Peronistas, del PRO y la UCR comparten reuniones como nunca. Buscan puntos de contacto para zafar de la motosierra de Milei. Kicillof, el vértice.
Los intendentes de la provincia de Buenos Aires abandonaron la parálisis que provocó el cimbronazo del huracán Javier Milei y empiezan a organizarse. Se abroquelan en grupos multicolor, partidarios, sectoriales y regionales y buscan soluciones a problemas que se los pueden llevar puestos en el próximo turno electoral.
Conscientes de que son el primer mostrador del Estado y que los reclamos les lloverán, aunque los inconvenientes no tengan su origen en el pago chico, buscan diferentes estrategias para hacerle frente a la crisis desatada por la motosierra del Presidente.
Si no encuentran un modo de seguir gestionando, aún con recursos escasos, 2025 los puede encontrar demasiado heridos y 2027, aún más. El futuro está lejos de ser encantador para los territoriales que siempre supieron barrenar contracorriente, sobre todo porque la gran mayoría no podrá pelear por la reelección por la ley que prohíbe más de una reelección consecutiva, por lo que deberán buscar sucesores. Se sabe: estos suelen ser más débiles electoralmente que sus jefes políticos. Para eso abrieron la temporada de rosca con reuniones y acciones de todo tipo.
Como el espanto, la crisis unió setores separados por la grieta de las últimas dos décadas. Esta semana, los intendentes de la Quinta sección electoral armaron una reunión grande. Estuvieron dirigentes del PRO, la UCR y del peronismo. Inédito. Milei lo hizo. La salud, el acceso a los medicamentos y la paralización de la obra pública dispuesta por la Casa Rosada preocupa y golpea a todos por igual. Acordaron trabajar en un “vínculo de gestión” en busca de oxígeno con la Provincia. Balcarce 50 les queda lejísimo.
Otro cónclave de los últimos días fue el de los mandatarios de la Región Capital. Se juntaron los peronistas Julio Alak (La Plata), Mario Secco (Ensenada), Fabián Cagliardi (Berisso) y Leonardo Angueira (Punta Indio) con el radical Lisandro Hourcade. Los une la necesidad de avanzar con la obra del Canal Magdalena, trabajos en materia hidráulica y la continuación de las tareas en la Autopista Buenos Aires-La Plata y la unión con la ruta 11. Este camino multicolor podría continuar en las próximas semanas con jefes comunales de la Cuarta sección, aunque las fuentes consultadas por Letra P no lo confirmaron.
Los exsocios que alguna vez le dieron vida a Juntos por el Cambio también tuvieron sus mesas de rosca de Pascua. Lo hicieron por separado, al ritmo que imprime la nueva realidad política. Esos encuentros no sólo sirvieron para encarar soluciones a problemas comunes, sino, también, para ordenarse políticamente. En el foro realizado en Adolfo Gonzáles Chaves el martes, los jefes comunales radicales acordó pedir una audiencia con el gobernador Axel Kicillof para resolver temas de gestión. Además, levantaron la voz para que se los reconozca institucionalmente. Exigen que el partido a nivel nacional y provincial unifique posturas respecto a las políticas de Milei. La interna asoma cada vez más brava.
En Lobos, el PRO juntó a la tropa legislativa nacional y provincial de Buenos Aires e intendentes. El partido de Mauricio Macri resolvió no repetir los errores del pasado y empoderar a sus jefes territoriales y legislativos para no abrir una grieta que hiera de muerte sus chances electorales –como en 2023, cuando la guerra entre halcones y palomas dejó a los amarillos en el tercer lugar-.
Todavía groggy, el peronismo busca opciones creativas para sortear su propia crisis post derrota electoral y la otra, la impuesta por Milei. Si bien el lugar de puesta común de los problemas se centra en las reuniones periódicas que mantienen con el gobernador Kicillof, en simultáneo los intendentes se organizan entre sí.
Como contó Letra P, salieron con una campaña que apunta a Milei por la paralización de las obras en los distritos, un problema al que, hasta el momento, no le encuentra solución. Lanzan el operativo reducción de daños.
Como para esa acción concreta, los mandatarios buscan poner en común otros temas. El intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, encabezó dos reuniones que juntó a funcionarios y funcionarias de distritos vecinos de la Tercera sección. La primera fue con los responsables de Hacienda de los distritos; la segunda, con representantes del área de Seguridad.
La onda expansiva de la crisis también llegó a la Legislatura bonaerense, que le dio luz verde a un proyecto para la creación del Comité de Cuenca del arroyo San Francisco-Las Piedras, un pedido del tridente que conforman Cascallares, Mayra Mendoza (Quilmes) y Andrés Watson (Florencio Varela). La iniciativa logró apoyo transversal: fue respaldado por el PRO y la UCR. Obras hechas con financiamiento internacional podrían evitar inundaciones en la zona y generar empleo local. Cuando mandó en el distrito, entre 2015 y 2019, el diputado Martiniano Molina había impulsado el proyecto.
Entre propios y ajenos, en comités internos o en encuentros multicolor, los dueños del territorio saben que, si no buscan alternativas, la crisis impactará aún más de lo que los dañó en los tres meses de gobierno que lleva Milei. La rosca arrancó antes de Pascua y promete extenderse las próximas semanas. Todo sea por salvar al pago chico de los dientes de la motosierra.