El rector de la Universidad Nacional de Rosario(UNR), Franco Bartolacci, está aprovechando una oportunidad. Sin dudar, el dirigente radical se puso al frente en Santa Fe de la convocatoria a la marcha federal de las universidades contra las políticas de Javier Milei. Historia y vida de un militante que también juega en la política tradicional.
Bartolacci no es un administrativo ni un académico. En la provincia de Santa Fe lo separan grandes distancias con su par del Litoral, Enrique Mammarella. Ambos de la UCR, el rector de Rosario pone sobre la mesa toda su carrera de militante y dirigente político en estos tiempos aciagos para la universidad pública.
Ejerce su rol no sólo desde lo declamativo. Bartolacci es un todoterreno, juega en varias capas de la política. En la universidad rosarina, claro, donde no tiene rivales, pero también en la política partidaria. En Rosario, por ejemplo, tiene relaciones hiperaceitadas con el intendente Pablo Javkin y el gobernador Maximiliano Pullaro y es, además, esposo de la presidenta del Concejo, María Eugenia Schmuck, con quien comparte estrategia y proyección.
Da las peleas más grandes, como enfrentarse a sol y a sombra con el gobierno de Milei, hasta las más pequeñas, como disputar la mesa chica del radicalismo del Gran Rosario. De ahí que año tras año se lo mencione como dispuesto a saltar a la política partidaria. Bartolacci es un socio estratégico de Javkin y tiene todo el perfil que un político requiere. ¿Concejal, intendente, convencional constituyente? El rector aparece cada dos años en todos los cálculos.
Quién es el rector de la Universidad de Rosario
“El más obsesivo de toda una generación”, como lo define uno de sus laderos históricos, se convirtió en 2019 en el nuevo rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Hombre de convicciones, ferviente defensor de la educación pública, pragmático y flexible para sellar acuerdos, Bartolacci fue elegido para ser el dirigente más importante del más alto nivel educativo.
Nacido en San Jorge, la localidad que alberga la única fábrica de bolitas de Sudamérica, Bartolacci no toleró la asfixiante Buenos Aires, donde cursó el Ciclo Básico Común (CBC), y probó en segundas nupcias con Rosario. A mediados de los 90, tanteó con Ciencias Políticas y Comunicación Social al mismo tiempo, y guardó en el archivo de su pueblo las clases de teatro y la conducción de un programa de TV para adolescentes en el cable local.
Se quedó con Ciencias Políticas y en Rosario se aquerenció sin dificultades, se rodeó de amigos y rápidamente se convirtió en un militante dispuesto a enfrentar –y liderar– la resistencia a las medidas del menemismo.
Lo hizo siempre dentro de Franja Morada, lugar del que nunca se corrió. Líder de una camada de dirigentes y amigos alfonsinistas, alcanzó su presea justo cuando la UCR se encuentra en sus antípodas ideológicas. Pese a eso, supo tejer alianzas para ganar poder dentro y fuera de la UNR.
Más allá del ámbito docente, Bartolacci se fundió en un abrazo con Javkin para enfrentar al socialismo desde dentro del Frente Progresista. Nunca pensó en saltar al bando de Cambiemos. Bartolacci fue y es uno de los hacedores de la llegada de Javkin a la Intendencia de Rosario.
“Bartolacci hizo toda la colimba universitaria” para llegar adonde llegó, dice un analista político. Fue presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas, titular de la Federación Universitaria de Rosario (FUR) y, más adelante, directivo de la universidad, donde ofició como secretario estudiantil. Prolijo en abundancia, construyó su poder bien desde la base.
Rosario, experimento entre radicalismo y kirchnerismo
A la vista de los resultados, su mejor decisión la tomó más de 15 años atrás, cuando tejió, dentro de Ciencias Políticas, una alianza con el kirchnerismo que, por esos tiempos, gobernaba el país. El Frente para la Victoria (FpV) era muy fuerte entre el estudiantado y en el claustro docente y, aunque no se corrió de Franja Morada, Bartolacci impulsó una novedosa sociedad que sólo puede explicarse dentro del mundo político universitario.
Como uno de los padres de la alianza Franja-kirchnerismo, este apasionado del tenis y gran asador llegó a decano de la universidad en 2011. Asumió con divisiones internas muy fuertes, pero en el medio renovó su mandato y se retiró este año con una lista de unidad. Detrás de él se encolumnaron el socialismo, la izquierda, el peronismo y sectores independientes. “Tiene un sentido de apertura muy amplio”, lo describe alguien que lo conoce desde sus primeros pasos en Rosario.
Un aliado clave de Pablo Javkin
Completó su primer mandato con gestión, gestión y gestión, y vínculos estrechos con Javkin y el exgobernador Omar Perotti, más un paraguas protector del gobierno de Alberto Fernández, que nunca iba a meterse con las universidades. Más bien todo lo contrario. En mayo de 2023, Bartolacci fue reelegido con el 85 por ciento de los votos de la asamblea universitaria. Es dueño, amo y señor dentro de la UNR.
Cuando llegó Milei a la presidencia, supo de entrada que arrancaba un tiempo de hostilidad hacia las universidades y, sin dudar, se puso al frente de la lucha. Apenas arrancó la semana previa a la marcha federal, Bartolacci hizo ronda de medios por toda la provincia para rechazar la política educativa del Gobierno y alentar la movilización. El miércoles estará, como gran parte de su vida, en la calle, defendiendo su bandera.