El intendente Juan Moroni y el legislador Carlos Briner cerraron filas en una zona clave para la fuerza. Pedido de autonomía y un pedido a Rodrigo de Loredo.
Juan Manuel Moroni y Carlos Briner encabezaron un plenario radical que rechazó una alianza con la LLA
La UCR del departamento Unión, con asiento en la ciudad cabecera de Bell Ville, comienza a delinear su estrategia rumbo a las elecciones de octubre, marcando su rechazo a una alianza con La Libertad Avanza. En el último encuentro partidario, el radicalismo de esa zona estratégica del mapa de Córdoba dio señales contundentes de unidad interna.
Con el legislador Carlos Briner a la cabeza, acompañado por el intendente de la capital de la pelota de fútbol, Juan Manuel Moroni, y el presidente del comité local Ernesto Gavier, el radicalismo bellvillense exhibió músculo político y cohesión en un contexto en el que, a nivel provincial, la UCR atraviesa divisiones internas y aún no define con claridad su rumbo.
A contramano de esa indefinición, la dirigencia de Bell Ville marcó con nitidez los límites de sus alianzas. Tras el encuentro, dejaron en claro que una eventual coalición con el partido de Javier Milei no forma parte de sus planes y calificaron como “inaceptable” cualquier posibilidad de confluencia con un espacio que —según afirmaron— ha sido sistemáticamente irrespetuoso con la historia y los principios del radicalismo.
Una fuente cercana al núcleo dirigencial fue tajante al respecto: “Para el radicalismo bellvillense, sería una falta de respeto a todo el trabajo que se viene realizando desde el interior que las autoridades partidarias terminen negociando con LLA. No estamos dispuestos a convalidar ese camino”.
El rechazo no es menor. Bell Ville es uno de los bastiones donde la UCR mantiene una presencia sostenida y competitiva desde hace varios años. Un acuerdo con el espacio libertario podría desmovilizar la estructura partidaria local e incluso abrir una brecha entre las bases y la conducción provincial.
Briner, quien fuera candidato a vicegobernador en fórmula con Ramón Mestre, fue contundente en sus declaraciones: “Si el Congreso partidario de la UCR decide avanzar en una alianza con La Libertad Avanza, no cuenten conmigo, salvo que las condiciones sean muy claras y el radicalismo conduzca el proceso con dirigentes surgidos del propio partido”.
En la misma línea, expresó su anhelo de que la UCR compita con la tradicional Lista 3, integrada por nuevas generaciones de militantes surgidos de una interna auténtica y transparente.
Pese a sus diferencias internas con otros sectores, Briner no descartó la posibilidad de apoyar una eventual candidatura de Rodrigo de Loredo, si este resultara electo como abanderado del radicalismo. Sin embargo, el deloredismo mantiene aún abiertas las puertas para una posible alianza con LLA, en sintonía con los vínculos que algunos de sus operadores políticos mantienen con referentes libertarios en la Casa Rosada.
Este escenario genera tensiones evidentes dentro del partido. Briner y un conjunto de referentes del interior provincial rechazan cualquier acercamiento al espacio liderado por Milei. También advierten sobre los riesgos de volver a sellar alianzas con el PRO, a la luz de una experiencia reciente en Córdoba que dejó más fracturas internas que logros electorales.
En sintonía con Briner, tanto Moroni como Gavier reafirmaron la idea de un radicalismo unido, en pie de lucha y con plena autonomía frente a las presiones que bajan desde el poder central del partido. Coincidieron en que, en muchas ciudades del interior, las decisiones se toman sin consultar a las bases, lo que ha generado un malestar creciente en la militancia.
El gobierno local, conducido por Moroni desde hace más de un año, ha logrado sostener y profundizar la impronta de gestión que dejó su antecesor.
“Se mantiene una administración sólida, con presencia territorial y resistencia activa al avance del cordobesismo”, indicó una fuente cercana al intendente, destacando la continuidad de una gestión que se propone como referencia para el radicalismo provincial.