Guerra santa (electoral) en Santa Cruz: el pastor de Claudio Vidal vs. el kura bendecido por CFK
Daniel Álvarez, predicador evangélico y candidato del gobernador. La grey peronista sigue al sacerdote Juan Carlos Molina. El 26-O importa, pero más 2027.
Claudio Vidal vs. Juan Carlos Molina en Santa Cruz
En Santa Cruz, la política volvió a hablar en clave de fe. Claudio Vidal convirtió el evangelismo en músculo territorial y ungió al pastor Daniel Álvarez como su candidato y emisario del poder. Del otro lado, el kura Juan Carlos Molina, bendecido por CFK, intenta reanimar el viejo catecismo peronista. En esa disputa religiosa late la verdadera elección: la de 2027.
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El gobernador santacruceño, que emergió de la fractura kirchnerista, encontró en la religión un nuevo modo de orden político. Alineado en Provincias Unidas, Vidal armó un dispositivo que combina templos, asistencia social y militancia de fe: una red que reemplaza a la unidad básica, pero conserva la lógica de la lealtad. “Dios, patria y provincia”, rezan en los actos.
El mensaje es doble. Por un lado, propone moralizar la política; por el otro, disciplinar el voto.
Claudio Vidal y Daniel Álvarez recorren Santa Cruz
Del otro lado del altar, el sacerdote Molina busca reanimar la militancia social que marcó los orígenes del kirchnerismo. Con el sello de Fuerza Santacruceña y la bendición de Cristina Fernández de Kirchner, el extitular de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas (Sedronar) intenta reconstruir la mística de los años fundacionales: un peronismo de parroquia y barrio, de olla popular y compromiso.
“Milei y Vidal son lo mismo: rezan distinto, pero predican igual”, insiste Molina, que recorre las localidades en clave misionera, puerta a puerta, con un tono más de homilía que de discurso.
Frente a la postulación de Molina, el Obispado de Río Gallegos se apresuró a aclarar que se trata de una decisión personal del cura y que la diócesis no acompaña su candidatura. Además, informó que Molina quedará inhabilitado para ejercer funciones sacerdotales durante la campaña y, eventualmente, en caso de asumir una banca.
Claudio Vidal y la fe del poder
El avance del evangelismo en Santa Cruz no se explica sin el presupuesto del Estado. Desde la Secretaría de Culto santacruceña, la gestión de Vidal canaliza fondos para templos, viajes pastorales y programas de contención que funcionan como una red de influencia política. El modelo remite al de Misiones y Chaco, donde el credo se institucionalizó en torno a la gestión.
El gobernador Claudio Vidal, la secretaria de Culto provincial y una referente del evangelismo nacional
La ofensiva del gobierno santacruceño contra Molina y la Fundación Valdocco por presunta defraudación y trata de personas fue el punto de inflexión de la contienda. La denuncia, impulsada por Iris Rasgido, presidenta del Consejo Provincial de Educación, buscó deslegitimar el discurso moral del cura y poner en duda su tarea social.
La respuesta fue inmediata: Molina habló de “crueldad e hipocresía” y acusó al oficialismo de manipular la fe “como si fuera una boleta”.
Molina bendice desocupados, celebra misas itinerantes y denuncia “mentiras que no duran ni 48 horas”, en alusión a las promesas gubernamentales de recuperar empleos en las represas de la zona centro. Ambos predican. Uno desde el atril del poder; el otro, desde la trinchera de la oposición.
Analistas locales ya bautizaron el fenómeno como “teopolítica santacruceña”: un híbrido donde el sermón y la tribuna se confunden. La política dejó de ser gestión o representación; ahora también es religión.
2027: el evangelio del poder
Más allá del resultado del 26-O, el tablero apunta a 2027. Vidal busca consolidar su proyecto con un bloque propio de representación cristiana y el control de la Legislatura.
Molina, con el respaldo de CFK, intenta reposicionar al kirchnerismo como guardián del peronismo clásico y del catolicismo popular.
Cura candidato Juan Carlos Molina
Juan Carlos Molina, el cura candidato
De ganar la elección legislativa, el sacerdote ya se perfila como un potencial adversario para 2027, cuando Vidal buscará la reelección.
En Santa Cruz, la disputa ya no es entre gobierno y oposición, sino entre credos políticos: uno predica la obediencia, el otro la rebeldía. Ambos, sin embargo, creen en lo mismo: que el Reino -al menos el terrenal- se conquista en las urnas.