"El Gobierno de Javier Milei defiende con ánimo nacionalista los cantos racistas de la selección de fútbol contra Francia", tituló este jueves el diario El País de Madrid, el periódico de habla hispana más leído del mundo, y le dio la razón a Julio Garro, el funcionario nacional despedido por invitar a Lionel Messi y al titular de la AFA, Claudio Tapia, a pedirles disculpas a sus pares franceses.
El miércoles por la mañana, en una entrevista con la radio Urbana Play, el ahora exsubsecretario de Deportes advirtió que el comportamiento de los jugadores argentinos dejaba "mal parado" al país y que, para remediar el daño, Messi, en su condición de capitán de la Scaloneta, podía ensayar un pedido de disculpas. Causal de despido para el Presidente, para la vicepresidenta Victoria Villarruel y para las fuerzas del cielo digital, que le entraron con los tapones de punta. Garro fue echado por Twitter 12 horas después. "Ningún gobierno puede decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano", le avisó la Oficina del Presidente. En el vértigo tuitero, el Gordo Dan, alter ego troll del funcionario libertario Daniel Parisini, invitaba al exintendente de La Plata a "cerrar bien el orto".
"Los cantos racistas de la selección campeona de la Copa América contra Francia encendieron la mecha del nacionalismo en la ultraderecha argentina", indicó El País en la nota firmada por Federico Rivas Molina, corresponsal en Buenos Aires. Al cierre de esta nota, el artículo ocupaba todo el ancho de la portada digital del medio europeo.
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La Scaloneta, grande en la portada de El País. Javier Milei lo hizo.
"La vicepresidenta, Victoria Villarruel, acusó a los franceses de 'hipócritas' por la queja que presentaron ante la FIFA contra la Albiceleste y consideró 'verdades que no se quieren admitir' las contenidas en la canción", señaló el periódico y transcribió el tuit de la Oficina del presidente con el que Milei echó a Garro. "Fue tal la efervescencia ultra que en menos de 24 horas perdió su cargo el subsecretario de Deportes", agregó.
Como corresponde, el diario español le hizo un zoom político al escándalo originado en los márgenes de la crónica deportiva y abundó sobre la fiebre ultraderechista que ha convertido a la Argentina en un caso de estudio, con especial interés en España y en Francia por las experiencias locales de Vox, la fuerza radical con la que Milei teje vínculos estrechos, y la Agrupación Nacional de Marine Le Pen.
"La ultraderecha vio una oportunidad para encender los ánimos de sus seguidores y no la desaprovechó", consignó el artículo y señaló que la salida de Garro del Gobierno "puso en evidencia cómo purga el Gobierno ultraderechista a quienes se salen de la línea oficial". En ese sentido, se refiere al Gordo Dan, "un fanático mileista de gran ascendencia en la ultraderecha", como el autor del "primer disparo" de una ráfaga de "miles" contra Garro, que fue "la señal de largada para la lapidación virtual del funcionario".
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La cobertura de El País es apenas un botón de muestra de la repercusión internacional que tuvo y tiene la decisión del gobierno argentino de convalidar el racismo expresado en los cánticos xenófobos de la Selección.
En la propia Francia, el gobierno de Emmanuel Macron, que mantiene agendado un encuentro con Milei para la semana que viene, no había reaccionado, hasta el cierre de esta nota, a la calificación de "colonialista" que le estampó Villarruel a su país, pero hubo rebote en los medios. “La vicepresidenta cato-fascista", la etiquetó este jueves Michel Delarche en el sitio de izquierda moderada Mediapart.
"Viniendo de alguien que se reivindica como perteneciente a una dinastía de militares genocidas, es perfectamente despreciable”, agregó y se refirió a "el racismo contemporáneo de los argentinos”. Mal parados.
Lionel Messi y una oportunidad perdida
¿El llamado de Garro a Messi para que se pusiera al frente de un pedido de disculpas fue una acción planificada del ahora exfuncionario o el daño colateral de una operación fogoneada por la Casa Rosada para golpear a Tapia en la guerra por las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), los instrumentos que impulsa el Gobierno y repele la AFA?
Como sea, fue una gran oportunidad perdida.
Messi es un hombre bueno, que borra fronteras y une pueblos. Su liderazgo, construido más a fuerza de calidez humana que de goles y gambetas, podría ser un motor poderoso de cambios sociales positivos: su palabra tiene un alcance y una potencia descomunales.
En cambio, el gobierno ultraderechista, un poco cebado por los dogmas que chorrearon de los posteos de Villarruel, la Oficina del Presdente, el Gordo Dan y su ejército de trolls, otro tanto desesperado por sofocar eventuales rebeliones de sus votantes devotos del astro rosarino, blindó al ídolo y lo excusó de hacer lo que hubiese sido un enorme aporte a la lucha contra el racismo y la xenofobia.
En el mismo movimiento, barrió la basura -esos reflejos que quedan en el inconciente de una sociedad que, por lo menos, había podido identificar como nocivos- debajo de la alfombra de un ultranacionalismo que el mundo libre, ese al que Milei se ofrece como mesías, asiste y denuncia con espanto, como lo hizo este jueves el diario El País.