ECOS DE LA MOVILIZACIÓN

La marcha reactiva al peronismo y su dirigencia, que ahora va contra el DNU en el Senado

UP celebró la contundente convocatoria. Massa y CFK, en modo ON a distancia. La CGT va por opositores dialoguistas. Caputo y las expectativas en el Congreso.

Las imágenes de las calles del Congreso desbordadas, la convocatoria a marchas en diferentes ciudades del país, los fallos adversos de la Justicia y la guerra que se desató entre la Casa Rosada y los bloques dialoguistas de la oposición dispuestos a aprobar la ley ómnibus generaron el combo perfecto para que el peronismo se lanzara a pedir una sesión especial en la que buscará rechazar el polémico DNU 70/23 que dictó en diciembre el presidente Javier Milei.

El pedido de convocatoria al recinto para el 1 de febrero es el último eslabón de una jornada que las diferentes patas de Unión por la Patria (UP) celebraron por contundencia y efectos políticos. Después de la derrota en el ballotage, la medida volvió a reunir a todos los sectores que forman parte del espacio, que definieron un curso común de acción, más allá de las diferencias, impulsados por la convocatoria que lanzó la CGT.

La marcha mostró la diversidad de UP, con presencias sorpresivas y apoyos remotos. El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, encabezó una nutrida columna bonaerense, que incluyó funcionarios e intendentes. La CGT, la CTA, la CTA Autónoma y las organizaciones sociales movilizaron todo su aparato. También participaron actores de la sociedad civil afectados por las medidas del Gobierno.

Rumbo al Congreso también marchó el Frente Renovador, con Malena Galmarini a la cabeza, intendentes y legisladores nacionales y provinciales. El líder del espacio, Sergio Massa, lo siguió desde sus oficinas. Aunque mantiene el silencio público, el exministro de Economía estuvo atento a todos los detalles de la jornada, en diálogo permanente con la plana mayor de sus dirigentes. Por la tarde, recibió en el edificio de Avenida del Libertador al tucumano Pablo Yedlin, el único diputado de UP que desobedeció la orden del gobernador Osvaldo Jaldo y anunció que votará en contra de la ley ómnibus.

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A principios de enero, en reunión con la CGT, Massa había considerado “demasiado prematura” la convocatoria al paro general. Llevaba números que indican que el Presidente apenas perdió 5% de imagen positiva desde su asunción. Pero, este miércoles, se mostró entusiasmado por la masividad de la medida. En privado, insistió ante los suyos con números concretos que marcan el acuerdo entre la Casa Rosada y los gobernadores de la oposición dialoguista. “Restituyen Ganancias para darle una limosna a los gobernadores que es apenas el 0,17% del PBI. ¿Por esa plata les van a votar todo?”, le dijo a un funcionario de su confianza. Según pudo saber Letra P, trabaja en silencio para conseguir votos de rechazo al DNU en el Senado.

Cristina Fernández de Kirchner, que tampoco había alentado la medida, siguió la marcha desde su casa, donde se instaló de nuevo el domingo después de pasar tres semanas en Santa Cruz. Fue sorpresiva la aparición en la marcha de Máximo Kirchner, que se mostró junto a la columna de La Cámpora.

La organización confirmó su presencia en la movilización el viernes 19, un día después de la reunión que Kicillof encabezó en la Casa de la Provincia de Buenos Aires junto a las centrales sindicales y el resto de los gobernadores del peronismo. La Cámpora pegó el faltazo. También el Frente Renovador. Pero los dos espacios participaron de la movilización, este miércoles.

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Para la CGT, la contundencia de la jornada de lucha también puede tener efectos hacia afuera. En la central sindical se entusiasman con la posibilidad de que algunos integrantes de los bloques dialoguistas del Congreso, que se encaminaban a apoyar la ley ómnibus del Gobierno, “empiecen a dudar” y a redefinir su posición. En particular, apuntan a los diputados radicales identificados con el diputado Facundo Manes y con el sector que responde al presidente del partido, Martín Lousteau, al bloque Hacemos Coalición Federal y a Innovación Federal, que responde a gobernadores.

Según difundió la CGT, la convocatoria en la Ciudad de Buenos Aires fue de 600 mil personas, mientras que en todo el país alcanzó 1,5 millones. Los números distan un abismo de los del Gobierno que, en base a cálculos de las fuerzas de seguridad, aseguró que la manifestación en el Congreso congregó “unas 50 mil personas” y “fue un fracaso”. “En Argentina hay 20 millones de trabajadores que hoy cumplieron con sus tareas normalmente. Pararon algunos miles, encabezados por un grupo de millonarios que fingen ser trabajadores”, fue la línea que manejó la Casa Rosada.

Más allá de las chicanas numéricas, a la jornada se sumó la tensión entre el Gobierno, los gobernadores de Juntos por el Cambio y los diputados de la UCR y del espacio Hacemos Coalición Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto. La discusión comenzó cuando el ministro de Economía arremetió contra los mandatarios provinciales desde su cuenta de X. “Hoy mantuve reunión con el secretario de Hacienda y la subsecretaria de Provincias para delinear todas las partidas provinciales que se recortarán inmediatamente si alguno de los artículos económicos es rechazado”, dijo.

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Los gobernadores habían dejado trascender que rechazarían el aumento a las retenciones en el recinto. Tanto Pichetto como el presidente de la bancada de la UCR, Rodrigo de Loredo, salieron al cruce de Caputo. “El ministro que no tuvo la valentía de venir al Congreso, tiene que dejar de apretar a los gobernadores y tratar de buscar acuerdos con los gobiernos provinciales en lugar de amenazarlos”, escribió el rionegrino. En medio de los cruces, el oficialismo tuvo que resignar su pretensión de sesionar esta semana en Diputados. La sesión por la ley ómnibus se haría recién el martes 30, pero nada garantiza el texto final de la ley. La oposición también montó en cólera porque, entre la madrugada del miércoles y la tarde, el oficialismo cambió la letra del dictamen acordado.

El peronismo aprovechó el río revuelto y salió airoso del primer hecho político que protagonizó en la era Milei. “Tienen que entender que el Gobierno no les van a dar nada de lo que les prometen. Los van a cagar a todos”, apuntó un dirigente de primera línea que impulsó la convocatoria. A última hora, los bloques de UP enviaron el pedido de sesión especial en la que buscarán rechazar el DNU con ayuda de las bancadas provinciales.

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