El debate por la ley ómnibus alumbró un nacimiento. “Federales”, el grupo de WhatsApp que integran 54 diputados de Unión por la Patria (UP) nació al calor de la articulación que le propinó la primera derrota a Javier Milei, y busca reabrir las fronteras del peronismo por fuera del círculo cristinista, en diálogo con gobernadores y dirigentes de otros espacios.
El grupo se creó por iniciativa de la exministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, que invitó a diputados de línea directa con las provincias para discutir cuestiones que tienen que ver con la disputa de recursos entre los distritos y la Nación. La decisión de armar el espacio responde a debates internos de UP, pero también al diagnóstico en el que coincide gran parte del peronismo, que cree que hay que saltar el cerco K si quiere volver a representar un proyecto nacional.
“Nos señalan a todos como kirchneristas como una forma de aislarnos del resto de los bloques”, apunta un legislador del interior que reivindica los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, pero cree que es tiempo de dar vuelta la página para volver a tender puentes con otros espacios, como el bloque Innovación Federal, que responde a los gobernadores de Salta, Neuquén y Misiones, o los cordobeses de Martín Llaryora, que son parte de la bancada que preside Miguel Ángel Pichetto.
La figura de Llaryora genera especial entusiasmo entre los integrantes del grupo, que dicen que el peronismo tiene “una necesidad de dejar de hablar del AMBA” - donde el cristinismo mantiene su poderío - y tener una propuesta federal. En público, hace tiempo que figuras que se identificaron fuertemente con el kirchnerismo, como el exintendente de San Antonio de Areco Francisco Durañona, advierten sobre la necesidad de “salir de la lógica conurbanesca” y hacer eje en el desarrollo de las provincias.
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“No se puede gobernar la Argentina dependiendo de la Tercera Sección Electoral”, le dijo Durañona a mediados de enero a Letra P. El porteño Leandro Santoro habla en la misma línea. Cree que “si la Argentina quiere tener un proyecto de país tiene que reconciliar el conurbano bonaerense con Córdoba, con Santa Fe y recrear algo parecido a un proyecto nacional”.
La expectativa sobre Martín Llaryora
Llaryora se mantiene a distancia prudente. Sabe que el kirchnerismo tiene mala prensa en Córdoba y que su propio electorado le cobrará cualquier acercamiento. Por lo bajo, mantiene acuerdos locales que incluyen a figuras cercanas a Cristina, tiene línea directa con su par bonaerense, Axel Kicillof, y abrió la puerta al diálogo con el bloque de UP en diputados en la sesión que hizo caer la ley ómnibus.
Las versiones de la bancada peronista sobre el diálogo con los cordobeses van en paralelo. Los “federales” sostienen que fue ese espacio el que abrió las negociaciones para construir una mayoría que les permitiera a los gobernadores avanzar en la coparticipación del Impuesto PAÍS, mientras que el kirchnerismo asegura que el paso lo dio Máximo Kirchner, que habló con el cordobés Carlos Gutiérrez.
Como sea, unos y otros entienden que la apertura es inevitable. “Mientras las referencias sigan siendo Cristina o Axel va a ser muy difícil salir de esta situación. Hoy, ninguna rebelión conducida por UP puede tener posibilidades ciertas y efectivas de éxito”, dice un gobernador peronista. En la misma línea, un referente de los movimientos sociales apunta que la salida del peronismo "va a tener que ser por el centro", lejos de la hegemonía kirchnerista.
El flamante grupo “Federales” no incluye a ningún diputado de La Cámpora. Los integrantes del espacio que armó Tolosa Paz dicen que, hasta ahora, ningún miembro de la agrupación pidió su ingreso y que, en caso de hacerlo, cualquiera podría agregarlo, ya que los 54 miembros figuran como administradores. Máximo Kirchner no usa WhatsApp ni otras redes sociales.
Máximo Kirchner, en la gobernación bonaerense.
Máximo Kirchner, en la gobernación bonaerense.
Amante de los números, la exministra reparte entre los diputados datos sobre cómo afecta en cada provincia la eliminación o recorte de programas nacionales como el Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), las becas Progresar, o el Servicio Alimentario Escolar (SAE), que manejó desde Desarrollo Social. Dentro del grupo está, también, la diputada Mónica Litza, que responde a Sergio Massa, que está al tanto de la movida federal y mantiene, a su vez, su diálogo directo con los gobernadores.
En ese espacio se discutió la presentación del proyecto para reestablecer FONID por un plazo de cinco años, que llevó la firma del pampeano Ariel Rauschenberger. La iniciativa se presentó el 9 de febrero, dos días después de la caída de la ley ómnibus, y reunió el apoyo de todo el bloque.
En el grupo no cayó bien que, una semana después, Kirchner presentara su propio proyecto, en línea con Kicillof, aunque se interpretó como una señal de buena voluntad de parte del líder de La Cámpora por remendar su relación con el gobernador y sellar una tregua en la interna.
El tiempo de los gobernadores
Como contó Letra P, Cristina también propicia el diálogo amplio con los gobernadores para fijar una estrategia parlamentaria común. Entiende que, desde el Congreso, podrán impulsar proyectos para recuperar recursos para las provincias y para empezar a armar una mayoría opositora que pueda empezar a construir una idea común de cara a las próximas elecciones.
Además del proyecto sobre el FONID, con el aval de Cristina, el 26 de diciembre Kirchner presentó una iniciativa para la creación del Fondo Federal para el Desarrollo Nacional que se financie con la recaudación de un porcentaje de las retenciones a la soja. La expresidenta piensa que la coparticipación del fondo sojero es la única vía que tendrán los gobernadores para garantizarse recursos en un contexto de recesión y crisis.
Cristina ya dio señales de apertura con el giro al centro que marcó en el documento de 33 páginas que publicó a mediados de febrero. El texto abrió la puerta a debates que el kirchnerismo había clausurado y, con eso, habilitó el camino al diálogo de los propios, aunque generó incomodidad en el peronismo tradicional que vio cómo el foco volvía a posarse sobre el kirchnerismo. “Hablamos toda la campaña de Sergio de ir al equilibrio fiscal y sale Cristina otra vez a decir que el problema no es el déficit”, se quejó uno de los integrantes del grupo.
Por lo pronto, la idea entusiasmó a algunos de los posibles interlocutores. El presidente del bloque de Hacemos Coalición Federal, Pichetto, elogió el documento cuando dijo que las conclusiones de Cristina eran “un puente a la modernidad”. Aunque, por ahora, el rionegrino deja en claro que quiere mantenerse lejos del cristinismo. En UP creen que es solo cuestión de tiempo hasta que las conversaciones con otros bloques avancen: “Si pretenden armar mayorías para defender recursos nos van a necesitar. Las agendas se van a juntar solas”.