Pablo Javkin hilvana acciones junto a sus pares aliados del interior con un objetivo entre ceja y ceja: mejorar la porción que se lleva el interior de la torta de subsidios al transporte que aporta el gobierno de Javier Milei. Mientras suman encuentros virtuales y presenciales para definir una estrategia en común, esperan la confirmación de la reunión pedida con el secretario de transporte Franco Mogetta, que podría concretarse en estos días. Sin embargo, los caciques saben que la última palabra es la del guardián del déficit cero: Toto Caputo.
El “Frente Federal”, pomposo nombre que eligieron los intendentes para autodenominarse, tuvo un zoom del que participaron el propio Javkin, el cordobés Daniel Passerini, el riocuartense Juan Manuel Llamosas, el marplatense Guillermo Montenegro, el santafesino Juan Pablo Poletti, el rafaelino Leonardo Viotti, la paranense Rosario Romero, el correntino Eduardo Tassano y el salteño Emiliano Durand. Transversal a provincias y pertenencias políticas, el núcleo quiere revertir la proporción de los subsidios, que hoy se reparten 85% para el AMBA y 15% para todo el interior.
Los caciques territoriales saben que hay algo innegociable para el gobierno nacional y se trata del recorte. De hecho, el hachazo existe, solo que se cambió la motosierra por la licuadora: al congelar los montos de los subsidios, la inflación hace su trabajo. “Sabemos que la quita va a estar, pero el planteo que hacemos es que de la masa total de subsidios que quede, se reasigne el destino”. Saben también que, por una cuestión ideológica del gobierno nacional, la idea es subsidiar la demanda y no a la oferta. Traducción: subsidiar a los usuarios -vía SUBE es una opción- y no a las empresas.
Hoy por hoy, en Rosario, hay alrededor de 180 mil personas que no pagan el boleto completo por estar subsidiados vía SUBE, además de los beneficiados por el Boleto Educativo Gratuito implementado por el gobierno provincial. Así las cosas, la convicción que crece entre los involucrados es que, si se subsidia la demanda, la más perjudicada será la clase media que hoy paga la tarifa completa subsidiada vía empresas y que no reunirá los requisitos necesarios para recibir el mismo beneficio directamente, probablemente vía SUBE.
La coyuntura sobre la que los intendentes y la intendenta acordaron el plan de acción duró poco: la renuncia inducida del exministro de Infraestructura Guillermo Ferraro y la absorción por parte de la cartera económica que conduce Luis “Toto” Caputo de la secretaría de Transporte trastocaron el escenario. Si bien el interlocutor no cambió, ya que sigue siendo el cordobés Mogetta, el Frente Federal confirmó así lo que venía olfateando: decide Caputo. Solo los cordobeses siguen confiando, tibiamente, en lo que pueda hacer su coterráneo en el gabinete nacional.
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Más allá del nuevo tablero de poder, los representantes del interior pidieron la audiencia con Mogetta y están a la espera. Cerca de Javkin manejan algunas fechas tentativas pero sin confirmaciones: las réplicas del sacudón que atravesó al gabinete nacional siguen pegando. Tampoco guardan grandes expectativas: “Hoy es más importante lo que diga Caputo que lo que diga Mogetta”, sostienen, aunque aspiran a que sea un primer paso para que el interior se fortalezca en la mesa de negociación porque “se habla mucho de lo que pasa en Capital solamente”.
Paralelamente, Javkin y Passerini -intendentes de las dos ciudades más populosas del interior- se mostraron juntos. Si bien la agenda no se ciñó solamente a la cuestión de los subsidios -”tuvo que ver con plantear políticas comunes”, contó uno de los presentes-, el tema tuvo un protagonismo ineludible: “Ahora estamos a la defensiva, pero la idea es tener un enfoque proactivo”, señaló la misma fuente. Así las cosas, crece la idea de que ese Frente Federal se institucionalice para algo más que la pelea por los subsidios. “Un frente de seis millones de personas”, dimensionan.
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“Aguantando los trapos”
Así describen la situación actual en el Palacio de los Leones. A pedido de Javkin, el Concejo lo autorizó a instrumentar seis subas bimestrales del boleto en todo el año, atadas a la inflación. Ya en enero, y junto con Córdoba, el boleto aumentó a $340. Sin embargo, ese valor sigue sin cubrir los costos: sin subsidios nacionales, debería estar por encima de los $700, y sin el resto de los aportes que hace tanto la provincia como el municipio, orillaría los $1200.
Por eso es que, explican en el gobierno municipal, los aportes para mantener el boleto a ese precio no pueden sostenerse en el tiempo y exigen una mayor presencia nacional. “Ningún municipio puede sostener el nivel de aporte que hicimos por mucho tiempo”, aseveran cerca de Javkin. “Son $6 mil millones que pusimos solo el año pasado y es plata que se la sacás a otras cosas”, agregan, siempre refiriéndose a los aportes necesarios para mantener el servicio, sin mencionar lo necesario para mejorarlo, un tema cada vez más acuciante: “El sistema está roto por todos lados”, apuntan.