El modo en que el gobierno de Javier Milei, fortalecido en las urnas pero aun así minoritario en el Congreso y un poco más rechazado que aprobado por la sociedad, se está llevando de las narices a todo un país dice mucho sobre el presente político, pero también sobre el futuro. Al Presidente hay que reconocerle audacia e iniciativa, aunque también cabe advertirle sobre la inutilidad del autoritarismo.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
El oficialismo puede sonreír con sorna ante dichos como estos, que considera la queja plañidera esperable de los perdedores, pero hay datos que deberían encenderle luces de alerta en tablero de comando.
Presupuesto y reforma laboral de prepo
Captura de pantalla 2025-12-17 a la(s) 9.39.34p. m.
Al cierre de esta edición de desPertar, la Cámara Baja se disponía a votar el Presupuesto 2026. El debate se abrió tras juntarse quorum con lo justo, aunque esa mayoría de ocasión dejó un enorme campo para la controversia.
Un bloque heterogéneo de 130 voluntades que reunió a La Libertad Avanza (LLA), el PRO, la UCR, el MID y los diputados que responden a los gobiernos de Misiones, Salta, San Juan, Catamarca y Tucumán impuso el criterio de que la "ley de leyes" se debatiera por capítulo y no por artículo. Esto, esperaba el Gobierno, debía facilitar la derogación de las leyes de financiamiento universitario y emergencia en discapacidad, ardid metido de contrabando en el texto, mediante el recurso de ponerles una capucha a los diputados opoficialistas para que se animaran a borrar con el codo lo que ayer nomás habían escrito con sus propias manos y con un respaldo de más de dos tercios para revertir sendos vetos presidenciales. Con todo, la derogación todavía encontraba al cierre de esta edición resistencias fuertes entre los propios aliados.
Sólo preguntarse qué podía motivar a unos cuantos de esos legisladores a cambiar de parecer en materias tan sensibles ofende la sensibilidad del observador.
En tanto, la senadora Bullrich tomó también un atajo reglamentario para la conformación de la comisión de Trabajo y Previsión Social, dejando la representación del peronismo muy por debajo de su número en la cámara para facilitar la obtención de dictamen. José Mayans se enojó y se sentó junto a ella en la mesa de la presidencia por entender que no se estaban cupmliendo las reglas. "Hacen lo que se les canta las pelotas", protestó.
Captura de pantalla 2025-12-17 a la(s) 8.30.27p. m.
¿Es probable que Milei se salga con la suya, que el Presupuesto con superávit fiscal blanquee sin pudor que su modelo se ceba con los docentes, las personas con discapacidad y los jubilados? ¿Es también probable que una reforma laboral predemocrática vea la luz durante el verano, en medio de las coberturas periodísticas en las playas y las movidas nocturnas de Punta del Este y Pinamar? Sí y sí.
¿Lágrimas de zurdo?
489288302_1292349922318986_3332552539586983016_n
El momento invita a la euforia de la extrema derecha, que literalmente está haciendo lo que quiere con la Argentina e imprimiendo su visión con reformas estructurales aun a pesar de no constituir, ni por asomo, una corriente política hegemónica.
¿Cómo podría ser de otro modo cuando hay tantas defecciones, cuando tantos mandatos se traicionan, cuando la presunta derecha republicana se ata al carro de la extrema, cuando tantos gobernadores se olvidan de que administran territorios dentro de un país y cuando los representantes de los trabajadores se prestan, cómplices, a debates que no son tales para levantarse de sus sillas cinco minutos antes de la foto con el poder real? Algunos de los gritos que se escucharán en las próximas semanas serán simples imposturas.
Sin embargo, hay algo profundamente equivocado en el reformismo autoritario de Milei.
¿Cuál es la mejor ley? ¿La que impone todos los objetivos de sus beneficiarios –en este caso, los dueños del capital– o la que tiene mayores condiciones de consenso, cumplimiento y perdurabilidad?
Optar por la segunda opción no es un recurso de perdedor o reflejo progre. Es pensar el futuro en lugar de solazarse con los golpes de efecto rutilantes y acaso fugaces del presente.
Cuando se habla –un clásico argentino– de la falta de visión de nuestro Círculo Rojo, se trata exactamente de esto. ¿Realmente se cree que un país para el 30% –por decir algo– de su población es realmente un proyecto nacional?
7c-dd03a
Foto: Federico López Claro (Clarín).
¿Qué condiciones de perdurabilidad tiene un modelo que asegura el superávit fiscal empobreciendo a sus docentes y médicos, quitándose toda responsabilidad por sus viejos y abandonando a las personas con discapacidades? ¿Cuáles, cuando se degrada la representación sindical y el derecho de huelga para reducir –todavía más y de modo permanente– los salarios y el consumo popular, cuando se abarata el despido a sabiendas de que eso no fomenta la contratación, cuando "se combate" la informalidad llamando regular a lo que no lo es, cuando las horas extras que permiten redondear ingresos algo más dignos mutan en "banco de horas", cuando las vacaciones se limitan y cuando se desfinancia hoy la seguridad social para poder argumentar mañana que no hay cómo sostener ni siquiera las jubilaciones miserables del presente?
¿Habrá alguien con cierta visión en la dirigencia nacional, alguien capaz de advertir que las reformas maximalistas, tan lesivas para las mayorías e impuestas con tan malos modos, pueden ser pan para hoy y hambre para mañana por quedar a tiro de un simple resultado electoral de signo contrario al actual?
Se repite: la mejor ley es la más ampliamente negociada, la que más consenso reúne y la que sirve a un objetivo sin la amenaza de ser barrida en poco tiempo por una reacción restauradora.
Adiós al paraíso
No es casual que mientras Milei se ufana de haber aplicado chiquicientas reformas estructurales y mientras está en vigor un abusivo Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), las empresas extranjeras huyan en tropel del paraíso libertario.
"Por primera vez desde 2003, la inversión extranjera directa (IED) en la Argentina muestra un saldo acumulado negativo" este año, contóInfobae.
Captura de pantalla 2025-12-17 a la(s) 9.26.43p. m.
Fuente: Infobae en base a datos de la consultora PxQ.
El éxodo cuenta con nombres notables.
Las petroleras ExxonMobil, TotalEnergies, Petronas y Equinor. Más allá del sector energético –se supone que punta de lanza del modelo–, también corrieron gigantes como HSBC, Procter & Gamble, Carrefour, Telefónica, Paramount, Burger King, Nutrien, Xerox e Internexa, entre otros solamente este año.
Cualquier diálogo con diplomáticos extranjeros o altos directivos de empresas trasnacionales deja la sensación de un hartazgo terminal con la Argentina, con sus crisis y sus cepos, sus cambios de reglas, sus manoseos regulatorios, sus grietas y sus idas y vueltas.
¿Todo culpa de Milei? Absolutamente no. Pero este presidente elige que el camino de la reforma –de su reforma– no sea ni mínimamente consensuado, lo que augura contrarreformas a la vuelta de la esquina.
El costo (concreto) del autoritarismo
Otro interesante artículo, publicado por Francisco Jueguen en La Nación, puso la mira en la inestabilidad de las condiciones tributarias.
Sin comprometer la opinión del colega, digamos que mientras Milei trata de reducir la carga impositiva para el sector privado, unas cuantas provincias y municipios actúan en sentido contrario, seguramente –y esto corre por mi cuenta– debido a la irracionalidad de un ajuste en modo de shock que barre la basura debajo de la alfombra al desfinanciar severamente servicios públicos y sociales esenciales que están a cargo de las entidades subnacionales.
"Los contrapuntos más radicales –como los que se dan estos días con los impuestos– (…) revelan un grave problema estructural para cualquiera que tenga la intención de desembolsar capital en la Argentina. Ese inversor sólo está dispuesto a tomar riesgo acotado por un bando –y en ese camino, todo depende de los resultados electorales puntuales– y no por instituciones que den previsibilidad. Esa carencia de confianza en el sistema local tiene un efecto: se pide más a cambio del dinero del inversor. Así se tienen tasas de interés más altas y plazos cortos para los bonos, regímenes a medida para sectores o resolución de diferendos en jurisdicciones internacionales", explicó Jueguen.
Captura de pantalla 2025-12-17 a la(s) 9.49.13p. m.
Pirro de Epiro –Grecia– ganó las batallas de Heraclea y Ásculo en el siglo III a.C, pero, por no haber ahorrado costos, perdió luego en Benevento y toda esperanza de conquistar Italia.
Veintitrés siglos después, Milei confunde liderazgo con autoritarismo, e ímpetu reformista con una revolución que, acaso, tenga pies de barro.