Por su trayectoria en común, Daniel Passerini conserva su buena relación con Franco Mogetta. Sin embargo, a más de 45 días de haber asumido en la Secretaría de Transporte de la Nación, el cordobés que integra el gabinete de Javier Milei no puede ofrecer las respuestas que no sólo el intendente de la capital mediterránea reclama. Sin embargo, en la Municipalidad de Córdoba no cargan las tintas contra el funcionario de Juan Schiaretti, sino que miran más arriba y apuntan contra el dueño de la caja: el ministro de Economía, Toto Caputo, de quien sospechan que privilegiará el ahorro por encima de un reclamo histórico del interior.
El reparto de los subsidios para el transporte aparece desde hace tiempo como uno de los principales reclamos que desde las provincias se elevan a la Nación. La semana pasada Passerini, el intendente de Río Cuarto, Juan Manuel Llamosas, y el rosarino Pablo Javkin acordaron solicitar una reunión con Mogetta con la esperanza de ser recibidos en las próximas horas. Sin embargo, el sacudón interno del gobierno nacional puso en pausa las confirmaciones.
“La agenda empezó por el transporte pero va más allá de la coyuntura, es una lucha contra años de falta de federalismo”, dijo el intendente cordobés al recibir a Javkin el viernes, cuando también se confirmó que al pedido de audiencia se sumaron un puñado de jefaturas territoriales de municipios de Buenos Aires, Salta, Entre Ríos, Neuquén, y Chaco.
El nuevo escenario
Habían pasado poco más de 12 horas de la salida de Guillermo Ferraro del extinto Ministerio de Infraestructura de la Nación cuando Passerini y Javkin se reunieron para pedir por el reparto de subsidios. El dato no pasó desapercibido para los representantes de la zona núcleo que esperan no tener que recalcular demasiado en la estrategia de diálogo, que por ahora seguirán gestionando con el cordobés a cargo de la subsecretaría de Transporte.
En el fondo, desde Córdoba entienden que el pase de la secretaría a Economía “sincera” una situación en la que todas las definiciones económicas y financieras del gobierno nacional dependen del ahora superministro, que todavía no brindó precisiones respecto al futuro de las carteras que recibió bajo su órbita y en la cual se cuentan otras dos áreas comandadas por cordobeses: Obras Públicas, a cargo de Luis Giovine; y el Enhosa, en manos de Bartolomé Heredia.
“Hasta ahora sólo tenemos un off, una serie de versiones que se desprenden de conversaciones informales, pero la indefinición es total”, afirmaron a Letra P desde el centro del país, donde la semana pasada la tarifa del transporte urbano trepó hasta los 340 pesos.
La suba se definió en paralelo a la que se anunció en Rosario, que marcó el techo debido a las normativas locales que ponen un tope a ese tipo de aumentos. Si eso no hubiera existido, la suba en ambos distritos hubiese sido mayor. “La actual es una tarifa política, los costos reales son mucho más elevados”, advierten.
La calculadora federal
Según se encargan de hacer saber los distritos que pujan por un reparto más equitativo, el 85% de los recursos económicos nacionales de transporte se destinan a la Ciudad Autónoma y al Área Metropolitana de Buenos Aires, mientras que el otro 15% se reparte en todas las ciudad del interior del país.
Eso genera una desbarajuste general en el sistema que obliga a las administraciones municipales a redoblar sus esfuerzos para evitar que los costos necesarios para garantizar el servicio no se trasladen automáticamente a la tarifa. “El año pasado, la Municipalidad puso la misma cantidad de plata que la Nación y la Provincia juntas”, dicen desde Córdoba, desde donde el reclamo volvió a elevarse el pasado viernes.
Las fotos entre Passerini y Javkin representan la continuidad de un trabajo en conjunto que ya se había activado durante la gestión de Martín Llaryora. Lo definen como un trabajo política y geográficamente transversal que busca evitar que las autoridades nacionales sigan mirando para otro lado. En ese sentido, buscan hacer valer el peso de “todas las ciudades del interior reclamando en la misma dirección”.
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El zoom federal con el que Passerini busca empujar los planteos por el reparto de subsidios.
A comienzos de año, los intendentes esperaban una buena noticia que hasta el momento no llegó. Las charlas que cada uno mantenía con diferentes responsables del flamante gabinete hacían suponer que la quita de subsidios al AMBA que rebotó con un aumento general de transporte en el Gran Buenos Aires, podía repercutir en una especie de redireccionamiento que transfiriera esos recursos a las provincias, algo que hasta el momento no sucedió.
Allí es donde las expectativas empiezan a cotizar a la baja. “Si el que toma las decisiones es Caputo todo hace suponer que lo que se privilegia es el ahorro”, consideran quienes se preparan para el reclamo en bloque y que resaltan lo que el propio ministro de Economía poner de manifiesta en cada una de sus intervenciones públicas: como no hay plata, el gasto no se toca.
Passerini habló con Mogetta el viernes, cuando ni siquiera el secretario de Transporte sabía qué sería de su futuro. La reunión quedó en stand by y, aunque no se descarta que se produzca esta semana, el escenario está listo para un reclamo formal en el que los intendentes anotan que mientras las decisiones políticas no contemplan la suba de subsidios, sí pudieron avanzar en una de las variables que más afecta a los costos que necesita el sistema para garantizar su funcionamiento.
“El combustible ya subió un 117%. ¿Cómo se hace frente a eso?”, se preguntan desde las provincias, a un volumen cada vez más alto.