Las consultoras lo miden. Gabriel Bornoroni no lo tiene en cuenta. La dirigencia que quedó afuera de la LLA lo quiere como prenda de unidad en el bastión.
Agustín Laje es el presidente de la Fundación Faro, el motor de las ideas para dar la batalla cultural que quiere dar Javier Milei.
Agustín Laje es un influencer libertario que la política de Córdoba empezó a mirar.
Gabriel Bornoroni, el protegido de Karina Milei en Córdoba.
El nombre de Agustín Laje empieza a sonar en un marco convulsionado. La conformación formal de La Libertad Avanza (LLA) en Córdoba no clausuró las internas locales. Tampoco lo logró el ungimiento de Gabriel Bornoroni como referente oficial de la fuerza, pese al impulso de Karina Milei y Martín Menem.
Un puñado de referencias liberales, que no son reconocidos como representantes por quienes manejan el sello partidario, pero aún flotan en la atmósfera libertaria, no se resignan a quedar completamente fuera del entramado que sostiene a la gestión presidencial de Javier Milei.
Además de una posible revinculación con los heraldos, inspeccionan otras vías para mantener algún tipo de participación. Entre ellas, la posibilidad de converger en un gran frente, con el Presidente como vértice indiscutido.
Y allí es donde entra en el juego especulativo Laje. Con residencia compartida entre España y Argentina, el influencer, escritor y politólogo sigue siendo percibido como uno de los pocos capaces de unir puntos sueltos y sobreponerse a egos de limitada autonomía.
El presidente de la Fundación Faro volvió a ser parte del pelotón de potenciales candidatos que miden las encuestadoras. Desconocido por muchos, goza de muy buena imagen entre los fieles al “León”. Su rol de cruzado de la derecha le confiere credenciales para navegar sin requisas por una amplia jurisdicción.
En las últimas semanas, Laje ha vuelto a levantar su perfil. La presentación de su nuevo libro, titulado Globalismo, y su rol de anfitrión en cenas de recaudación para LLA, lo han movido a promover entrevistas mediáticas y otras charlas.
Sin embargo, no hay indicios que demuestren voluntad de inmiscuirse en las pujas electorales. Como desde hace cinco años, su posible participación en las listas libertarias responde más a anhelos ajenos que a expresiones por él vertidas.
Cordobeses que dicen conocerlo repiten que el funcionariado no es un horizonte al que aspire. Antes bien, preferiría seguir girando como una referencia intelectual del espacio. Entiende, barruntan, que ese es el mejor aporte que puede realizar, también como sostén del presidente Milei, con quien mantiene un fluido vínculo desde hace ocho años.
“Agustín es un referente, sin dudas. Es el influencer más importante. Tiene un bagaje intelectual impresionante, muy superior al resto. Tiene un prestigio indudable. Su presencia prestigia el espacio también”, dice una voz mediterránea que encabeza un partido que tramita personería nacional.
Tales atributos, entiende el mismo confidente, lo convertirían en la persona idónea para encabezar un armado que mantenga en su formación a todas las fuerzas y nombres, aún aquellos que no adscriban a LLA.
Los elogios al polemista reflejan carencias que se achacan al diputado. Dirigentes que formaron parte de otras etapas de la construcción libertaria en Córdoba, tantas veces anárquica, no digieren su empoderamiento. Mucho menos aquellos que se adjudican la invitación a iniciarse en “las fuerzas del cielo”.
Por ello ven egoísmo e ingratitud donde Bornoroni señala firmeza de convicción para llegar a los próximos turnos electorales con candidatos afiliados a su partido y sin antecedentes de transfuguismo.
También en su decisión de excluirlos de la lista de invitados al acto de lanzamiento de LLA en Córdoba, realizado el pasado viernes, con la presencia de Karina Milei y Martín Menem.
Algunos, como Agustín Spaccesi y Rodolfo Eiben, ni siquiera se acercaron al lugar. Otras, como Verónica Sikora, funcionaria y con línea directa a Buenos Aires, adjudican la situación a un malentendido que se subsanará con diálogo.
Por si acaso, todavía retumban por las calles céntricas algunas advertencias proferidas por quienes se sienten excluidos por el empresario, aunque no por el mileísmo puro.
“Por mucho que lo mimen, la decisión se tomará en Buenos Aires. Y será por su imagen y por lo que mida. Hay nombres, varios, que tienen más proyección y podrían encabezar en Córdoba”, dice una voz capitalina que ubica a Laje y hasta al presidente de Talleres, Andrés Fassi, en el listado.
“Ojo que no le pase lo mismo que a otros. Desde 2020 hubo siete empoderados para armar, hay que ver dónde están ahora. ¿Qué pasó con Carlos Maslatón, Carlos Kikuchi, Ramiro Marra? Acá hay que construir, no bloquear a los que quieren colaborar”, desliza otra fuente.
En el entorno de Bornoroni desmienten cualquier aproximación al mandamás de la "T". También relativizan las posibles intenciones de Laje. Ni siquiera le abren las puertas a Diana Mondino, quien se alejó del Gobierno sin patear sillas. “No estamos midiendo a nadie”, afirman a Letra P.
Con la misma cadencia, procuran bajar el tono de algunos reproches por la convocatoria del pasado viernes: “Sólo invitamos a los del partido”. No obstante, la explicación viene acompañada de una advertencia: “Acá hay lugar para todos los que quieran trabajar para una Argentina distinta, no para los mismos de siempre”.
La generalización incluye a los outsiders que circundan a los hermanos Milei, los primos Menem y a Santiago Caputo, como Luis Juez, Rodrigo de Loredo y los “radicales con peluca”. Pero también deja un mensaje para viejos aliados, a los que hoy perciben cerca del Partido Cordobés.
La posibilidad de una ruptura entre las, aún dispersas, tropas libertarias ilusiona al Panal. Saben que la emergencia de un nombre que capitalice directamente la adhesión que goza Milei en Córdoba complicaría las chances de reforzar, siquiera mantener, las bancas en Diputados el próximo año.
La ausencia de candidaturas cantadas ofrece aún margen de maniobras para negociaciones. También para atizar frentes ya abiertos entre los adherentes a las Fuerzas del Cielo, que desconocen intermediarios y tallan en Buenos Aires.
Ignorando las alusiones, libertarios y libertarias de toda la provincia niegan cualquier favor al peronismo. Sólo piden, aseguran, una construcción que los tenga en cuenta y les reconozca gratitud.
Por si acaso, no pierden de vista el "faro" de Laje.