NOVENA SECCIÓN

Axel Kicillof vs. Máximo Kirchner: el día después de mañana

El hijo político dilecto y el de sangre de CFK se disputan la conducción del kirchnerismo. Ausencias en campaña, discurso doble faz y futuro incierto.

Detrás de la batalla electoral entre Unión por la Patria (UP) y la oposición nucleada en Juntos por el Cambio (JxC) y La Libertad Avanza (LLA), en la provincia de Buenos Aires subyace una sorda pulseada interna entre el diputado Máximo Kirchner y el gobernador Axel Kicillof, máximos referentes del universo K por fuera de Cristina Fernández de Kirchner. La pelea entre el hijo de sangre y el hijo político dilecto de la vicepresidenta es por la conducción de esa porción del oficialismo a partir del 23 de octubre, el día después de la elección que podría consagrar al segundo como el único héroe en el lío en que está metido el peronismo.

La tensión y el distanciamiento viene de arrastre, aunque ambos dirigentes cuiden las formas. No obstante, los cortocircuitos emergen a la superficie cada tanto, como cuando el titular del PJ y líder de La Cámpora intervino el Ejecutivo con la incorporación de intendentes al gabinete tras la derrota en las primarias de 2021. Otros dos ejemplos: cuando cruzó públicamente al gobernador en Avellaneda, en tiempos en que presionaba para que el mandatario abandonara el sueño de la reelección y se calzara el traje de precandidato presidencial; más acá en el tiempo, cuando presionó hasta el último momento del cierre de listas para que la candidatura a la vicegobernación que finalmente quedó para Verónica Magario fuera para otro sector del intendentismo. Sobran ejemplos.

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Más allá de las diferencias que tuvieron en los últimos casi cuatro años, a seis semanas de la elección la dirigencia que orbita entre ambos lee que, en el fondo, la disputa es por quién conducirá al kirchnerismo, especialmente si Sergio Massa no llega a la Casa Rosada, pero, también, aunque lo logre. Eso, claro, siempre y cuando Kicillof repita lo hecho en las primarias y sea reelecto. De no lograrlo, otra será la canción.

“Hoy, la pelea entre Máximo y Axel es por la conducción del proceso que viene. Es muy probable que Massa no llegue a la presidencia y que Axel sí retenga la provincia. De ser así, será el único que quede en pie”, dice a Letra P un intendente que mira la pelea desde afuera.

Discurso incómodo

El llamado de Kicillof a “componer una nueva canción” porque ya “no alcanza con Perón, Evita, Néstor y Cristina” volvió a correr la tapa de la olla a presión en la que se cuece la disputa. Sectores muy cercanos al jefe de La Cámpora pusieron el grito en el cielo por el mensaje, pese a que las tribus de UP ya habían acordado que el discurso de campaña debía versar sobre el futuro y no tanto sobre el pasado. Al día siguiente, el gobernador tuvo que salir a ratificar su ADN K afirmando que la que conduce al peronismo es Cristina.

“En el fondo, lo que molestó es que, con ese discurso, Axel se posicionó él en el centro de esa nueva etapa de la que habló”, aseguró a Letra P un dirigente con llegada directa a la cúpula camporista. En el mismo sentido lo analizó una fuente que se mueve en el universo del kirchnerismo duro: “En ese acto, Grabois hablaba de terminar con el internismo, pero el mensaje de los dos fue claramente hacia adentro, para la interna”, dijo. El acto en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de La Plata estuvo lleno de guiños y de chicanas amistosas entre el mandatario bonaerense y Juan Grabois, derrotado por Massa en la interna, pero encolumnado públicamente para evitar que la derecha o la ultraderecha lleguen al edificio de Balcarce 50.

De la usencia y de ti

Tras el acto, en el entorno del gobernador destacaron que en el discurso de Kicillof hubo una (auto)crítica a la campaña nacional porque “hay que dar la cara” y “tenemos que hacernos cargo todos como generación de esta nueva época”... La definición pone de relieve la ausencia de Kirchner en la campaña tras las PASO -más allá de su aparición prevista para este sábado en Tucumán-, a contramano de Kicillof, que encabezó desde el minuto uno postprimaria la campaña junto a Massa. Hubo quienes piensan que el gobernador buscó marcar eso.

Según dos fuentes que tienen trato diario con el hijo de la vicepresidenta, la ausencia del dirigente tiene su raíz en diferencias respecto de las últimas decisiones de Massa en materia económica. “Las medidas después de la devaluación no fueron las que nosotros pedíamos”, dijo Letra P una de esas fuentes. La otra sostuvo: “Nosotros expresamos principalmente la preocupación por lo económico y esperábamos más. A veces, la mejor manera de acompañar cuando tenés diferencias es el silencio”.

Esas diferencias podrían comenzar a encauzarse. El jueves, Kirchner compartió en San Telmo un almuerzo con Massa y una veintena de dirigentes y tras esa reunión se confirmó la presencia del diputado en el lanzamiento de campaña de este sábado en Tucumán.

Como fuere, ninguna de las fuentes consultadas augura un devenir sencillo en esa relación. ¿Qué va a pasar si Massa pierde y Kicillof retiene la provincia? ¿Máximo buscará copar el gabinete bonaerense? Y aunque Massa gane, ¿quién va a conducir al kirchnerismo con Cristina corrida? Con Kicillof reelecto, a partir del 11 de diciembre el gobernador y el diputado deberán convivir en una situación atípica: uno liderando el Ejecutivo y el otro, conduciendo a distancia el bloque peronista en la Legislatura, donde con la confección de las listas Kirchner se garantizó el comando. Una disputa entre ambos en un parlamento donde la suma de las oposiciones se transformaría en mayoría puede tornar aun más complicada la marcha de una gestión de por sí incómoda.

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