Hizo carrera en el sur provincial, zona núcleo de poder de Maximiliano Pullaro y Lisandro Enrico. Perfil bajo, causas de impacto.
Matias Merlo. Es fiscal regional de Venado Tuerto y ahora también está a cargo de las y los fiscales rosarinos. A su lado, María Cecilia Vranicich.
La intervención de la Fiscalía regional de Rosario, que dispuso la jefa de investigadores María Cecilia Vranicich para controlar el incendio en esa circunscripción, ya tiene bombero. Se trata de Matías Merlo, fiscal regional de Venado Tuerto que asumirá en paralelo el reordenamiento del distrito más caliente en reemplazo de María Eugenia Iribarren.
Entre los cinco regionales, Merlo ya había tenido un guiño de Vranicich en enero, cuando se tomó licencia y lo dejó a cargo de la oficina general. En ese momento, estaba expuesta la posibilidad de cambios en la regional rosarina si la Legislatura avanzaba con la investigación sobre Iribarren y tanto en la Casa Gris como para Vranicich el perfil de Merlo era uno de los señalados para el recambio.
En un Ministerio Público de la Acusación (MPA) con una nueva estructura que concentra mucho más poder en la cúpula, se buscó para recomponer Rosario un perfil duro, pero fundamentalmente orgánico. Entre las razones por las que Vranicich interviene la fiscalía y corre a Iribarren marcó desobediencias de ordenes directas y la jefa deja claro que acotó los márgenes de acción.
La soga será corta para una fiscalía que desde 2020 no termina de reencausarse. Ese año, Iribarren asumió de forma interina como fiscal regional de Rosario cuando el escándalo eyectó de esa silla Patricio Serjal, hoy a la espera de juicio. Lo había acorralado la Agencia fiscal de Criminalidad Organizada, tras haber detenido a su quien era mano derecha, el (ex) fiscal Gustavo Ponce Asahad. Ambos estaban acusados de recibir coimas en dólares del capitalista de juego clandestino Leonardo Peiti. En ese contexto, con la fiscalía lacerada, Irribarren intentó una reestructuración de unidades fiscales y reorganización del trabajo, pero se terminó profundizando la grita interna.
Una de las críticas que Vranicich marcó sobre Iribarren fue la organización fraccionada de las unidades fiscales. Esa lógica llevó a investigaciones de causas graves de manera fragmentada que compartimentó la información y hasta terminó afectando la estandarización de los procesos y los criterios de trabajo. Merlo ahora tendrá que aglutinar a los y las investigadoras y despojar la regional de sus marcas de épocas y de guerra de subjetividades.
Hombre del sur provincial, hizo carrera en la zona núcleo de poder del gobernador Maximiliano Pullaro y su armador político, actual ministro, y exsenador por el departamento General López, Lisandro Enrico. Incluso, le tocó intervenir en las pesquisas por las amenazas narcos al intendente de Venado Tuerto, Leonel Chiarella; a la fiscal de Melincué Susana Pepino y a Enrico, ocurridas hace más de un año, y previas a la escalada infernal de atentados en Rosario.
Tuvo además, otra causa de alto impacto, que fue la investigación conocida como “la megaestafa inmobiliaria”. Lograron desbaratar una banda, que tenía base en Venado Tuerto, y que se apropió de 32 inmuebles y más de mil hectáreas de campo. El botín fue estimado en mil millones de pesos.
Especializado en derecho penal, el jefe de los fiscales del sur provincial arrancó su carrera en el ámbito público en la localidad de Pérez. Allí fue asesor del Concejo y luego secretario de Gobierno de la municipalidad. Años después, dio el salto al MPA, primero como fiscal de Melincué y luego, en 2020, quedó a cargo de manera interina de la Fiscalía regional de Venado Tuerto y en abril del 2023, tras los concursos, quedó titular. Durante los próximos seis meses, Merlo tendrá que sostener la conducción de la Regional 3, que tiene cuatro unidades fiscales en Rufino, Venado Tuerto, Melincué y Firmat y ahora también, contener al enorme cuerpo de fiscales rosarinos, en una ciudad que es un polvorín.