La jueza federal rechazó el recurso del jefe del partido en Córdoba. La intervención queda firme. Celebra el macrismo paladar negro que se asegura la lapicera.
Oscar Agost Carreño, ¡afuera!
La jueza federal María Servini no hizo lugar a la demanda presentada por el diputado Oscar Agost Carreño, responsable del PRO de Córdoba hasta que Mauricio Macri determinó su intervención en diciembre del año pasado.
El fallo que tanto esperaba el macrismo paladar negro, encabezado por la concejala capitalina Soher El Sukaria, llegó este martes. De esta manera, el interventor, Henry Blas Leis, seguirá en el cargo hasta el 6 de diciembre de este año, no sólo con el aval del consejo partidario nacional, ahora también con la venia la Justicia.
La jueza Servini determinó la validez de la intervención. En sus argumentos expone que el órgano que dispuso la intervención, en este caso el Consejo Directivo Nacional, tenía competencia plena para hacerlo, conforme a la Carta Orgánica del PRO y a la Ley de Partidos Políticos.
Pese a que Agost Carreño mantenía la esperanza que la magistrada resolviera como lo hizo en el caso del intervenido PJ salteño, Servini recordó que las decisiones políticas internas de los partidos no pueden ser revisadas judicialmente salvo que haya ilegalidad o arbitrariedad manifiesta, lo que no ocurrió en este caso.
Incluso, el diputado que rompió el bloque PRO en la Cámara de Diputados participó en la reunión donde se ratificó la intervención, lo que invalida los cuestionamientos sobre la legalidad del procedimiento.
Agost Carreño denunció que la intervención fue una decisión política impulsada por Macri, como represalia por las posiciones que él y otros legisladores cordobeses tomaron en el Congreso, votando en contra de algunas iniciativas del gobierno de Javier Milei.
En sus presentaciones, el diputado díscolo señala que la intervención no fue notificada formalmente, que la convocatoria de la reunión del Consejo Nacional es nula porque se hizo sin orden del día, que se violó su derecho a defensa y alega que no hay causales válidas para su desplazamiento que emanen de la Carta Orgánica partidaria.
Si bien Macri había hecho saber que pelearía en barandillas o donde fuera necesario la salida de Agost Carreño del control del partido, la decisión judicial trae alivio porque el interventor responde directamente a la matriz central del PRO y despeja la posibilidad de un acuerdo con el cordobesismo que hacían suponer los comportamientos políticos del sobrino de Germán Kammerath.
La terminal del exdirector de Anses en Córdoba es El Sukaria, una de las pocas dirigentes amarillas que permaneció en las malas y en las buenas del lado del expresidente de la Nación. Con la lapicera en manos confiables, el macrismo cordobés queda a la espera de las instrucciones del jefe.
Como contó Letra P, si no hay un acuerdo con La Libertad Avanza de cara a las elecciones legislativas nacionales de octubre, la opción que se abre en la lista única – que nadie quiere- o apostar a un Juntos por el Cambio adaptado con la UCR de Rodrigo de Loredo.