El exministro albertista blanqueó su sueño presidencial. Vio a gobernadores por el pacto fiscal y camina el conurbano de la mano de La banda de la sopa.
Martín Guzmán
"Quiero ser un dirigente político con el objetivo de gobernar la Argentina". Con esa sentencia, Martín Guzmán blanqueó sus aspiraciones presidenciales. Llegan con cierre de un itinerario que llevó al exministro de Economía a agendar reuniones con legisladores del peronismo por el pacto fiscal que Javier Milei envió al Congreso; encuentros con gobernadores; y un desembarco en el conurbano bonaerense.
Decidido a jugar a fondo en su carrera política, con una primera parada obligada en las legislativas 2025, Guzmán dejó atrás el ostracismo de los últimos tiempos del gobierno del Frente de Todos, del que se fue dando un portazo enfrentado a Cristina Fernández de Kirchner, y se muestra cada vez más activo en el debate público. "Claramente quiero ser un dirigente político. Hoy no estoy dirigiendo desde la política, pero sí estoy haciendo acción política. Yo creo que tenemos que gobernar la Argentina y poner a la Argentina en otro lugar", admitió en una entrevista con Infobae.
Los movimientos del exministro de Alberto Fernández agitan las aguas de la convulsionada interna peronista de cara al futuro armado de las listas 2025, al tiempo que generan entusiasmo en sectores del peronismo no kirchnerista de la provincia de Buenos Aires que están en búsqueda de un dirigente nacional que pueda ponerse al frente de un armado para competir contra Máximo Kirchner en el PJ bonaerense. Entre ellos, algunos integrantes de La banda de la sopa, como el exjefe comunal de Hurlingham y exministro de Desarrollo Social, Juan Zabaleta.
Excompañero de gabinete, Juanchi es uno de los laderos de Guzmán en sus recorridas por el conurbano, en reuniones a las que se suman, en reserva, intendentes que buscan su lugar en medio de la pelea que enfrenta al gobernador Axel Kicillof y el líder de La Cámpora, con miras a la reconstrucción del peronismo provincial. "Son constantes las cenas y reuniones. En las últimas tres semanas, se multiplicaron", reveló a Letra P un habitué de esos cónclaves. El último fue días atrás, después de la convocatoria de Kirchner a unas elecciones internas anticipadas en el PJ bonaerense el 17 de noviembre.
En la administración del FdT, Zabaleta detectó las aspiraciones políticas de su entonces par de Economía. Compartieron actividades en el conurbano junto al Movimiento Evita y otros sectores que fogoneaban la posibilidad de crear un "albertismo".
Guzmán dejó el ministerio de Economía en julio de 2022, cuando arreciaban las críticas de parte de la entonces vicepresidenta, su hijo Máximo Kirchner y su entorno por la gestión y las derivaciones del programa firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde entonces, sus movimientos siempre fueron en dirección de posicionarse como alternativa política dentro del peronismo. "Con la profunda convicción y la confianza en mi visión sobre cuál es el camino que debe seguir la Argentina, seguiré trabajando y actuando por una patria más justa, libre y soberana", dijo, por caso, en su mensaje de renuncia.
Pero nunca las señales de Guzmán tuvieron la contundencia de los últimos días. La aceleración de los tiempos en la interna peronista, se lo escuchó analizar, fue lo que influyó en su decisión de salir a jugar fuerte, hablando por primera vez de sus ambiciones presidenciales.
Desde el entorno de Guzmán buscaron darle sustento a esa instalación. Quienes trabajan cerca del exministro dicen que está moviéndose en varios frentes con ese objetivo que, por ahora, nombran de una manera más difusa: "Está haciendo lo que dijo que iba a hacer, contribuir al desarrollo de la Argentina, sin intereses paralelos", aducen.
Por caso, mencionan que Guzmán sigue defendiendo la posicione de Argentina en la negociación con el FMI por los sobrecargos del préstamo de U$S 44 mil millones que tomó Mauricio Macri. Fue un tema que el jefe de Gabinete mileísta, Nicolás Posse, y la canciller Diana Mondino llevaron en los últimos días al encuentro con autoridades del organismo. "Hoy en día sigue, sin tener por qué, peleando en el mundo por cuestiones que el país necesita. ¿Qué otro político, sin que nadie le reconozca nada, pone la cara en cada país que visita y pide algo por la Argentina?", se preguntan a su lado.
La agenda del exministro seguirá muy activa durante las próximas semanas. La discusión sobre si se sumará o no a la pelea interna en el peronismo todavía está siendo madurada.
Mientras tanto, Guzmán se enfoca en Suramericana Visión, la consultora y think tank que creó a la salida de la administración del FdT, donde trabajan más de 20 personas en investigación económica, de políticas públicas y generando contenidos para la intervención del economista en debates públicos.
"Lo llaman recurrentemente gobernadores para consultarlo y escuchar su visión del rumbo económico", cuenta su entorno. En las últimas semanas, se reunió con legisladores para brindar su análisis sobre las medidas incluidas en los proyectos clave para las reformas mileístas. Aportó especialmente a la mirada peronista del paquete fiscal.
Las reuniones con intendentes bonaerenses de la Primera y Tercera sección electoral, que durante el verano fueron bajo el radar y en reserva, son ahora públicas. En la carrera hacia 2027, Guzmán ya puso primera y está decidido a acelerar. Primera