Fue el primer mandatario peronista en aliarse al Gobierno. Ahora, podría pintarse la cara para que la ola violeta no lo tape en 2027. Déjà vu testimonial.
Osvaldo Jaldo analiza ser candidato en las elecciones legislativas.
Ante la irrupción cada vez más potente de La Libertad Avanza en el escenario nacional, el gobernador Osvaldo Jaldo analiza encabezar la lista para la Cámara de Diputados en Tucumán para provincializar las elecciones en su distrito, plantándole un desafío directo al presidente Javier Milei.
“Es Jaldo contra Milei”, aseguran en el PJ de la primera provincia que vio el avance de la ola violeta y supo acomodar el cuerpo ante el cambio de época en diciembre de 2023. Ahora, teme que el fenómeno se lleve puesto al peronismo, no sólo en las legislativas, sino también en 2027.
La versión de la candidatura del gobernador empezó a moverse esta semana en los medios locales a la par de una frase contundente adjudicada al propio Jaldo: “No puedo perder contra Milei en Tucumán”. Esa síntesis resume la mirada que se proyecta en el justicialismo, que tiene a la elección en la Ciudad de Buenos Aires como ejemplo más urgente.
También se observa con temor el escenario en la provincia de Buenos Aires, en el que la división del peronismo puede facilitarles las cosas a la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO.
Cuando separó a sus diputados del bloque de Unión por la Patria y armó su propio espacio en la Cámara de Diputados, Independencia, Jaldo se convirtió en el primer peronista dispuesto a dejar a un lado las banderas partidarias para usar la estrategia legislativa a favor de los intereses de su provincia.
Así, se convirtió en uno de los principales aliados legislativos de Milei, aunque siempre aseguró que el posicionamiento de los representantes provinciales se definía a partir de lo que le convenía, o no, a la provincia. En ese juego de roles, el gobernador entiende que es tiempo de ponerse al frente de una batalla frontal contra el Presidente.
La jugada parte del reconocimiento del poderío del libertario. En el peronismo tucumano afirman que no hay ningún candidato violeta que mida más de cuatro o cinco puntos pero que, como lo hizo con Manuel Adorni en la Ciudad de Buenos Aires, la cara de Milei y la boleta color violeta representará un riesgo concreto para las aspiraciones de Primero Tucumán, el sello jaldista en la provincia.
Por eso el gobernador aceptaría una candidatura. Ven que el mileísmo avanza sobre las provincias con candidaturas puras que tiene como objetivo el '27, por eso adelanta la jugada. “Si no ganamos con contundencia va a ser difícil la gobernabilidad de los dos años subsiguientes”, explicitan desde Tucumán.
“Así como Milei quiere plebiscitar su gestión, nosotros queremos que los tucumanos también pongan en valor la gestión del gobernador”, dicen cerca de Jaldo. La jugada consiste en provincializar una campaña que La Libertad Avanza nacionalizará y está tan conversada que hasta hay nombres para completar los primeros casilleros de una lista con la que el jaldismo intentará, de mínima, las dos bancas que responden directamente al gobernador y que hoy ocupan Elia Fernández y Gustavo Fernández.
Gladys Medina tiene mandato hasta 2027, pero sería la elegida para estar en el segundo casillero de la boleta de octubre. Referente de la sección Este, es la esposa de Darío Monteros, el ministro del Interior de la provincia y hombre fuerte del gobernador en el trabajo territorial a lo largo de la provincia.
Esa territorialidad parece también como elemento privilegiado en el tercer nombre que resuena en los pasillos del peronismo tucumano, el de Gerónimo Vargas Aignasse, el legislador que tiene su fuerte en San Miguel de Tucumán, la capital, que concentra la mayor cantidad de votantes de la provincia.
En el cuarto lugar aparece Elia Fernández, que podría asumir en lugar de Medina, que podría quedarse a cumplir con su actual mandato. Los nombres siguen y se superponen sobre todo con una estrategia que todavía está oficializada.
Si bien Monteros dijo que la candidatura del gobernador "sería un lujo", Vargas Aignasse dijo no estar del todo seguro que la candidatura se termine confirmando. Ambos, con cautela, coinciden en que el desafío es ganarle a La Libertad Avanza con la puesta en valor de la gestión de Jaldo como principal bandera.
A pesar de considerar que octubre es momento de enfrentar al Presidente, Jaldo sostiene sus distancias con la presidenta del PJ, Cristina Fernández de Kirchner. Un espacio mayoritario del peronismo tucumano entiende que es tiempo de renovar la conducción partidaria y asegura que la base kirchnerista en la provincia es prácticamente inexistente.
Ante eso, resulta una incógnita cuál será el rol que tomará el exgobernador Juan Manzur, hoy alineado con la titular del partido y alejado del juego público de su provincia. Como ya contó Letra P, hay un espacio que cuestiona las prácticas legislativas de Jaldo y que promueve a Javier Noguera como candidato.
El jaldismo respeta la trayectoria dirigencial del ex intendente de Tafí Viejo, pero advierte que su postulación quedará totalmente perdida en medio de una elección que imaginan polarizada entre el gobernador y el Presidente. Para vencer, confían en el viejo y hoy cuestionado aparato del PJ. “Todo el territorio está con Jaldo y eso va a ser a ser determinante”, aseguran.