Macri había apuntado al déficit fiscal y Alberto Fernández a la deuda. La invasión de insectos da cuenta del fracaso del Frente de Todos, señaló el vocero.
Manuel Adorni culpó de los mosquitos al gobierno anterior.
Cuando describió el legado de CFK, Mauricio Macri destacó el déficit fiscal como la espada de Damocles que pendía sobre la Argentina. Cuando Alberto Fernández hizo lo mismo sobre su antecesor, puso la lupa sobre la deuda. El presidente Javier MIlei, a través de su vocero, Manuel Adorni, culpó al Frente de Todos de... los mosquitos.
"Encontramos un Estado cuyo déficit es uno de los mayores de la historia de nuestro país: 7% del PBI", dijo Macri el 1 de marzo de 2016 ante la Asamblea Legislativa, en su primer discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso.
"Debemos enfrentar una deuda pública récord en monto y concentración temporal de vencimientos: sólo en el año en el que estamos, los vencimientos de capital representan el equivalente a 48.968 millones de dólares", advirtió Alberto Fernández exactamente cuatro años después, el 1 de marzo de 2020, en el mismo escenario.
"En relación a la proliferación de mosquitos y a los casos de dengue registrados, (quiero) comentarles que estamos en permanente coordinación con las provincias", dijo este martes Adorni, que habla en nombre del Presidente, y "aclaró": "Gran parte de este problema se da por la responsabilidad que se tuvo en el fracaso o en la políticas de prevencion que se han realizado durante el año pasado", las cuales "no estuvieron bien implementadas". "Se jactaban de haber tenido como logro que salud sea (sic) ministerio; sin embargo, en la gestión brillaba por su ausencia", completó.
Como señaló Letra P en una nota del 12 de diciembre pasado, dos días después de la asunción del presidente Milei, Adorni no es un adorno en el gobierno ultraderechista: es un cruzado de la causa liertaria y una pieza clave en la construcción del relato oficial.
Cultor de la ironía y el sarcasmo al servicio de un antiperonismo que reduce al macrismo a una versión cándida, casi de Disney, de la antinomia que marca la historia argentina desde la irrupción de Juan Perón en la escena nacional, el vocero baja la línea del Gobierno con sus conferencias de prensa diarias -empezaron a las 8, ahora son a las 11- y con una intensa actividade tuitera solo superada por la tuiteorragia del propio Milei.
El argumento de la pesada herencia ha sido -es y lo será- un instrumento transversal en la política: gobiernos de todos los signos partidarios acusaron a sus predecesores de dejarles todas las plagas bíbilicas. A través de su vocero, Milei puso la vara de la retórica de diseño a alturas desconocidas.
Pican pican los mosquitos, la plaga que el peronismo nos legó.