“Se acabó el tiempo. Rompan todo. La orden, que baja de la cúspide del kirchnerismo, fue alumbrada por decantación y al calor de la marcha de la gestión de Alberto Fernández, sobre la cual La Jefa viene advirtiendo desde el amanecer mismo del gobierno que ella engendró. La decisión no implica dinamitar la coalición hasta extinguirla antes de la línea de llegada de 2023, sino plantar un mojón (re)fundacional para volver a las bases y empezar algo nuevo… con Ella como emblema y, claro, sin él.”
El primer párrafo de la Novena Sección del 30 de abril de 2022 titulada "Rompan todo (sin romper demasiado)" anticipaba lo que finalmente terminó sucediendo, el divorcio definitivo y en malos términos entre el Presidente y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, con el tercer integrante de ese triángulo -a la postre, candidato a la Casa Rosada por Unión por la Patria, Sergio Massa- a prudente distancia y visiblemente incómodo. Más acá en el tiempo surgiría la mesa ampliadísima de Ensenada en la que convergerían todas las tribus del panperonismo, pero en la que se discutirían dos menúes: CFK candidata o el turno de los mariscales, bastón en mano. Dieciséis meses, un bombazo libertario y una derrota en las PASO después, hoy, a cinco semanas de la elección general, no quedan ni rastros de aquel derribo de puentes que llevaban a Balcarce 50 y, en cambio, lo que se astilla y se rompe es el peronismo kirchnerista. La pelea ya emergió a la superficie. Aún se desconoce el alcance de la onda expansiva.
Un botón de muestra: el plantel fijo de la mesa de Ensenada, que ganó volumen luego de que CFK compartiera allí una cena tras su descargo luego del fallo por la “Causa vialidad” que la sacó de la cancha electoral, organiza ahora un acto en apoyo a los postulantes de Unión por la Patria (UP) Massa y Axel Kicillof, pero sin el acompañamiento de Máximo Kirchner y su PJ bonaerense, La Cámpora y sus aliados. Los organizadores son quienes quedaron al otro lado de la ¿nueva? grieta: los intendentes Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi (Avellaneda) y el ministro Andrés Larroque, cada vez más lejos del titular de La Cámpora, cada vez más cerca del gobernador que va por la reelección.
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Sillas fijas e invitados
Esa Mesa de Ensenada -así la define la dirigencia- fue mutando al ritmo de la interna: la iniciaron Secco, Larroque, dirigentes nucleados en La Patria es el Otro y sindicalistas K; en el fragor de la discusión por la candidatura de CFK y su “proscripción”, el espacio ganó volumen y se sumó La Cámpora, con Kirchner a la cabeza, y otros sectores, como Nuevo Encuentro, pero ahora volvió al plantel original. Ante Letra P, alguien que tiene una silla asegurada lo cuenta así: “La mesa sigue en funcionamiento. A veces somos pocos y en algunos momentos, como ahora que estamos organizando un acto, se agranda. A veces es una mesa ratona, pero no se disolvió ni falta una parte: Máximo y La Cámpora no eran parte de la mesa, eran invitados”.
Del otro lado, la versión es otra: “Dejamos de reunirnos cuando CFK se negó definitivamente a ser candidata. Estábamos los que planteamos que teníamos que tener una opción B si Cristina no era candidata y quienes estaban cegados con que tenía que ser ella, que era el plan A, B y C. Había diferencias. Después, Cristina dijo ‘no’ y desde ahí la mesa ya no tuvo razón de ser y dejamos de reunirnos”, dijo a Letra P un dirigente que reporta a la tropa que comanda Kirchner.
La fuente alude al sector al que reporta el ex secretario general de La Cámpora, Larroque, y el plan B al que se refiere es la candidatura presidencial de Kicillof, fogoneada sin éxito por el camporismo y un sector de los intendentes.
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La pelea es por la conducción K
La mesa se reunió la semana pasada y terminó de delinear la organización de un acto previsto para el próximo 27 de septiembre a las 16 en el estadio del Club Cambaceres, en Ensenada. Ese sector se dice en el bando del gobernador en la interna que mantiene con el presidente del PJ. La pelea, siempre latente pero subterránea, quedó expuesta estas últimas semanas en la guerra de melodías y canciones que, como contó Letra P, es por la conducción del peronismo K en el post-albertismo.
La idea del acto es hacer en la provincia de Buenos Aires algo similar a lo que los gobernadores hicieron en Tucumán, con la participación de intendentes, movimientos sociales y sindicalistas y con la presencia también de unos 30 mil militantes.
Que Kirchner no tiene nada que ver con esa organización quedó expuesto el miércoles, cuando se reunió en La Plata el Consejo del PJ. A diferencia de otras ocasiones, cuando generalmente se anunciaba la decisión de organizar un acto, muchos dirigentes trataron de bajarle el precio al evento en Ensenada y dijeron que no se habló sobre eso en la reunión de más de cuatro horas.
Al ser consultado sobre si se iba a hacer el acto en Ensenada, el titular del gremio de Canillitas, Omar Plaini, respondió esquivo: “Seguramente, va a haber más de un acto porque estamos militando”. El que sí lo confirmó fue Larroque ante la pregunta de Letra P: “Es la idea, así tengo entendido que hablaron el gobernador y candidato Axel Kicillof con Sergio Massa, con intendentes, dirigentes del movimiento obrero, organizaciones políticas y sociales y la idea es el 27 de septiembre hacerlo en Cambaceres”. CFK está invitada.
Algo no suena bien
La interna en las entrañas del kirchnerismo comenzó a salir a la superficie con los dichos de Kicillof en el acto que compartió con Juan Grabois en La Plata, donde planteó que el oficialismo “no” va a “entusiasmar con un discurso nostálgico” y que había que “componer una nueva canción” y no “una que sepamos todo”. Si bien UP había definido como estrategia de campaña hablar de futuro, a un sector del kirchnerismo duro no le cayeron bien las definiciones del gobernador. “No soy músico, soy dirigente. Más allá de los pentagramas, en lo que hay que fijarse muy bien es en la gestión del gobierno, eso es lo que importa”, disparó Kirchner al término de la reunión del PJ.
Ante la consulta de Letra P, la intendenta Mayra Mendoza (Quilmes) fue en el mismo sentido: “No hubiesen existido Kicillof gobernador o cualquiera de nosotros como dirigentes políticos sin Perón y Evita, sin Néstor y Cristina”. Fue más a fondo en el ciclo televisivo Políticos en el Recreo, cuando le preguntaron cómo debería ser el nombre de la nueva canción que propuso Kicillof: “Hay un tema del Indio Solari, en el disco ‘El tesoro de los inocentes’, que dice: ‘Juegan a primero yo y después a también yo’”. Sin lugar a dobles interpretaciones.
Ese sector apunta al gobernador bajo el argumento de que “está jugando la suya” y que “se corta solo”. En el mismo sentido iban las críticas a su rechazo de “ir para arriba” cuando el camporismo buscaba que el mandatario liderara la boleta nacional, el lugar que hoy tiene Massa.
Como en todas las batallas, resaltan los nombres de los coroneles -Máximo vs. Axel-, pero la disputa, cuya onda expansiva recién podrá ser analizada debidamente con el resultado de las elecciones puesto, arrastra además a tropas propias y a otra dirigencia que preferiría que arríen banderas y cese el fuego. Entre las tribus que toman parte se cuenta una de intendentes e intendentas alineada al jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, aliado de Kirchner, y otra compuesta por Secco, Ferraresi, Larroque y cía., pero a la que también reportan Fernando Espinoza (La Matanza) y Juan José Mussi (Berazategui), quienes batallan en favor del gobernador. En el medio hay intendentes y otros dirigentes de todo el arco peronista bonaerense que no quieren caer en la grieta y navegan como pueden en la tormenta.