Axel Kicillof no se sorprendió por el regreso a las marquesinas de Cristina Fernández de Kirchner, que puede hacerle sombra a la construcción que viene realizando. Tampoco le llamó la atención la reaparición de Mauricio Macri con un Pacto de Acassuso sellado en la previa del ballotage. Sin embargo, sabe que la fusión entre el PRO y la La Libertad Avanza que promueve el expresidente puede dejarlo de nuevo en soledad en el mapa de la liga del interior.
El documento de 33 páginas que este miércoles difundió la expresidenta por redes sociales fue leído con atención en la gobernación bonaerense, pero sin sorpresa. "Está muy bien. Retoma muchos de los puntos que ella viene planteando desde hace tiempo con respecto a la economía argentina", resumieron las voces políticas de la gestión de Kicillof, pero la pregunta sobre por qué CFK decidió justo ahora hacer una reaparición en escena y salir a jugar esa carta contra el gobierno de Javier Milei siembra más interrogantes que certezas en la provincia de Buenos Aires.
Hace tiempo que Kicillof y su entorno le esquivan al rol de intérpretes de los movimientos de Cristina, más allá del diálogo que sigue siendo fluido entre la gobernación y el Instituto Patria. Por eso, evitan hacer lecturas sobre las motivaciones que la llevaron a volver al ruedo justo cuando Milei empezaba a alinear a casi toda la política y los gobernadores en su contra.
Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://twitter.com/Kicillofok/status/1757850155665990112&partner=&hide_thread=false
Como sea, en La Plata hay quienes sostienen que su reaparición no alterará la lógica kicillofista desplegada en los últimos días. El mandatario se fue acercando rápidamente a todos los sectores alineados en contra de las políticas libertarias como reacción a la profundización del ajuste sobre las provincias.
Esa nueva lógica del tablero nacional mostró, por ejemplo, a Kicillof en contacto "muy fluido" con gobernadores que habitan las antípodas del kirchnerismo, como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Alfredo Cornejo (Mendoza). Con todos ellos, el bonaerense acordó una posición unificada ante la decisión nacional de cortar el envío del Fondo de Incentivo Docente (Fonid) y suspender el Fondo Compensador para el Transporte en el interior, que hizo saltar la tarifa de colectivos en Río Cuarto, pero también en Bahía Blanca.
"Los problemas del gobierno de Milei no son políticos. No pasa por ahí. Es un tema económico y de impacto del ajuste. Sus medidas están alineando a los gobernadores; no se trata de simpatías o identidades políticas" de los mandatarios provinciales, aseguran cerca de Kicillof. "(El Presidente) está haciendo un desastre y eso aglutina. Que Cristina haya hecho esta intervención pública no modifica eso en nada", resumió un dirigente del equipo político del gobernador.
La velocidad de Javier Milei
El efecto de la política de Milei de alineamiento de provincias es mucho más rápido del que esperaban en La Plata. Dos meses después de asumir, el libertario ya armó un frente en su contra en el que Kicillof encontró un espacio distinto. "No creíamos que esto fuera a ocurrir tan rápido", dicen cerca del gobernador bonaerense.
Esta lógica le permite al bonaerense no quedar solo y apuntado por el gobierno nacional, sino compartir ese lugar con otras provincias. La división "casta vs. anticasta" que propone el libertario terminó funcionando como amalgama de figuras de muy distintos pelajes.
En los últimos días, la dinámica se plasmó en las conversaciones entre Kicillof y sus pares del peronismo, pero también con los de Juntos por el Cambio. Con el radical Cornejo, Kicillof habló tres veces solo la semana pasada. La primera, cuando se cayó el proyecto de ley ómnibus. La segunda, por el corte de los fondos del Incentivo Docente. La tercera fue una comunicación cerca del fin de semana, cuando el bonaerense llamó al mendocino para hablar del Fondo Compensador del Transporte.
Kicillof cree que es la sombra de Macri y no la de Cristina lo que podría restarle los puntos que venía cosechando dentro de la oposición. En La Plata admiten cierto temor al ingreso del líder del PRO como ordenador político del gobierno libertario. "Hoy es el titiritero. Si deja de serlo y se pone al frente, habrá que ver qué relación plantea con las provincias", dicen en La Plata, conscientes de que el primer movimiento del líder del PRO será intentar acercar a los gobernadores amarillos.
Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut) visitaron este miércoles a Patricia Bullrich para sentar las primeras bases de una eventual fusión entre el PRO y LLA: primero, antes que nada, que Milei baje los decibeles en su pelea con las provincias. La misma dupla agendó una reunión con Macri para continuar las negociaciones. A los mandatarios del partido amarillo, el expresidente puede sumar otros con los que tiene sintonía, como Cornejo.
El temor es que Macri, en ese rol, decida volver a aislar a Kicillof y a Buenos Aires operando sobre el resto de las provincias; un escenario cercano y posible en el que el bonaerense estaría obligado a confrontar más en soledad.