Sufre una mayoría opositora en Diputados que lo erosiona y no tiene reacción. Empieza la investigación de $Libra. ¿Acuerdos con CFK por la Corte y la AGN?
Martín Menem, referente de Javier Milei en el Congreso.
Javier Milei sólo tiene malas noticias del Congreso, donde ya ni siquiera puede controlar daños y aspira, en el mejor de los casos, a que los recintos cierren hasta diciembre. El Presiente confía en que, con las elecciones de octubre, al menos pueda reunir más fuerza para resistir embates de la oposición. Aunque sea eso.
La estrategia parlamentaria de Milei dio un paso atrás respecto a noviembre, cuando sus alfiles legislativos lograban evitar derrotas. Lo perjudica un escenario electoral cada vez más próximo, la falta de acuerdos sólidos con las provincias y la aparición de outsiders capaces de tomar causas nobles para acorralarlo.
Las derrotas en Diputados en los debates sobre jubilaciones y discapacidad dolieron más que las de hace un año. Milei no quiso poner plata antes de la sesión, como había previsto, confiado en que Martín Menem y Guillermo Francos iban a lograr que no hubiera cuórum.
No estuvieron tan lejos: la sesión comenzó con 131 bancas ocupadas, solo dos más que la mayoría. Había promesas de ingresar de parte de algunos ausentes (como la dupla que responde a Horacio Rodríguez Larreta), pero era solo palabrerío.
La presión de Francos sobre los gobernadores se hizo sentir: ninguno llevó el plantel completo al recinto. Algunos, como Gerardo Zamora (Santiago del Estero), aportaron más ausentes de los que habían prometido. Martín Llaryora (Córdoba) hizo no entrar a su histórico alfil Ignacio García Aresca.
Los mandatarios con origen en el PRO, Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut), jugaron fuerte para bloquear la sesión, al igual que los partidos provinciales. El cuórum fue posible porque empezó a desgranarse aún más el bloque UCR, donde tres de los 14 miembros quisieron ir al recinto (Natalia Sarapura, Fabio Quetglas y Julio Cobos); y uno más (Ricardo Sánchez), se anotó para votar contra el Gobierno con la sesión en marcha, al igual que muchos de los habituales aliados.
Con la sesión iniciada, los socios que tuvo Milei en Diputados se dedicaron a propinarle cachetazos. El Presidente anunció un veto a la eventual sanción de leyes para aumentar jubilaciones o retomar la moratoria, pero nada dijo sobre la emergencia en discapacidad.
Este último tema fue, para los aliados, la prueba de que Milei empieza a pagar el costo por ineficiencia en su gestión, aun si la inflación baja. También expuso las rencillas internas: la granja de trolls que controla Santiago Caputo nunca usó sus herramientas digitales para defender al titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, un amigo personal de Milei, quien sí salió a su rescate en las redes sociales y se quedó solo. Inédito.
El Presidente no le encuentra la vuelta a este conflicto. Le encargó a Spagnuolo hacer una auditoría sobre los gastos de la Andis con el único objetivo de pasar la motosierra. Como era de esperar, un abogado sin experiencia en la gestión sólo podía chocar.
El diputado Daniel Arroyo, de UP, artífice de la emergencia en Discapacidad, dejó algunas preguntas en la sesión que tal vez Spagnuolo deba responder en Tribunales. Si, como dice el funcionario, durante las gestiones anteriores se otorgaron pensiones que no corresponden, ¿por qué no centró las auditorías en las localidades con beneficios por encima del promedio o en profesionales que firmaron trámites irregulares?
"Eligió hacerlas mal", fue la acusación del exministro. ¿Cuál sería el motivo de un error intencional de esa magnitud? De mínima, en la oposición consideran que Spagnuolo es tan torpe que se autoincrimina. “Si es amigo de Milei, que se ocupe él”, se escuchó a encumbradas autoridades oficialistas en el Congreso. Algunos aliados, como el radical con peluca Luis Picat, levantaron la voz contra el congelamiento de las pensiones por discapacidad, que no subieron en todo el año.
La mayoría se otorgan a afiliados de obras sociales que hicieron sus aportes y no están recibiendo el beneficio. Spagnulo no lo tiene en cuenta: su mira está en desguazar el plan Incluir Salud. Con la emergencia encaminada, hay estudios de abogados que se disputan los amparos colectivos, una reacción que puede generar un agujero fiscal a Milei más grande que el ahorro de congelar partidas.
En UP se regodean: recuerdan que los asesores brasileños que asesoraron a Sergio Massa en la campaña notaron que Milei bajó en las encuestas cuando se viralizó un viejo video suyo usando la palabra “mogólico” para insultar. El Presidente viajó a Italia sin enterarse de que la emergencia en discapacidad se aprobó con dos tercios, o sea, no podría vetar a no ser que sume a alguno de los 50 ausentes. Los PRO vinculados a Mauricio Macri y los partidos provinciales están en esa lista gris.
La única alternativa del Gobierno para evitar una derrota es poner plata antes de que el tema se trate en el Senado, donde ya empezó a perder aliados: Carmen Álvarez Rivero, del PRO y cercana a Patricia Bullrich, advirtió en un evento que no tolerará el congelamiento de prestaciones.
En cuanto a los aumentos jubilatorios, la UCR plantó postura a favor de la suba del 7.2% y el incremento del bono a 110 mil (es de 70). Justo lo que más costo fiscal tiene. Por lo tanto, se infiere, el radicalismo no aceptará un eventual veto y las chances del Gobierno de llegar a un tercio del recinto en esa instancia también son mínimas.
Los vetos, de ocurrir, se tratarían en Diputados justo después del cierre de listas, cuando haya aliados enojados por haberse quedado sin nada.
El proyecto aprobado, por si acaso, incluyó fuentes de financiamiento, como los fondos de la SIDE, cuyo titular, Sergio Neiffert, deberá dar explicaciones en el Congreso en los próximos días. Tendrá que contar porqué es el funcionario que más refuerzos económicos recibe. Como no lo tiene tan claro, pidió que le enviaran las preguntas para pedir ayuda.
La extensión de la moratoria es el único proyecto que Milei puede vetar sin riesgo. La maniobra para facilitar la aprobación fue un nado sincronizado de la coalición opositora. En Encuentro Federal y Democracia Para Siempre temían que se cayeran todos los dictámenes y por eso no votaron en contra de la moratoria: se abstuvieron. Si no camina, insistirán con la prestación proporcional.
El problema de ese debate es que la moratoria no tiene un costo fiscal tan alto y es fácil para la oposición buscar recursos en otras partidas. Los aliados prefieren evitar esa situación. Recuerdan con temor que, hace un año, Milei les advirtió que iría a la justicia a pedir opciones de pago si el Congreso aumentaba las jubilaciones y rechazaba su veto. ¿Se animará este año? Debería exponer en qué gasta el superávit.
Otra secuela de la sesión de la sesión del miércoles es que Martín Menem no pudo evitar que tenga fecha el inicio de la comisión investigadora por el caso $Libra, la criptomoneda que Milei promocionó en su cuenta X el 14 de febrero ni bien se lanzó y poco antes de que su precio se derrumbase, dejando un tendal de denuncias de estafas.
El riojano logró bloquear la elección de autoridades de la comisión, que de todos modos se reunirá con la coordinación del secretario legislativo, Adrián Pagán, mano derecha de Menem. El primer encuentro será el martes y habrá al menos dos más.
La pelea por este tema fue tan dura en la sesión, que Menem tuvo que negociar con las autoridades de bloque detrás de las cortinas. El lunes la oposición dura, que junta 14 de los 28 votos de la comisión, definirá una estrategia. El único acuerdo hasta ahora es invitar a expertos y periodistas a exponer la semana siguiente.
En Unión por la Patria volvieron a leer el reglamento, confiados en encontrarle la vuelta a la elección de autoridades. El resto de la oposición cree que el peronismo está en negociaciones con la UCR y los partidos provinciales para imponer una mayoría que al menos pueda fijar un cronograma de citaciones. Algunas versiones dan cuenta de un compromiso de algunos opositores con Menem para no citar a Karina Milei y mucho menos ir a buscarla por la fuerza, como sugirió Miguel Pichetto. La excusa es que no irán y sera una perdida ede tiempo.
El ocaso legislativo de Milei lo obligará a replantear su marco de alianzas y, como suele ocurrir en estos casos, vuelven los rumores sobre negociaciones con el kirchnerismo para protegerse de enemigos comunes. Son esas versiones las que alimentan especulaciones sobre un freno de mano en la investigación del caso $Libra.
El miércoles se retomará el debate en el Senado de proyectos que proponen ampliar la Corte Suprema. Será el turno de definir invitados, por ahora sin una línea clara de qué quiere el Gobierno.
El negociador es el senador salteño Juan Carlos Romero, autor de una de las iniciativas para aumentar los cortesanos, aliado de La Libertad Avanza y con capacidad de entablar conversaciones con Unión por la Patria.
El plan de Romero es claro: en diciembre, cuando no sabe si seguirá en su banca, imagina una mesa de LLA y aliados con UP para definir los espacios de poder vacantes. Un acuerdo para completar la Corte sólo es posible si hay más lugares disponibles. Otro cargo preciado es la procuración.
A Cristina Fernández de Kirchner le sirve está discusión. Su libertad depende del máximo tribunal, donde dos de sus tres miembros la quieren tras las rejas: Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz. La tensión es con Ricardo Lorenzetti. Cómo hay dos vacantes, un fallo de la Corte es posible sólo si hay unanimidad. Sino, hay que llamar a conjueces.
Dede hace años que CFK pide una Corte grande, de al menos 15 miembros, aunque para quedar a salvo le alcanza con nombrar alguno más el año que viene.
Casualidad o no, la expresidenta lanzó su candidatura en PBA cuando la Corte empezó a apurar los trámites del fallo sobre la causa Vialidad. La titular del PJ no entiende porqué Caputo no abrió una negociación seria el año pasado para poblar el máximo tribunal de figuras ajenas a las tertulias de Comodoro Py, que amenazan a ambos por igual. El nexo entre el asesor y ella es el senador Eduardo De Pedro.
La otra negociación en el Congreso es para completar el directorio de la Auditoría General de la Nación, que desde este año estudiará los gastos del Gobierno de Milei.
El Presidente evalúa un DNU para llevar a ocho miembros el directorio de la AGN, como pide UP en el Senado, que de este modo podría seguir con dos peronistas nombrados por esa Cámara. De lograrlo, el bloque de la cámara alta que conduce José Mayans no tendría muchas opciones para rechazar ese decreto.
El texto está escrito y será publicado en el boletín oficial si algún opositor hace otro intento de votar auditores en el recinto. De lo contrario, la propuesta podría ser reescrita en el proyecto que presentó Menem en Diputados. En cualquier caso, los libertarios necesitan de UP. Saben que, en temas judiciales, el peronismo es el socio necesario.