Rosca contrarreloj por el Comité Departamental. El pullarismo impulsa a Nacho Rímini, concejal de Funes. Nadia Amalevi, edila rosarina, la apuesta del rector.
Las tropas que responden a Maximiliano Pullaro y Franco Bartolacci empiezan a rumiar la unidad en la UCR Rosario.
Arde la rosca en la renovación de autoridades del comité de la departamental Rosario de la Unión Cívica Radical. Lo que parecía un trámite para el sector que responde a Maximiliano Pullaro terminó por complicarse cuando Radicales Libres, la tribu que lideran Franco Bartolacci y María Eugenia Schmuck, avisó que quiere seguir al frente.
El plenario de delegados al comité departamental tiene que definir autoridades este jueves a lla noche. Tras una ardua negociación, Evolución -el sector que lidera el gobernador- llevará al concejal de Funes Juan Ignacio Rímini como candidato a presidir. Enfrente, aunque las reuniones en busca de la unidad no cesan, está la edila rosarina Nadia Amalevi, impulsada por Radicales Libres, el espacio conducido por el rector de la Universidad Nacional de Rosario Franco Bartolacci y la presidenta del Concejo María Eugenia Schmuck.
Radicales Libres -la tropa boina blanca aliada del alcalde rosarino Pablo Javkin- ostenta el control del comité rosarino de la UCR desde hace dos años, de la mano de Alejandro “Súper” Villalba. Sin embargo, el apabullante triunfo de Pullaro en las elecciones del año pasado abrió la puerta para un reacomodamiento interno en el centenario partido. Por razones de rotación sectorial, pero también por la fuerza de la victoria, las luces apuntaron a Evolución, el sector que lidera el gobernador.
En el pullarismo el cetro partidario interesa y mucho, porque se enmarca en un objetivo mayor: el fortalecimiento de su espacio en Rosario. Si bien la ciudad más populosa de la provincia le otorgó un apoyo indispensable al gobernador en las últimas elecciones -sacó 62 puntos, más que la media provincial-, debió apelar a dos figuras ajenas al partido para las postulaciones locales. Así las cosas, el periodista Miguel Tessandori fue su candidato a intendente y el socialista Federico Lifschitz lo representó en la disputa por las bancas del Concejo de Rosario.
La definición del nombre que Evolución llevaría al plenario de delegados no fue pacífica. El nombre de Rímini surgió de los distritos y fue apoyado por el sector más cercano al gobernador. De hecho, su hermano Damián Pullaro fue uno de los principales operadores.
También contó con el trabajo todoterreno de dos funcionarios del gobierno provincial y baqueanos en el mundo partidario: Mariano Rodríguez Grancelli, director de Regulación Dominial, y Celeste Ruiz Díaz, directora de Economía Social. Sin embargo, más allá de esa intervención, la primera línea del gobierno provincial se mantuvo al margen de la disputa, con la intención de evitar la lectura que podría señalar que se pusieron los fierros del Estado al servicio de una interna partidaria.
A pesar de esos apoyos que lo convertían en el candidato del pullarismo, a Rímini le surgió una competidora interna: Anahí Schibelbein. La concejala rosarina empujó para ser ella la elegida y tuvo el apoyo de Nolasco Salazar, otro cacique de Evolución, director provincial del Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (IAPOS). La definición, aunque se estiró, se terminó dando de manera pragmática, ya que hubo una reunión de operadores de ambos candidatos donde midieron la cantidad de apoyos que juntaba cada uno. Rímini se impuso y se quedó con la candidatura.
Una vez que Rímini fue consagrado como el candidato de Evolución, surgió una nueva resistencia de parte de Radicales Libres, el sector que lideran Bartolacci y Schmuck. El rector de la Universidad Nacional de Rosario y la presidenta del Concejo Municipal de Rosario no quieren que su espacio quede fuera de la conducción partidaria y, para eso, propusieron a la edila Nadia Amalevi como candidata.
Con el camino de la unidad ya clausurado, la candidatura de Amalevi abrió una nueva ronda de negociaciones contrarreloj. Pocas horas antes del plenario de delegados hubo una nueva cumbre entre ambas tribus en la que se cruzaron propuestas pero no se llegó a un acuerdo.
Pase lo que pase, en Evolución hay confianza. Tienen cerrado el apoyo de los delegados del Movimiento de Afirmación Radical, que responde al exdiputado Julián Galdeano. Con esos votos, el poroteo que lleva adelante el pullarismo le está dando una base de doscientas voluntades sobre una elección de algo más de trescientas, lo que implica no sólo mayoría sino también quórum propio. Apalancados en esos números, al cierre de esta nota, los operadores de Evolución buscaban un acuerdo con sus pares de Radicales Libres en busca de una unidad.