El subsecretario de Deportes, Julio Garro, pasó el día en la cuerda floja y terminó cayendo en la noche de este miércoles por hacer lo correcto: invitó a Lionel Messi, en su condición de capitán de la Selección, a pedir disculpas por las expresiones racistas que la Scaloneta cantó después de consagrarse campeona de la Copa América, el domingo en Miami. En el país libertario, en el gobierno del ultraderechista Javier Milei, todo es posible, queda claro una vez más.
En la Argentina libertaria, la indignación es selectiva.
Si se zarpa un streamer -incluso si lo hace un oyente de un streamer y el streamer no lo condena-, arde Troya, enhorabuena.
Si los ídolos de la Selección replican cánticos xenófobos, siga siga. Doctrina Lamolina.
Si un funcionario hace lo correcto y se atreve a llamar a la cordura al ídolo mayor de la Nación -un hombre que ha hecho de la sensatez su capital más valioso-, ¡afuera! Roja directa.
Los cantitos de Lionel Messi y compañía
En pleno festejo por el bicampeonato conseguido este domingo, en un vivo de Instagram que estaba haciendo el volante Enzo Fernández, los jugadores de la Selección cantaron al menos una parte de una canción cuyo contenido racista es tan explícito que no hay manera de fingir exceso de euforia para excusarse.
El cantito incluye frases como “juegan en Francia pero son todos de Angola” y agrede particularmente a Kylian Mbappé, el máximo referente del fútbol francés: dice que “su vieja es nigeriana” y que “su viejo camerunés, pero en el documento nacionalidad francés”. Al menos esta última frase fue cantada por los jugadores de Argentina en el vivo de Fernández, a quien siguen en IG nada menos que 11,1 millones de personas. Audiencia de campeón del mundo.
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Consultado en su rol de subsecretario de Deportes por la periodista María O'Donnell, Garro consideró que Messi y el titular de la AFA, Claudio Tapia, deberían pedir disculpas. "Como país (la conducta de la Scaloneta) nos deja mal parados", consideró. ¡Para qué te traje!
Embed - "Creo que Messi tiene que pedir disculpas": Julio Garro sobre cantos racistas y SAD #DeAcáEnMás
El VAR de la indignación selectiva le levantó el banderín al exintendente de La Plata, que entró en pánico e intentó recular en chancletas. "Desmiento categóricamente que haya solicitado a Messi que pida disculpas. Sería una falta de respeto a quien nos honra permanentemente con su calidad humana y deportiva", escribió en Twitter.
Durante la tarde, la Casa Rosada negó que Garro se hubiese sumado a la larga lista de nombres arrancados por el Presidente del pizarrón de su gabinete, que suman al menos 53, según la cuenta que viene haciendo Letra P. No obstante, un tuit replicado por el propio Presidente permitía dudar de la desmentida. "Garro tiene que estar afuera ya mismo", cierra el posteo.
La maduración del nocaut empezó a acelerar pasadas las 18. Por si le faltaba institucionalidad a la defensa del racismo, en el segundo tiempo de este partido en cancha embarrada -queda hecha un lodazal en la previa del encuentro que mantendrá Milei con su par francés, Emmanuel Macron- entró Victoria Villarruel con un manifiesto ultranacionalista que mezcló Mbappés con colonialismos, les reclamó a los "hipócritas" que paren "de simular indignación" y gritó desde el paravalanchas. "Enzo, yo te banco".
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Dos horas después, llegó la tarjeta roja: Milei expulsó a Garro por Twitter. "La Oficina del Presidente informa que ningún gobierno puede ( NdR: lo informa, no lo cree) decirle qué comentar, qué pensar o qué hacer a la Selección Argentina Campeona del Mundo y Bicampeona de América, ni a ningún otro ciudadano. Por esta razón, Julio Garro deja de ser Subsecretario de Deportes de la Nación", comunicó la Casa Rosada.
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Javier Milei puede hacerlo
No sorprende que Garro haya caído en desgracia en la consideración del Presidente, un hombre agresivo, violento, misógino y xenófobo, orgulloso de haber cerrado el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
No sorprende, tampoco, que Milei no consiga empatizar con Mbappé. Hijo de Wilfried Mbappé, un inmigrante camerunés de origen nigeriano, y de Fayza Lamari, de origen argelino, el astro del fútbol francés levantó la voz en defensa de las comunidades amenazadas por el avance en su país de una ultraderecha racista que agita el rechazo a la inmigración como una de sus principales banderas.
El mes pasado, antes de la primera vuelta de las legislativas francesas, Mbappé llamó a concurrir masivamente a las urnas. "Los extremos llaman a la puerta del poder", advirtió. Después del triunfo del partido ultraderechista Agrupación Nacional, la fuerza que lidera Marine Le Pen, en esa instancia, el futbolista volvió a pronunciarse. "Hemos visto los resultados de la primera vuelta, es catastrófico. Esperamos que esto cambie, que todo el mundo se movilice para votar (...) y vote al lado correcto", exhortó.
En la segunda vuelta, la izquierda dio el batacazo y relegó a la ultraderecha al tercer puesto.
Para Milei, autopercibido "máximo exponente a nivel mundial" de las ultraderechas emergentes, Mbappé debe ser un "zurdo de mierda". ¿Para qué pedirle disculpas, entonces? El Presidente sueña con erradicar a esa lacra alguna vez.
Garro no debería haber retrocedido. Hizo lo correcto. Incluso debería haber renunciado: si está convencido de que Messi y Tapia deberían pedir disculpas, no tiene nada que hacer en un gobierno liderado por un hombre agresivo, violento, misógino y xenófobo, orgulloso de haber cerrado el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
