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La hipótesis de la que parten unos y otros para activar conversaciones es que, tras las primarias, Milei subió en intención de voto y que Patricia Bullrich no logra retener todo el caudal de Juntos por el Cambio (JxC). Un sector duro se pierde a expensas del libertario, mientras que una parte de la cosecha de Horacio Rodríguez Larreta se fuga hacia Massa.
Una de las últimas mediciones que maneja UP marca 35 puntos para el libertario, 30 para Massa y 23 para Bullrich. Otra muestra un escenario más beneficioso para Milei, con 38% de intención de voto, seguido por UP, con 32% y JxC, con 19%. Ahora, el riesgo mayor que advierte el oficialismo es que Milei pueda ganar en primera vuelta, si cosecha más del 40% de los votos y le saca 10 puntos al segundo que, según esos números, sería Massa.
Una campaña segmentada
Como hizo con el empresariado que fue al Consejo de las Américas, Massa tendrá en las próximas semanas un discurso segmentado, “para atender la heterogeneidad” de los escenarios políticos en las provincias y municipios y el comportamiento del electorado.
La decisión parte del análisis del voto a Milei, que fue transversal por segmentos y territorio. En el electorado libertario hay un voto duro, ideológico e inconquistable, pero también un sector desencantado del peronismo, susceptible de volver a ser seducido. Por eso, Massa se cuidará de no tener una actitud “reactiva” ni atacar a los votantes del libertario. Buscará contrastar ideas y plantear un encuadre “por la positiva”. Eso implica empatizar con las necesidades y críticas de quienes votaron a Milei y ofrecer una alternativa más atractiva.
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“Lo que nos falta es un mensaje de esperanza”, analizan en el comando de campaña de UP. Un ejemplo concreto llega a través de la dirigencia social que recibió a Massa a principios de agosto, en un comedor de Ciudad Oculta. El candidato a presidente compartió casi tres horas con vecinos y vecinas del barrio. Escuchó sus problemas y explicó las dificultades económicas de la Argentina.
De la visita salieron tres conclusiones, según le contó a este portal un referente barrial. La primera fue la buena sintonía de Massa en el mano a mano con la gente. La segunda, un hartazgo en la explicación sobre los problemas que trae el Fondo Monetario Internacional (FMI), que en todo caso deberá dedicarse a resolver el Gobierno. La tercera y principal, que los anfitriones captaron a la perfección y retuvieron con detalles el relato de por qué Massa estima que 2024 será un año mejor para la economía, con aumento de exportaciones e ingreso de dólares gracias a la puesta en marcha del gasoducto Néstor Kirchner.
En conclusión, el mensaje positivo, emotivo y esperanzador deberá complementar las medidas económicas diseñadas para contener el efecto de la devaluación, que no ganarán la elección por sí solas. Los sectores sociales más golpeados por la crisis también advierten que las acciones deben ser complementarias para que las medidas de recomposición no sean tildadas de electoralistas.
Es la economía
El anuncio llega con demora y fue una novela en sí misma esta semana. El Ministerio de Economía había filtrado que las medidas comenzarían a conocerse el jueves 24 y que avanzarían a razón de “dos por día”. Hasta el sábado a la noche, Haciendo seguía afinando el lápiz. No contribuyó a ese escenario que el presidente Alberto Fernández adelantara el viernes en La Pampa que el ministro de Economía anunciaría “una suma fija, corrección en ingresos de jubilados, tarjeta Alimentar y Asignación Universal por Hijo". En el massismo no cayó en gracia. “Primero hay que construir acuerdos con todos los sectores”, dijo un colaborador del ministro.
Massa dedicó los días posteriores a las PASO a analizar los números de la elección y a cerrar la negociación con el FMI. Desde Washignton, en modo presidencial, también monitoreó los episodios de saqueos y robos organizados que hubo en la provincia de Buenos Aires y en otros distritos del país. Habló de forma permanente con De Pedro, con el gobernador Axel Kicillof y con los ministros de Seguridad de la provincia, Sergio Berni, y de la Nación, Aníbal Fernández. Los intendentes también le mandaron reportes de la situación en sus distritos.
Todos coordinaron un discurso común. Llamaron al orden, mostraron detenciones -pero sin imágenes de represión-, se impulsaron denuncias, se refirieron a los saqueos como “robo en poblado y en banda” y recordaron que es un delito que tiene una pena prevista de hasta 15 años de prisión. La Nación y la provincia de Buenos Aires anunciaron en paralelo, además, ayuda económica para los comerciantes afectados. “Se pretendió instalar un ambiente de caos y se respondió con orden y paz”, explicó un funcionario de primera línea que intervino en las comunicaciones entre Washington y Buenos Aires.
El episodio también marcó otra diferencia con la Casa Rosada. La vocera presidencial Gabriela Cerruti vinculó los hechos con Milei y su espacio político, La Libertad Avanza. Fernández y Berni la desmintieron. El ministro de Seguridad de la provincia fue más allá y dijo, incluso, que “Milei es un hombre de bien”, en línea con la decisión de la campaña de no atacar al libertario ni a su espacio de manera directa. El fiscal federal Guillermo Marijuan imputó a Cerruti por “omisión de denuncia e incitación a la violencia”. Es amigo íntimo de Massa.
Los contactos del ministro también llegaron a Córdoba. La triangulación alcanzó al gobernador Juan Schiaretti y al recién electo Martín Llaryora. Massa aspira a pescar votos peronistas en la pecera cordobesa. A esa provincia viajó el viernes, recién llegado desde Estados Unidos. “Hoy podemos estar en espacios diferentes, pero el 10 de diciembre aspiro a ser presidente y a tener a Llaryora y a todos los cordobeses sentados en la mesa y participando de nuestro gobierno”, dijo el ministro después de elogiar a Schiaretti. El gobernador también tuvo un gesto hacia el Gobierno al diferenciarse de Milei y del resto de la oposición y celebrar el ingreso de Argentina a los BRICS.
En el territorio
La discusión sobre la participación electoral atravesó de lleno a UP los días posteriores a las primarias. ¿Conviene que aumente de manera considerable en octubre o se corre el riesgo de que quienes no votaron en agosto se vuelquen aún más a elegir a la oposición en octubre? La conclusión, hasta el momento, es que el llamado a las urnas será quirúrgico, apalancado por las estructuras y los aparatos.
En ese esquema cobra especial relevancia el trabajo territorial de intendentes, gobernadores, movimientos sociales y referentes religiosos. Los jefes comunales todavía protestan porque no fueron convocados al comando de campaña para diseñar una estrategia que los incluya y explicar por qué en sus municipios hubo cortes de boleta.
Massa los llamará en los próximos días. Dice que la campaña todavía ni empezó. En el búnker de la calle Mitre dicen que en la siguiente etapa empezarán a verse carteles con la cara de los intendentes al lado del candidato presidencial. “Está claro que en la primera etapa no se movieron. Ahora es distinto. Con Milei como presidente no sobrevive nadie”, dicen, lapidarios, en el massismo. En términos políticos queda mucho por hacer. El jefe de asesores de Kicillof, Carlos Bianco, planteó la cuenta esta semana en diálogo con Radio Provincia: cinco puntos más en el territorio bonaerense representan dos para la boleta nacional. En la provincia de Buenos Aires hay, además, incentivos en la posibilidad de que el peronismo recupere distritos que están en manos de JxC, como Lanús y Pinamar.
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El mensaje corre también para los gobernadores. Massa recibió en el Ministerio a Gustavo Sáenz (Salta), Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Sergio Ziliotto (La Pampa) y habló con cada uno de los mandatarios peronistas. Prometieron hacer en octubre los esfuerzos que no hicieron en agosto. Los mandatarios organizan una cumbre en Buenos Aires para los próximos días. Sería el 8 de septiembre. Pensaban reunirse antes, pero temieron que la foto quedara demasiado flaca: algunos mandatarios que ya aseguraron la elección en sus provincias están de vacaciones. En UP dicen que la campaña arrancará con fuerza el fin de semana del 9 y el 10.
La dirigencia provincial reclama que el candidato pueda dar un discurso específico para cada distrito, en particular en términos de desarrollo económico. Así como les pidió al Círculo Rojo que haga “la cuenta del almacenero”, lo mismo correrá para pymes y economías regionales. Los voceros de la campaña serán los mismos empresarios, que hablarán en defensa propia. También buscarán la ayuda de los gremios, que estuvieron “demasiado pasivos” antes de las primarias.
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La reaparición de Cristina todavía está en el aire. En la campaña de UP habían barajado la posibilidad de que la vicepresidenta tuviera una participación en algún acto en el conurbano bonaerense esta semana para arengar a la tropa propia, pero la iniciativa quedó congelada. En el cristinismo dicen que el voto de la vicepresidenta ya está integrado al de Massa, aunque un discurso suyo reforzará la idea entre sus votantes.
Pastores
En tanto, la última semana mostró la irrupción de un actor que hasta ahora se había mantenido en silencio público. El martes, iglesias de distintos credos difundieron un documento en el que llamaron “a un diálogo responsable y comprometido” a toda la dirigencia política de cara a las elecciones. El texto dejó entrever la preocupación de los religiosos por el factor Milei. “No hay verdadera libertad sin fraternidad. Con este espíritu, reafirmamos nuestro respeto absoluto por la Constitución Nacional como el marco que guía nuestras acciones y decisiones”, dice.
La preocupación se confirmó en privado en contactos con la política. Los curas villeros organizaron una “misa de desagravio por los ultrajes al papa Francisco” que se escucharon durante la campaña electoral. El aludido por los insultos es Milei, que se refirió a Francisco como “zurdo” que anda “pregonando el comunismo por el mundo” y “representante del maligno en la casa de Dios”. La misa se celebrará el 5 de septiembre en la parroquia Virgen de Caacupé, en la villa 21-24. La Iglesia no quiere imaginar en qué se podría transformar la visita de Francisco a la Argentina, anunciada para 2024, con Milei como presidente.
Los curas podrían verse antes con Massa. La cita está agendada para este domingo. En tanto, el Frente Renovador también hizo contactos con el Grupo de Curas de la Opción por los Pobres, que se referencia en Cristina. Como publicó Letra P, Milei recibió en las primarias el apoyo de un sector de los pastores evangélicos, que bajaron línea a los fieles en sus templos. La reacción de pastores más cercanos al peronismo ya se hizo oír en varias mesas políticas. Prometen que no se quedarán quietos.