En la Argentina de Javier Milei, los canales de streaming crecieron durante 2024 y el cambio fuerte se notó en 2025. Esta semana, por primera vez en el sector, el empresario Augusto Marini, ceo del holding CaleGroup, pasará a tener una participación accionaria mayor en dos de las señales más vistas del país: Blender y Carajo.
Blender, Carajo, Luzu TV, Neura Media, Corta, Cenital, Vorterix, Gelatina, Olga, La Casa Streaming, Break Point, Bondi Live o Pinky SD: los nombres, las narrativas y los formatos se repiten con transmisiones en vivo, contenidos ‘on demand’, conductores en primerísimos primeros planos; todo sobre fondos de croma con colores estridentes.
Se trata de la primera operación de compra-venta en esta industria. Marini, uno de los fundadores de estos medios y relacionado con el ex gobernador de Misiones Carlos Rovira, quedará al frente de Blender y Carajo, aunque uno de los fundadores del canal, su socio Iván Liska -que trabaja en Blender desde sus inicios-, continuará bajo su mando.
El control total de dos medios
El director de la Maestría en Industrias Culturales (UNQ) e investigador de Conicet, Agustín Espada, reconoce que se trata de un cambio interno “porque no entra nadie nuevo como accionista”. Lo que está pasando, explica, es que Marini se está quedando con el “control total” de los dos medios.
“Este tipo de decisiones marca cómo la estructura de los medios de comunicación digitales se parecen bastante a los tradicionales. Con empresarios como Marini que ponen dinero en estos canales, pero que no lo hacen para tener un negocio en sí mismo, porque ganan plata por otras actividades en las que están diversificados y, en todo caso, lo hacen para tener una pata en el debate público que represente sus intereses”.
En su propia página, de hecho, Marini promociona las inversiones de CaleGroup en rubros que van desde la infraestructura, la energía, la salud o el transporte ferroviario hasta la industria textil, la agroindustria, los servicios y, por último, los medios de comunicación.
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Augusto Marini, dueño de dos canales de streaming en la Argentina de Javier Milei
Captura de redes
“No habrá cambios en la gestión diaria ni en el manejo del personal”, dijeron en el canal, que no difundió un comunicado oficial por esta compra.
Streaming en Argentina: ¿rupturas o continuidades?
Poco más de una década después de la monetarización de YouTube, Diego Rossi, docente de Políticas de Comunicación en la UBA, plantea que en Latinoamérica los streaming desarrollaron plataformas lineales como una alternativa al sistema de implosión de la televisión abierta. Pero que en Argentina tuvo sus propias características.
“Después de la pandemia fue muy palpable cómo la televisión de aire dejó de producir contenidos en vivo. Estos nichos fueron rápidamente ocupados por las experiencias de streaming que, de manera evidente, reducen los costos fijos de los viejos canales en infraestructura, equipamientos o transmisión, y se desarrollaron más en Argentina que en otros lugares del mundo”, graficó Rossi.
Investigadores coinciden en que el fenómeno parece tener nuevas características en los canales locales: Luzu TV, Blender, Neura, Olga o Bondi tienen un entramado diferente en su composición accionaria con grandes inversores y esto se traduce también en los estudios o las figuras del stream que este año pelearon por su pase en la nueva temporada de programación.
Lorena Retegui, docente e investigadora de UNQ, revisa la intersección que estos formatos tienen entre la televisión, la radio y las redes sociales: “Hay que analizarlos como una transición de la producción audiovisual, para ver qué queda de lo antiguo y cuáles son los elementos nuevos que aportan en el sistema de medios", opina.
"Una de las cuestiones principales es qué modificó los hábitos de consumo: esto se profundizó de manera radical y tiene una implicancia en los contenidos y los formatos que se generan con cambios estéticos, técnicos y narrativos”, profundiza en su análisis.
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Luzu, uno de los canales de streaming en la Argentina de Javier Milei
Captura de redes
El prosecretario gremial del Sindicato Argentino de Televisión (Satsaid), Pablo Storino, reconoce que los canales “se están profesionalizando” y destaca que esto es como "consecuencia del crecimiento de los streaming como medios que, al poder comenzar a monetizar sus contenidos, requieren de trabajadores precisos en esta tarea”.
El dirigente sindical marca que estos cambios se dan en una coyuntura que permite “la capacidad de captar nuevas audiencias, desencantadas por la oferta pobre de la televisión tradicional, que encuentra en internet un segmento con nuevos formatos, narrativas y modos de comunicar”.
Lo que Pol-Ka se llevó
Para Storino, los datos son contundentes porque el promedio de edad de la gente que actualmente se sienta a mirar televisión de aire es de 50 años. “Ya nadie mira una producción de Pol-ka todos los martes a las 23 por televisión”, asegura.
“Los canales de streaming de Buenos Aires están empezando a ser un negocio y también a profesionalizarse, pero todos tienen un esquema muy distinto o cada uno le encontró la vuelta como pudo”, opina Emilio Laszlo, coordinador de programación de Gelatina y asegura que el canal se sostiene por su comunidad de suscriptores.
“Tenemos un 70% u 80% de ingresos por el aporte económico de nuestra audiencia. En este caso nuestro dueño, conductor y director es Pedro Rosemblat. Esta es una particularidad nueva de los streaming en la que muchos de sus dueños también ponen la cara al aire”, detalla.
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Pedro Rosemblat y su canal Gelatina en la Argentina de Javier Milei
Rossi agrega que el pasaje que se dio desde el viejo broadcasting analógico al sistema de medios digitales tuvo, sin dudas, la preponderancia de YouTube: “Estos canales no son experimentos amateur. La profesionalización llegó de la mano de productores que tienen un entendimiento del negocio", afirma.
"Es decir, teníamos un lugar muy interesante en la producción de televisión abierta y de cable, pero con la crisis algunos se comieron que íbamos a ser un ‘hub audiovisual’ del subcontinente y esto no sucedió en términos de grandes inversiones –Paramount, Clarín, Telecom o Netflix- y nuestros recursos encontraron en el streaming formatos viables y económicos para generar contenidos y cadenas de valor sobre determinados nichos de audiencia”, diferencia.
Storino reconoce que el streaming modificó las formas de consumo, pero que “no tiene nada nuevo” porque mantienen figuras como el director de piso, los camarógrafos, los operadores de cámara, los escenógrafos, los iluminadores, los sonidistas o los editores. También que los canales más consolidados tienen plantas de 80, 90 o 100 trabajadores.
Por esto, en este último tiempo, en Luzu TV o Gelatina se logró el Convenio Colectivo de Trabajo 634/11 para el encuadre de sus empleados. “En un país donde el 50% de la población no tiene trabajo registrado, desde el gremio nos encontramos con jóvenes a los que hay que explicarles qué es la ley audiovisual o de contrato de trabajo”, señala.