Aunque se manifieste enfocada en lo que vaya a suceder en la contienda con resultado abierto por la presidencia de la Nación, la dirigencia cordobesa ya presiona alfileres sobre Río Cuarto, capital alterna de la provincia de Córdoba y teatro de la próxima gran disputa eelctoral.
Sin fecha concreta aún, con el primer día hábil de julio de 2024 como plazo para la asunción de nuevas autoridades, las elecciones municipales riocuartenses se disputarán en un renovado tablero político, con el peronismo cordobés transitando los primeros meses de transición de mando y una remozada oposición que imagina una paridad en la disputa inherente a la administración de la cosa pública. Pero, con el reloj apurando sus pasos, el oficialismo aún no ha definido quién será el postulante que intentará retener el gobierno de la capital alterna de la provincia, terreno clave para la consolidación política del cordobesismo por más de 20 años.
La decisión sigue en manos del intendente Juan Manuel Llamosas, quien decidió permanecer al comando de la gestión municipal hasta completar la transición. La indefinición permite especulaciones en torno a varios candidatos, de los cuales sólo uno ha admitido intenciones: Camilo Vieyra, exsecretario de Gobierno de la gestión municipal. Aún se espera una definición de los nombres “taquilleros”, Adriana Nazario y Agustín Calleri.
Por el contrario, la oposición ya tiene su nombre confirmado. El pasado domingo el concejal Gonzalo Parodi se impuso en la interna de la UCR y quedó consagrado como el retador oficial, presumiblemente a la cabeza de la versión local de Juntos por el Cambio.
Se trata de otra de las jóvenes voces que integra la corriente Evolución en la interna radical, desde donde pide un lugar de preponderancia para el centenario partido en la conformación de la futura estructura cambiemista. Hasta el momento nadie parece dispuesto a disputarle la cabecera para la contienda del próximo año.
Ilusión renovada
Exsubsesecretario de Desarrollo Social de la Municipalidad de Río Cuarto, Parodi llegó a la gestión pública tras militar en la Franja Morada de la Universidad riocuartense, donde estudió Ciencias Políticas. También ha sido parte de la corriente radical 30 de Octubre, de la que se nutrió Juan Jure para sus dos intendencias.
De buen vínculo con el legislador, presidente del bloque Juntos UCR, Parodi tiene un perfil que entusiasma a los boinablanca. Aún eventuales rivales le destacan su conocimiento de la sensibilidad social, especialmente en los barrios postergados de una de las ciudades más prósperas de una región agraria por excelencia.
En una interna que marcó un récord de participación, con más de 14 mil sufragantes, derrotó al médico Gabriel Abrile, quien se había enfrentado a Llamosas en noviembre de 2020. Exsecretario de Salud del mismo gabinete de Jure, el derrotado fue el primero en saludar a Parodi, quien lo había acompañado cuatro años antes.
“Es el mejor candidato. Es la vuelta a un radicalismo popular. Lo acompañan los sectores populares. Todos los barrios se movilizaron para votarlo. Derrotó a una lista que contenía a la Sociedad Rural, los medios, empresarios y grandes productores”, asevera un avezado dirigente.
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A la espera
El intendente Llamosas tiene la llave para definir su aspirante a sucederlo, tras ocho años al comando, extensión inédita para un gobierno peronista en la segunda ciudad de la provincia. Una certeza lo guía: no habrá internas. La decisión se basará en mediciones de aquellos postulantes que no se avengan a negociar.
Como contara Letra P, Vieyra dejó su lugar en el elenco municipal para intentar su propio camino. Definido como continuador del llamosismo, el exfuncionario sigue tejiendo con entidades e instituciones de peso en la ciudad. Chicanea también a quienes esperan señales o venias desde las cúspides del poder provincial.
Aunque cavilen, los aludidos no caminan al mismo tranco. Adriana Nazario ya dio indicios de que analiza presentarse a la intendencia. "Estamos detrás de un proyecto con fines concretos", dijo al diario Puntal tras la misa de conmemoración del quinto aniversario de la muerte del exgobernador José Manuel de la Sota, de quien además fuera pareja.
Sus críticos se permiten dudar. Recuerdan que ya hubo amagues en turnos previos, rápidamente abandonados. Desde la sede de la intendencia admiten que es la figura más conocida y de mejor imagen, pero no la consideran parte de su proyecto, “único que garantizaría la continuidad del peronismo del gallego y el gringo”.
Las expectativas están puestas en figuras del mismo grupo de gestión. Uno, el más conocido fuera de los límites de la ciudad, es Agustín Calleri, secretario de Deportes de la Municipalidad, cuya cotización en las especulaciones no deja de manifestar oscilaciones.
Extenista, presidente de la Asociación Argentina de Tenis y extitular de la Agencia Córdoba Deportes, cuenta con avales transversales en el ámbito político y en grupos empresarios. La falta de experiencia en gestión directa y la “lejanía con la realidad de los sectores populares” aparecen como puntos flacos señalados por rivales. Especialmente, ante el mencionado perfil de Parodi.
El nombre que más ha crecido en las consideraciones es Guillermo de Rivas, quien asumiera la secretaría de Gobierno tras los cambios en el gabinete dispuestos luego de los pobres resultados obtenidos en las elecciones provinciales que consagraron ganador a Martín Llaryora. También abogado, el funcionario llegó con una misión clara: garantizar un armónico fin de una gestión "que aún mantiene alta aprobación popular".
El cometido no es meramente presuntuoso. El escenario político es bien distinto al de noviembre del 2020, cuando Llamosas lograra una reelección que lo invitó a ilusionarse con un lugar en el comando central del cordobesismo. Cuatro años después, las turbulencias electorales lo mantienen en su terruño, sin siquiera asumir la presidencia provisoria de la Legislatura, compromiso asumido en el armado de la lista para la contienda provincial.
Más importante que su rol parlamentario, otra tarea aparece en su camino: garantizar éxito en la primera disputa de peso que afrontará la renovada conducción del peronismo cordobés, ya en manos de un tándem que proyecta un trazo propio: el electo gobernador Llaryora y su sucesor en capital, Daniel Passerini.