del comité.

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Malamud aconsejó en los últimos días a algunos militantes de base descorazonados. “Yo discutiría el horizonte. Qué pasa en el mundo, cómo se integra Argentina, cómo se entiende el mundo actual y cómo se ubican los partidos políticos en ese nuevo mundo. La ideología ocupa cada vez menos importancia y la gestión cada vez más”, les dijo.

El viernes, los delegados del partido empezarán a definir si la UCR tiene, todavía, algo para ofrecerle a la sociedad del nuevo mundo.

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