Daniel Álvarez, la apuesta de Claudio Vidal para afianzar a Provincias Unidas en la cuna del kirchnerismo.
Daniel Álvarez, el candidato del gobernador Claudio Vidal enSanta Cruz, lanzó su campaña con un grito de guerra que apunta a defender el provincialismo para zafar de la polarización que La Libertad Avanza y el kirchnerismo pretenden instalar en todo el país. La batalla marcará el futuro inmediato de la gestión en la Patagonia.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
“No somos parte de ese pasado que desaprovechó oportunidades históricas y tampoco parte de un modelo nacional que elige achicar los gastos en lugar de apostar al crecimiento”, dijo el primer candidato de una lista que encarará una campaña cuyo resultado sumará a la primera foto nacional de Provincias Unidas.
En una entrevista con La Nación, Vidal dijo que “el candidato tiene que ser el proyecto”. En esa paráfrasis con hálito kirchnerista habla de las potencialidades del espacio que fundó junto a Ignacio Torres (Chubut), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba) y Carlos Sadir (Jujuy), al que recientemente se sumó el correntino Gustavo Valdés.
El santacruceño está convencido de que el armado que debutará electoralmente el 26 de octubre y que promete empezar a funcionar como un bloque homogéneo en el Congreso a partir de diciembre “tiene que ser la posibilidad de reconstruir el país”. Para esa tarea eligió a uno de los hombres más importantes de su equipo de gobierno. Nada más ni nada menos que el jefe de Gabinete.
Daniel Álvarez de recorrida por Santa Cruz
Daniel Álvarez de recorrida por Santa Cruz.
Cuando en la entrevista citada le preguntan a Vidal por la elección de Álvarez, el gobernador destaca que se trata de “una buena persona”. “Es honesto, es trabajador, es creyente. Eso es lo que hace falta en la política, creer más en Dios”, dice. Un detalle particular, sobre todo teniendo en cuenta que el candidato del peronismo, que en Santa Cruz lleva el sello de Fuerza Santacruceña, es un cura: Juan Carlos Molina.
Un compañero de ruta de Claudio Vidal
“Es una persona que ama a su provincia, trabaja y se relaciona siempre con respeto. Algo clave que está faltando nuestro país”, agregó el gobernador apuntando al otro lado de la polarización que los gobernadores no alineados intentan romper.
"Nací en Perito Moreno, viví en Piedra Buena, Pico Truncado, Puerto Deseado y Río Gallegos. Voy a pelear por Santa Cruz porque la llevo en las tripas”, confirmó el candidato cuando se lanzó la campaña de la pata santacruceña de Provincias Unidas. Desde entonces, esa raigambre se convirtió en una de las marcas registradas de su trabajo preelectoral. Junto con Vidal recorren la enorme extensión santacruceña y prometen defender los intereses de la provincia por sobre cualquier otra cuestión que pueda surgir en el Congreso.
Claudio Vidal y Daniel Álvarez recorren Santa Cruz
Claudio Vidal y Daniel Álvarez en la Planta Estable de Lago Roca, en El Calafate.
La relación entre el mandatario y el ahora candidato siempre fue muy estrecha. Álvarez estuvo en el grupo de dirigentes que dieron forma al armado de SER, el partido con el que Vidal llegó a la gobernación en 2023 y fue candidato a intendente de la capital por pedido del propio gobernador.
Álvarez subió al escenario a recibir el diploma de Vidal en el acto de proclamación de autoridades electas que la Justicia Federal organizó luego de la consagración de SER en 2023. Apenas unos meses después de haber sido elegido, Vidal había viajado hasta la Casa Rosada para comenzar sus primeros reclamos por la caída de la coparticipación, algo que todavía sostiene.
Ese movimiento primigenio, que empezaba a bocetar un perfil y un funcionamiento para la gestión, busca seguir proyectándose con la candidatura de Álvarez al Congreso. Ahora será él la voz cantante con la que el gobierno de la provincia pondrá a jugar sus intereses en el debate nacional. Si todo marcha acorde al plan, no lo hará solo, sino a partir del espacio interprovincial que busca plantarse como alternativa entre La Libertad Avanza y el peronismo.
El juego en Santa Cruz
Vidal ya terminó con tres décadas de gobierno kirchnerista. Como todos en su espacio, sus vínculos con la familia que marcó el pulso político nacional durante las primeras dos décadas del nuevo siglo fue fluctuante y terminó por romperse cuando el grupo de referentes sindicales que parió SER decidió que era el momento para comenzar a ocupar su lugar en la historia de la provincia.
Cuando lo logró, el desembarco en la Casa de Gobierno se puso un tanto incómodo. Se topó con conflictos de vieja data y las dificultades nuevas marcadas por el recorte profundo que la gestión libertaria aplicó en todo el país. Como todos los gobernadores, entonces, Vidal puso a su equipo a disputar una especie de paritaria a cielo abierto en la que los favores llegaban como moneda de cambio desde una gestión nacional que pidió apoyo irrestricto para casi todas sus iniciativas. Como tantos otros, Vidal aguantó hasta donde pudo y se cansó.
Guillermo Francos con el gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, clave para la sanción de la ley ómnibus.
Claudio Vidal sostuvo una relación cordial con la Casa Rosada hasta que pudo. En la foto, junto a Guillermo Francos.
En ese contexto, la elección cobra una importancia particular por ser la primera que tiene que enfrentar Vidal como gobernador, una prueba de fuego luego de dos años complejos que también servirán para determinar la suerte de los años por venir.
La pata santacruceña de Provincias Unidas
Mientras busca fortalecer la voz de su gestión en el Congreso, Vidal también se concentra ante la irrupción de La Libertad Avanza en la provincia y en la pelea que propone Fuerza Patria con el cura Molina, el hombre con el que el kircherismo busca resucitar en la otrora tierra prometida.
No se trata de una apuesta menor. El peronismo se envalentonó con la victoria en la provincia de Buenos Aires y confía en poder recuperar el terreno perdido en la provincia que gobernó durante 30 años, hasta la llegada de Vidal. No sólo cuenta con la base fiel que lo mantiene expectante sino con figuras de peso como la de Pablo Grasso, el intendente de Río Gallegos.
Como casi todos sus socios de Provincias Unidas, Álvarez tiene la obligación de mantener el equilibrio para no quedar pegado a ninguno de los dos polos en lucha. De su mensaje se desprende que no comparte casi nada con el Presidente. No está de acuerdo con privatizar las empresas públicas, no les gustan los modos de jefe de la Casa Rosada y pide por un diálogo que ya no existe. De hecho, como ya contó Letra P, Vidal no será de la partida en la convoctaoria a cargo del flamate ministro del Interior, Lisandro Catalán.
Por una cuestión logística relacionada con los vuelos, el gobernador no pudo viajar a Río Cuarto, donde tampoco llegó su par más cercano, el chubutense Ignacio Torres. Sin embargo, los conceptos que allí se esbozaron dejaron en claro que ante un diagnóstico coincidente en al fracaso de la gestión libertaria, la opción de Provincias Unidas tiene la función de crear una alternativa para "para no volver atrás nuevamente y para que el kirchnerismo no se envalentone".
Es esa cruzada, el rol de Vidal cobra un valor mayor ya que debe contener las posibilidades de ese resurgimiento desde la cuna misma de la expresión que concentra la conducción del peronismo desde hace más de dos décadas.