Diez es la principal referencia que tanto El Jefe como el presidente tienen en la provincia, por eso fue elegida para tan sensible tarea. No pesó, al parecer, el antecedente que tiene la diputada de haber intentado inscribir otro sello llamado Fuerza Libertaria y no haber concluido el trámite con éxito por falta de afiliados, dicen sus detractores. Por las dudas, ya se viralizó un link de Google Forms para aquellos interesados en afiliarse al sello oficialista en Santa Fe. Nada de fichas por ahora. Cosas de la modernidad.
En lo técnico-jurídico, Diez descansa en dos letrados: Marcos Peyrano -un abogado de apellido renombrado en el fuero rosarino que ya la ha acompañado como candidato- y Juan Pablo Montenegro, que se hizo famoso hace algunos años por haberse recibido de abogado y ejercer sin haber abandonado su otro trabajo de colectivero. La movilidad social ascendente ya no es un fenómeno exclusivamente peronista.
Reina la desconfianza entre los socios de Romina Diez
La misión que le encomendaron a Diez renovó el recelo entre todos los socios que forman parte de La Libertad Avanza en Santa Fe. Tienen intenciones de mantener los acuerdos que los trajeron hasta acá, pero temen que con el partido en su poder, Diez se corte sola y los deje afuera. Subyace en esa convicción el reconocimiento tácito de que la potencia electoral del sello es el único activo, nada despreciable, que los hace competitivos en Santa Fe. No hay candidatos conocidos por el gran público o un despliegue territorial de impacto.
La desconfianza que caracteriza los vínculos entre las tribus santafesinas de La Libertad Avanza hace verosímil la hipótesis descripta. Diez no tiene agenda provincial, casi no habla de temas locales, pero es blanco de críticas internas por no abrir el juego. Con José Bonacci -armador, operador y padre de la diputada Rocío Bonacci- se tienen mutuamente bloqueados. También están enfrentadas desde hace meses con Silvia Malfesi, la diputada provincial que es referente del Partido Libertario y que es la única voz minarquista en la agenda provincial.
La libertad avanza en Santa Fe!! Estamos dando los primeros pasos para ser el primer partido nacional que hará Argentina grande de nuevo de la mano de nuestro Presidente @JMilei y del Jefe. Comienza la cuenta regresiva para los diputados y senadores que traicionan a los… pic.twitter.com/CSueUciore
En ese sentido, tiene lógica que haya prendido una versión que llegó a Santa Fe en los últimos días, como un dardo venenoso: que el súbito interés por registrar el partido en todos los distritos no era algo debatido en los despachos más importantes de la Casa Rosada, sino “una avivada de Martín Menem y su primo Lule”. “Tenemos que estar discutiendo la ley Bases, el programa con el Fondo Monetario Internacional, cómo financiamos el déficit, no esto”, se quejan los rivales internos de Diez.
La revuelta contra Zago, sintomático de lo que pasa en LLA Santa Fe
Mayoraz demostró haber ganado peso propio no solo por su rol en la revuelta, sino por ser el elegido para presidir una comisión de alta tensión como Asuntos Constitucionales. Diez siguió los avatares de la renovación de autoridades de su bloque de manera virtual. Sin embargo, cuando hubo que elegir, El Jefe le pidió a ella que inscribiera el partido en Santa Fe.
En esa rebelión también se destacó Bonacci, pero por haber sido la única que se abstuvo de votar a Gabriel Bornoroni como jefe de bloque. Cuentan a su lado que hubo contactos directos con el Presidente primero para pedir instrucciones -recibieron un lacónico “resuelve Martín Menem”- y luego para dar explicaciones por haberse apartado de la directiva oficial: consideran que Zago “es complicado, pero es bueno y leal a Javier Milei”, certeza que no tienen de Bornoroni. “En LLA hay dos teléfonos, el de Karina y el de Javier. Nosotros tenemos el de Javier”, chapean. ¿Hay dos teléfonos?
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Romina Diez al centro, Rocío Bonacci a la izquierda y el presidente Javier Milei a la derecha.
Tras la renovación de autoridades, hubo una conversación mano a mano entre Menem y Bonacci. Dicen que el presidente de la Cámara le pidió 60 días, un poco para aprobar la ley Bases sin ruidos y otro poco para ver a Bornoroni en acción, “y después vemos”. ¿Hay chances de que Bonacci se sume al flamante bloque del MID que creó Zago? A su lado dicen que no por ahora, pero consideran que la figura de un interbloque hubiese sido la mejor desde el principio.
El acuerdo con el PRO, el único factor de unión de LLA en Santa Fe
Si Karina Milei quiere llenar la Cámara de Diputados con leales, y en Santa Fe tiene un sello competitivo, ¿por qué acordar con el PRO? Las tribus detractoras de Diez coinciden en el análisis: no hay nada, por ahora, para ganar. La confianza en el sello es tal que ni siquiera seduce la posibilidad de que el macrismo aporte candidatos conocidos. El rumor de que Mauricio Macri tiene apalabrado al empresario Pablo Paladini como candidato corre, como ocurre en la víspera de cada elección santafesina, al punto tal que ya son pocos los que lo toman en serio.
En el plano de los nombres, las elucubraciones también apuntaron al periodista Alejandro Fantino, santafesino y a quien Milei aprecia especialmente porque considera que fue de los primeros que le dio lugar en los medios. No es la primera vez que el conductor oriundo de San Vicente suena para dar el salto a la política, pero por ahora no se categoriza ni siquiera como rumor. También hay empresarios cuyos nombres se han echado a rodar, pero ninguno con la suficiente fuerza.
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Cristian Cunha, presidente del PRO santafesino y ladero de Federico Angelini, y Romina Diez, en los festejos por el triunfo de Javier Milei en Santa Fe para el que el macrismo aportó fiscales.
Las estrategias de los opositores a Romina Diez
Volviendo al principio, el temor de los adversarios de Romina Diez a que la diputada se quede con el sello y no abra el juego está algo matizado cuando se le aplica racionalidad. “Es imposible que llegue a las elecciones con el sello armado, lleva muchísimo tiempo”, se tranquilizan a sí mismos. A partir de esa creencia, mitad convicción y mitad rezo, es que estructuran su defensa.
Pero Bonacci no es el único. “Estamos a una audiencia de tener el sello nacional”, se ufanan en el Partido Libertario, quienes ya tienen el distrital en Santa Fe. La ilusión es que el equipo presidencial decida recurrir a ellos ante el escenario de no llegar con el partido propio y para no negociar otra vez con la casta indispensable. Por eso, Malfesi levanta su perfil como referencia libertaria en Santa Fe. “El objetivo –dicen– es forzarlos a que no nos puedan ignorar”.