Lejos quedaron los días en que el poder de Río Negro pasaba ineludiblemente por General Roca o el Alto Valle. Los reflectores de las elecciones provinciales del 16 de abril alumbraron a San Carlos de Bariloche como la madre de todas las batallas a conquistar para cubrir los cargos para la gobernación, la vice y la Legislatura. En esta instancia, la ciudad lacustre tiene 105.503 personas habilitadas para votar de las 589.847 de la provincia, unas 40.000 más que en 2019 cuando se impuso Arabela Carreras ante el actual ministro de Justicia y Derechos Humanos, Martín Soria. Con todo, es más que una cuestión numérica.
Este jueves 16 fue el día de largada oficial de la campaña rionegrina. El exgobernador y candidato por Juntos Somos Río Negro (JSRN), Alberto Weretilneck, tuvo una intensa jornada de reuniones y contactos de prensa, que cerró con un nutrido encuentro partidario junto a Carreras. Hubo sonrisas y halagos mutuos para los flashes, en una puesta en escena que buscó desterrar rumores del enfrentamiento entre ambos, y demostrar que el partido está fuerte mientras transcurre el doceavo año en el poder provincial y el octavo en el municipio con el intendente Gustavo Gennuso.
Aníbal Tortoriello, el diputado del PRO que será el candidato liderando la alianza Cambia Río Negro, estaba desde el martes en Bariloche, no menos activo con encuentros vecinales, empresariales y entrevistas. El jueves optó por llevar la campaña a El Bolsón. Exhibe a Juan Pablo Álvarez Guerrero como su gema en la ciudad, un abogado de bajo perfil que se lanza al ruedo electoral, hijo del recordado Osvaldo Álvarez Guerrero, primer gobernador tras la recuperación de la democracia.
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Como el “único candidato peronista” se presentó Gustavo Casas, quien al frente de Unidad para la Victoria presentó su propuesta para gobernar la provincia, junto al referente local del Frente Grande, Julio Accavallo, y compañeros de Kolina.
A todos se les había adelantado el renovado PPR, ahora Podemos Proyectar Río Negro, que fue el primero en salir a la luz con su propuesta en Bariloche con la presentación de su llamativo local amarillo en pleno centro de la ciudad. En este caso, todas las cabezas de lista son barilochenses: el empresario inmobiliario y chocolatero Gabriel Di Tullio como candidato a gobernador; Claudio Lueiro como primer inscripto en el tramo legislativo por lista sábana y Daniel González Haneck, liderando el Circuito Andino.
Romper todo
Un Weretilneck recargado pareció salir a romper todo y volver a construir, con un proyecto de gobierno con ideas que buscan ir a la raíz de temas de fondo.
Piensa redefinir un Estado que no da soluciones. Ve a la salud pública lejos de vecinos y vecinas, atomizada entre la deficiente obra social IPROSS y las costosas prepagas, el PAMI, el deterioro de los servicios hospitalarios y la propuesta de articular mejor con el sector privado. Cree en la necesidad de hacerse cargo de la inseguridad creciente, en Bariloche y las principales ciudades, atendiendo al daño descomunal del narcotráfico. Busca generar condiciones de trabajo genuino no subsidiado, con el protagonismo excluyente del sector privado.
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Recuerda la moderna puesta en juego de un nuevo modelo educativo rionegrino años atrás, pero dice que ya no va más. A la luz de 12 años de gobierno provincial podría ser una autocrítica, pero puertas adentro de JSRN sonó como un cuestionamiento a Carreras.
“Cero clientelismo”
Tortoriello se centra en ponderar su capacidad de gestión, proveniente del sector privado, donde comenzó como un pequeño emprendedor y llegó a construir una gran empresa de transporte de combustibles. El diputado exhibe cómo llevó ese conocimiento y modo de hacer las cosas a la gestión pública en Cipolletti, y promete lo mismo para la provincia.
Apunta a la desidia de sus rivales, que focaliza en JSRN en Río Negro y Bariloche. Considera que llegan al poder con la fuerza del clientelismo y alianzas electoralistas y en la zona andina le apuntó a temas que considera cruciales, como la falta de empleo, el colapsado vertedero de la ciudad y los estados que no dan respuestas.
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“Cero planes de vivienda, cero loteos sociales, falta agua, cloacas y gas. Vengo con vocación, a mis 64 años podría estar disfrutando de mis siete nietos, pero estoy en Bariloche haciendo campaña. Quiero gobernar y trabajar”, le dijo a Letra P.
Innovar para cambiar
Lueiro es el armador del nuevo PPR. Viene del histórico Partido Provincial Rionegrino, donde militó desde joven, estandarte con el que transitó la función pública a nivel municipal y provincial.
“Nuestra agenda está pensada para todos”, expresó al irrumpir en la escena electoral 2023, apuntando a falencias de las gestiones, pero más a su rival directo, Cambia Río Negro. “No nos representa en la necesidad de volver a las fuentes y a las raíces para defender los valores que levantamos”, afirmó.
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Lueiro sorprendió con la promoción de Di Tullio, un exitoso desarrollador inmobiliario que invirtió en la chocolatera Frantom para transformar su producción para un público masivo en otro de alta calidad y de exportación.
González Haneck tiene también una trayectoria sólida en política y su apuesta pone la mira en el amplio Circuito Andino, más allá de Bariloche, El Bolsón y Dina Huapi, a una decena de localidades y comisiones de fomento que encuentran en el turismo y la actividad ganadera y agrícola un gran potencial de desarrollo.
Lotes para todos
El peronista Casas desembarcó en la zona con una singular promesa para resolver el problema habitacional de la provincia: “Habrá lotes para todos con la sola presentación del DNI”.
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Dijo que es más ambicioso aún, pero consideró que Río Negro no está “por ahora” en las condiciones de San Luis, que también puede garantizar viviendas para todos.
¿Cómo hacerlo? Para ese ambicioso desafío habló de multiplicar la gestión de planes con el gobierno nacional. También prometió más trabajo, desarrollo y crecimiento para los años de gobierno de Unidad para la Victoria.
