Elías Suárez es el nombre que empieza a sonar cada vez con más fuerza en las discusiones políticas del oficialismo en Santiago del Estero. Luego de que Gerardo Zamora oficializara para el 26 de octubre la convocatoria a elecciones concurrentes, su jefe de Gabinete parece sacarle una luz de ventaja a Claudia Ledesma Abdala, cuyo nombre parecía cantado para volver a suceder al gobernador, como lo hiciera en 2013.
Suárez es uno de los actores centrales del Frente Cívico que gobernó la provincia durante los últimos 20 años y desde hace tiempo viene asumiendo un protagonismo cada vez mayor en la representación institucional de la provincia. Encabeza actos, comanda acciones y negociaciones en nombre del gobierno santiagueño.
Férreo defensor del modelo de gestión que comanda Zamora, su nombre es uno de los que siempre estuvo en el menú de opciones del oficialismo, aunque el peso de la figura de la senadora que ya gobernó la provincia entre 2013 y 2017 funcionó a modo de tapón de sus intenciones de pelear por la sucesión de Zamora.
La esposa del gobernador había empezado a mover su estructura territorial para instalar la idea de su regreso, incluso por medio de movimientos que intentaron viralizarse a través de las redes sociales. Sin embargo, el panorama parece haber cambiado y las acciones de Suárez comenzaron a cotizar un poco más alto.
Las señales en la estrategia Santiago del Estero
En la oposición santiagueña aseguran que la decisión de Zamora de pegar las elecciones provinciales con la contienda nacional responde a la centralidad de la figura del gobernador, que complejiza la tarea de trasladar los votos a la figura oficialista que se postule para sucederlo.
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El gobernador sabe que para empujar esas adhesiones hacia su delfín necesita una campaña unificada con él como protagonista central. En la instancia nacional, Santiago pondrá en juego tres bancas en Diputados y las tres que ostenta en el Senado. Un recorrido proselitista con Zamora y Ledesma Abdala como dupla del Frente Cívico para llegar a la cámara alta aparece en el horizonte, entonces, como una de las claves centrales para los días por venir.
La extensión del proceso preelectoral también es entendida como uno de los puntos centrales que explica la elección de la fecha. Más allá del peso de la figura de Suárez en la gestión, la oposición y el oficialismo entienden que el nombre del funcionario es un elemento “a instalar”. Para eso, dicen, era necesario proyectar una campaña extensa.
La centralidad de Gerardo Zamora
Suárez replica a la perfección el discurso del gobernador. Defiende el equilibrio fiscal y la presencia de un Estado fuerte con una marcada impronta social. El compromiso con la defensa del federalismo y los intereses de Santiago del Estero aparecen como la base central de las ideas que expresa cada vez que se le consulta por la realidad nacional y provincial.
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Gerardo Zamora y Elías Suárez en Casa de Gobierno, recibiendo a alumnos del Colegio Secundario de Weisburd.
Ese alineamiento político e ideológico, característica que comparte con Ledesma Abdala, blinda al jefe de Gabinete de uno de los riesgos advertidos por quienes cuestionan la convocatoria a la elección concurrente del 26 de octubre: la nacionalización del debate.
Como ya contó Letra P, el gobernador mantiene una relación zigzagueante con la Casa Rosada y, más allá de los matices, sus críticas al presidente Javier Milei no escalan al punto que sí lo hacen cada vez que el resto de los mandatarios identificados con Cristina Fernández de Kirchner hacen referencia al modelo de gestión del libertario. “Acomoda el cuerpo, como lo hace siempre”, dice la oposición histórica de la provincia, que también critica a La Libertad Avanza por lo que considera una estrategia que termina siendo “conveniente” al poder del zamorismo.
En ese sentido, aseguran que la campaña en la provincia no girará torno del presidente Javier Milei, sobre todo cuando lo que se pone en juego es la gobernación, donde el matrimonio Zamora-Ledesma Abdala se mantiene hace dos décadas. “Va a ser Zamora sí o Zamora no, en la calle nadie está hablando de Milei”, aseguran.
Qué y cómo se vota en las elecciones santiagueñas
Con todo, Santiago del Estero será el primer distrito en el que sus representantes nacionales se elegirán el mismo día que las autoridades provinciales en elecciones concurrentes, con dos urnas y dos modelos de votación diferentes.
Además de elegir gobernador y vice, con la boleta tradicional el electorado votará 40 nombres para renovar totalmente la Cámara de Diputados provincial, además de 163 comisiones municipales y las intendencias de Clodomira y Villa Atamisqui, localidades que tienen calendario electoral propio por haber sido intervenidas.
En otra urna, con boleta única de papel, se definirá quiénes ocuparán a partir del 10 de diciembre tres bancas en la Cámara de Diputados y las tres del Senado.
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Gerardo Zamora y Claudia Ledesma Abdala gobernaron Santiago del Estero desde 2005.
Para llevar a cabo la elección, Zamora estaba esperando una definición de la Cámara Nacional Electoral con el fin de reducir la cantidad de votantes por mesa, de 350 a un número menor. El objetivo explicitado por el oficialismo provincial apuntaba a evitar largas demoras, considerando que se utilizarán dos sistemas de votación diferentes.
El pedido había sido cuestionado por la oposición, que acusó al gobernador de querer embarrar la cancha multiplicando la cantidad de centros de votación y utilizando todo el aparato partidario del oficialismo para garantizar la presencia en esas mesas, algo que a las fuerzas con menor peso territorial les cuesta más.