Con las voces partidarias no alcanza para batallar contra las políticas del presidente Javier Milei. El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, lo sabe y trabaja en el armado de un gran coro de intérpretes para que entonen una nueva canción. Partitura en mano, les pide a empresarios, trabajadores, sindicalistas y representantes de la cultura que salgan a “multiplicar voces”.
Hace tiempo que a Kicillof le preocupa cómo llegar con su mensaje a las mayorías. Durante la campaña, planteó aquello de "componer una nueva canción” para un público -la sociedad- que sentía rechazo por la política tradicional. Tenía razón: el outsider de los pelos revueltos llegó a la Casa Rosada a fuerza de insultos a "la casta". La necesidad de parir una nueva melodía sigue vigente, pero ya no para frenar el ascenso del libertario, sino para evitar "un desastre irreversible". Los tiempos se aceleraron, ratificó por carta Cristina Fernández de Kirchner.
La nueva canción que el gobernador bonaerense busca convertir en hit camina por la cornisa de dos territorios: el de él propio, como dirigente que se autoconstruye para ir por más, pero fundamentalmente como canción de protesta generalizada para frenar a un Milei al que la fuerza desperdigada y enflaquecida de la “casta” no puede parar.
El coro de Axel Kicillof
Como contó Letra P, el gobernador planteó esa necesidad hace algunas semanas, cuando encabezó una reunión de la denominada multisectorial. Pidió buscar las “herramientas comunicacionales” que permitan llegar a la ciudadanía de a pie y así “construir nuevos consensos” en rechazo a las políticas de ajuste que impulsa el Presidente.
Desde entonces, inició una peregrinación para encontrar ese gran coro de nuevos intérpretes. El jueves, les dijo a representantes del sector textil que necesitan “que surjan nuevas voces que le expliquen a la sociedad lo que está sucediendo". Antes había hecho lo mismo con otros sectores. A trabajadores, empresarios y sindicalistas metalúrgicos les dijo que “resulta fundamental que haya más protagonistas" y se multipliquen las personas que salgan en defensa de los miles de puestos de trabajo y las inversiones que están en riesgo. A representantes de la cultura también los convocó a la militancia.
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Axel Kicillof con representantes de la industria textil
“Es necesario que reaccione la gente. Hay que ver de qué forma llegarle porque a los que hacemos política nos putean”, dijo a Letra P un importante dirigente del conurbano que participa de los encuentros liderados por el mandatario.
La canción de protesta generalizada contra Milei necesita abrirse paso por senderos que vayan más allá de una dirigencia política desprestigiada en la que la ciudadanía sin pertenencia partidaria no confía.
Cosecharás tu siembra
Con el bastón de mariscal convertido en batuta, Kicillof trabaja de manera aceitada con su equipo de comunicación. Sabe que su paso al frente lo convierte en blanco móvil de una Casa Rosada dispuesta a construir su propia grieta pero, al mismo tiempo, le reporta beneficios agigantando su figura de opositor, una que irremediablemente camina hacia 2027 como representante de un peronismo todavía acéfalo.
La estrategia de comunicación diseñada en La Plata parece incluir mecanismos para desactivar una posible presunción inducida: que sus reclamos por los fondos que cortó la motosierra de Milei sean vistos como una jugada en busca de un beneficio personal o partidario. Es, dice el gobernador, en beneficio de los habitantes de la provincia que gobierna, las víctimas verdaderas.
“Está ajustando a las familias bonaerenses, no a este gobierno, ni a este gobernador”, repite Kicillof en cada ocasión que puede. La consigna es replicada por la tropa de leales que habitan el primer anillo del mandatario, con el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, a la cabeza.
Para muestra sobre un botón (o dos). El recorte del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y del Fondo Compensador del Interior para el transporte abrieron la puerta a la primera ofensiva forma de Kicillof contra Balcarce 50. El Presidente no ajusta al Estado, reduce el salario docente y aumenta el boleto de colectivo; el objetivo de Milei no es la casta, que, en rigor, ya forma parte de su gobierno, sino la población.