El oficialismo no tuvo 86 votos en ninguno de los proyectos. La UCR, el PRO y partidos provinciales se desmarcaron y son claves ante eventuales sanciones.
El bloque de la UCR en Diputados, clave para sostener vetos.
Javier Milei tiene motivos para estar preocupado: pese a que anunció hasta el hartazgo que vetará los proyectos sobre jubilaciones y discapacidad, la sesión de Diputados no le dejó la certeza de tener los 86 votos que se necesitan para reunir el tercio del recinto, que es lo que se precisa para sostener esta medida.
Los aumentos jubilatorios se aprobaron con 142 votos a favor y 67 en contra; mientras que la emergencia en Discapacidad tuvo 148 por la positiva, 71 rechazos y tres abstenciones. La explicación de estos números es que los habituales aliados del Gobierno ayudaron al no dar cuórum, pero con la sesión empezada se desmarcaron. La UCR, el PRO y los partidos provinciales integran esa lista gris.
Era un riesgo que había advertido Martín Menem y por eso centró la presión en que no comience la sesión. No lo logró por poco y se fue con dos duras derrotas. El único proyecto que podría ser vetado sin riesgo es el que restablece la moratoria, que tuvo cien votos en contra.
"Lo que empieza ahora es una pelea por capturar a quienes se ausentaron o se abstuvieron", reconocen en el oficialismo, donde creen muy difícil evitar las sanciones de estos proyectos. En el Senado, UP está a tres votos de la mayoría. Se descarta la ayuda de Martín Lousteau (UCR). Otras figuras que el peronismo cree poder sumar son la cordobesa Alejandra Vigo (Provincias Unidas); y Guadalupe Tagliaferri, del PRO, pero cercana a Horacio Rodríguez Larreta.
La dupla que tiene cercanía con el jefe de Gobierno en Diputados no dio cuórum pero tampoco rechazó los proyectos: Héctor Baldassi votó a favor; y Álvaro González, se ausentó.
Los altos números que logró la oposición para aprobar los proyectos que incomodan al Gobierno se explican en la conversión de habituales aliados oficialistas, como el bloque Independencia (ligado al gobernador de Tucumán Osvaldo Jaldo); y el radicalismo, que sumó cuatro votos para los aumentos jubilatorios y 12 de 14 para la emergencia en Discapacidad.
Para el proyecto jubilatorio, la UCR ayudó con Ricardo Sánchez, Julio Cobos, Natalia Sarapura y Fabio Quetglas -los tres últimos dieron cuórum- y 10 abstenciones. En particular, el partido centenario votó a favor del aumento del 7,2% y lo reivindicó en un comunicado. "¿Eso significa que no van a apoyar un veto?", preguntó en su cuenta X Fernando Carbajal, exmiembro del bloque radical y parte de Democracia Para Siempre. El veto se rechaza o se apoya en totalidad.
En el proyecto de Discapacidad, el radicalismo exigió a cambio de votar a favor sumar un artículo que permite rebajas en aportes patronales por tomar personal en esa condición. Un sector de UP se resistió, pero quedó en minoría y el apartado fue incorporado al texto final. Con esta concesión, la aprobación en general fue con dos tercios de los presentes.
Si la iniciativa es ley y Milei la veta, el botín serán los 34 ausentes que hubo, entre ellos los partidos provinciales de Misiones y Río Negro. Votó a favor el trío de Salta, que comparte con estas dos provincias el bloque Innovación Federal. Está bancada habitual aliada del Gobierno y artífice de la falta de cuórum en la mayoría de las sesiones presididas por la oposición.
Con el aumento jubilatorio, también el grupo salteño se diferenció de sus socios. Otra dupla que suele ayudar al oficialismo y con la sesión iniciada se desmarcó fue la de San Juan, cercana al gobernador Marcelo Orrego: la diputada Nancy Picón Martínez votó a favor de ambos temas; y su colega María de los Ángeles Moreno se fue de la sesión.
El problema para los aliados del oficialismo es que rechazar estos proyectos puede ser una marca difícil de llevar y es por eso que, con la sesión en marcha hicieron su juego.
Por caso, los radicales violetas (Liga del Interior), se dividieron entre negativos y ausentes. Es el caso del PRO, donde el sector vinculado a Mauricio Macri se abstuvo en la votación de jubilaciones y se fue para no respaldar la emergencia en Discapacidad. Silvia Lospennato fue la abanderada de esa postura.
La presión a los gobernadores se hizo sentir, pero no pudo ser decisiva. Martín Llaryora (Córdoba), Oscar Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero), dejaron sólo una parte de sus tropas sin dar cuórum, para excusarse de una eventual represalia del Gobierno. Sí cumplieron con dejar todas sus bancas vacías los mandatarios radicales (a excepción del jujeño Carlos Sadir); Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut).
Pero con la sesión iniciada, ningún mandatario se comprometió a ayudar con votos negativos, que es lo que necesitará Milei si quiere sostener los vetos que empezó a anunciar por las redes sociales.
La otra alternativa que tendría el presidente si quiere protege un veton es apelar al Senado, donde una mayoría especial requiere una ayuda de UCR, PRO y partidos provinciales. En el Gobierno temen que esas votaciones lleguen en agosto, cuando el cierre de listas pueda dejar heridos entre los aliados. Sería cuando más los necesiten.